El Mundo desempolva un temilla que El País intentó hace años tirarle a la cara a Esperanza Aguirre. "Intento de soborno al imputado clave del espionaje en Madrid". ¿Se acuerdan? Aquello de Cobo, la gestapillo, una página enterita en El País... Pues nada, Casimiro, a ver si tienes más suerte que Cebrián, porque mira que lo intentó, y le dio vueltas y revueltas, y nada, agua de borrajas. Deja como tema secundario la imputación de Chaves y Griñán. "El PSOE mantiene en el escaño a los imputados Chaves y Griñán" pese a lo que habían prometido. Dice el editorial que "este cambio de posición deja en evidencia la enorme torpeza con la que Sánchez ha desalojado a Tomás Gómez", al que Casimiro ha tomado un repentino cariño desde que le echaron sorprendente. "¿Por qué defiende a Chaves y a Griñán ante una imputación del Supremo y en cambio defenestra a Gómez cuando ni siquiera está siendo investigado? (...) Sánchez debe muchas explicaciones". Y que no las dé Antonio Hernando, que nos hace un lío con tanta rectificación. Santiago González mete un poquito más el dedo en el ojo y dice que "los mismos socialistas que jalearon la destitución de Gómez se han puesto exquisitos a distinguir entre imputaciones e imputaciones".
Federico Jiménez Losantos ve el caso ERE como si "procesaran al Soviet Supremo de la URSS por el Archipiélago Gulag. Es todo un régimen en el banquillo por un caso que resume todos los casos: el robo sistemático, durante años y organizado desde la propia Junta, del dinero que españoles y otros europeos destinaban a ayudar a los parados andaluces, y que se quedaron políticos y sindicalistas de PSOE, IU, UGT y CCOO para financiar el rumboso tren de vida de sus organizaciones o, directamente, para forrarse (…) El caso de los ERE muestra la necesidad de que el PSOE se haga un ERE a sí mismo, se convierta en PSOERE por unos años, se refunde, acabando con la corrupción que está acabando con él. Pero yo no veo a Susanachova condenando a Josif Griñán", dice.
El País esta vez no elude el caso y abre con que "Chaves y Griñán mantienen sus cargos después de ser imputados". ¿Veis como no les iba a pasar nada? Inocentes, inocentes... Dice que esto obedece a la "oscilante línea roja", que varía entre la pena de muerte si el corrupto es del PP y el pelillos a la mar si es del PSOE. Según el editorial la culpa la tienen Pedro y Susana, que se han lanzado como locos a decir bobadas sobre combatir la corrupción y cosas de esas. "Cuando se generan tantas expectativas, es fácil causar decepciones. En su afán de separarse de los escándalos del pasado, los nuevos dirigentes fueron varios pasos por delante de lo que prevén las normas de su propio partido. No se pueden improvisar compromisos rotundos en materia tan delicada, que ahora les cuesta aplicar, les obligan a matizar y, en definitiva, les debilitan políticamente". Bocazas, que sois unos bocazas.
El País es el único partido que lleva en su portada el acto de Ciudadanos de ayer para presentar su programa económico. "Ciudadanos desembarca en Madrid". Javier Ayuso les dedica un artículo muy elogioso. "Con los escasos 10 folios de esta propuesta es difícil definir ideológicamente el programa de Ciudadanos. Tiene aspectos socialdemócratas y otros claramente liberales (...) Es pronto para valorar pero no cabe duda de que aporta un poco de frescura en el aburrido debate político español. Ya hay un cuarto contendiente en el escenario". ¿Aburrido? Con Podemos a punto de asaltar La Moncloa, el PSOE a torta limpia, IU desintegrándose. Chico, no sé qué hace falta para entretenerte a ti. Hablando del PSOE, dice el periódico que "el PSOE declarará "no idóneo" a Gómez para ser candidato a Madrid". ¿Esto ya no es ensañamiento? Como a Pedro Sánchez no le sonrían las encuestas le veo destituyéndose a sí mismo.
ABC dice: "Imputados". "El PSOE no pide el escaño a Chaves y Griñán pese que el Supremo ve indicios de prevaricación y malversación". También Bieito Rubido se acuerda de Tomás. "Pedro Sánchez, tan rápido en fulminar a Tomás Gómez, sobre quien no pesaba más imputación que la de unas encuestas desfavorables, se encuentra en una encrucijada de la que no puede huir. Su discurso regeneracionista, restregado en la cara de Mariano Rajoy y del PP a cuenta de los casos de Bárcenas y Gürtel, debe pasar el filtro de la coherencia para exigir a los imputados sus dimisiones, o quedar arruinado como una pose hipócrita si traga con su nueva situación procesal". Ignacio Camacho dice que los partidos "se han vuelto implacables con la corrupción... de los demás (…) La demagogia, la banalidad interesada y la retórica simple tiene las patas muy cortas". No, si El País va a tener razón. Eso le pasa por bocazas.
La Razón le restriega bien restregado que "Sánchez rebaja su listón anticorrupción y mantiene a los imputados Chaves y Griñán", "Sánchez se desdice", "El PSOE se autorrectifica en dos ruedas de prensa", dice disfrutando como un enano. Marhuenda dice que Pedro Sánchez tiene "una responsabilidad política que atañe directamente al PSOE y que viene agravada por la actitud justiciera con mucho doble rasero, con la que los socialistas han venido tratando los casos que atañen a sus adversarios". Ahora te jorobas. "Pedro Sánchez está atrapado por sus propias y reiteradas palabras de inflexibilidad ante los menores indicios de corrupción y sus promesas de erradicar las prácticas irregulares. Está pues obligado a respetar las mismas líneas rojas que él ha trazado y a obrar en consecuencia". Ay, Pedro, ya lo dijo el viejo sabio, somos esclavos de nuestras palabras. Sobre todo cuando hay un tocapelotas escuchándote.
La Vanguardia cuenta que el proceso sigue su camino. "Mas reformula la hoja de ruta del Govern para afrontar el 27-S". Este hombre tiene más hojas de ruta que un camionero. De aquí al 27 de septiembre le da tiempo a reformularla las veces que quiera.