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Oriol Pujol vincula al pequeño Nicolás en la "campaña" del Estado contra el clan

La cúpula convergente acuda al parlamento catalán para "arropar" a su ex número dos tras la venganza de su hermano mayor contra Mas.

La cúpula convergente acuda al parlamento catalán para "arropar" a su ex número dos tras la venganza de su hermano mayor contra Mas.
Oriol Pujol, durante su comparecencia | EFE

El clan Pujol ha vuelto a torear a los diputados de la comisión del parlamento catalán sobre la corrupcíón vinculada a la familia del expresidente de la Generalidad. Marta Pujol , la segunda hija de Pujol y Marta Ferrusola, fue la encargada de abrir el turno y aunque trató de manejarse con más prudencia y menos soberbia que sus familiares directos, incurrió en contradicciones tanto a la hora de responder a las preguntas sobre el fanoso legado del abuelo Florenci como en el intento de explicar sus peculiares condiciones profesionales el ayuntamiento de Sant Vicenç de Montalt, donde ejerce como arquitecta desde 1996 con un sueldo de 2.200 euros al mes por 15 horas de trabajo a la semana.

Sólo pudo decir que esa situación, su contratación a dedo y la prolongación de tal contrato sin concurso ni convocatoria de plaza, es "normal" en el "90%" de los ayuntamientos catalanes. Blandió, eso sí, un listado de arquitectos contratados por la Generalidad y el Ayuntamiento de Barcelona en los tiempos del tripartito.

Nueva fórmula pregunta/respuesta

Habida cuenta de la debilidad argumental y escasa preparación mostrada la semana pasada por los diputados de la comisión en las comparecencias de Pujol, su esposa y su hijo mayor, Pujol Júnior, los miembros de la familia decidieron dejar a un lado las formalidades preventivas y responder una a una a las preguntas de sus señorías. El resultado fue el mismo: los Pujol consiguieron burlar todas las trampas a base de vaguedades, subterfugios, eufemismos y ataques dirigidos contra el PP y Ciudadanos.

Oriol Pujol, el heredero político de la familia, fue menos explosivo y contundente que su hermano mayor, pero siguió la misma estrategia. Cuando no le convenía responder se amparaba en sus declaraciones ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) y el juzgado de Barcelona que investiga su mediación en el denominado caso ITV, el reparto de las estaciones en las que supuestamente medió y benefició a su amigo Sergi Alsina, empleador a la vez de su esposa, Anna Vidal Maragall, quien se ocupaba, por otra parte, de elabora"informes" sobre las deslocalizaciones empresariales en Cataluña que generaban importantes beneficios y presuntas comisiones para el entonces número dos de Convergència.

Protegidos por David Fernàndez

Con la aquiescencia y protección del presidente de la comisión, el diputado antisistema David Fernàndez, Oriol Pujol pudo dedicar su comparecencia a la pura intoxicación. En presencia de la cúpula de Convergència, que pretendía evitar una nueva "vendetta" de los Pujol contra Mas, Oriol se deshizo en elogios del actual president y negó que fuera nombrado sucesor de Jordi Pujol en el velador familiar. El hijo político de Pujol aprovechó el turno final para lanzar dos cargas de profundidad contra el Estado y contra la presidenta del PP de Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho.

Oriol Pujol relató una reunión con Francisco Nicolás, el pequeño Nicolás, en la que dijo que este singular personaje se le presentó como un enviado de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y del ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz; que exigió reunirse con él sin abogados de por medio y que manifestaba un conocimiento sobre la vida y actividades de los Pujol que no figura en ninguno de los sumarios o procedimientos abiertos contra la gran familia catalana.

Ataque del Estado

Esa anécdota le sirvió para vincular las dificultades jurídicas de los Pujol con el proceso separatista y atribuir al Estado una campaña de acoso y derribo contra los planes secesionistas de Mas. También dijo Oriol que ahora entendía el interés que Alicia Sánchez-Camacho le mostró en junio de 2011 por las actividades profesionales de su mujer, cuando CiU y el PP trababan pactos municipales entre ambas formaciones tras las pasadas elecciones locales.

Como era el turno de cierre de la comparecencia, nadie pudo indagar más a fondo sobre esas nada veladas insinuaciones. En conclusión, Oriol Pujol envolvió a los diputados en un relato en el que él no dispone de dinero en el extranjero, nunca ha regularizado cantidad alguna, las deslocalizaciones no eran tales sino "relocalizaciones" ("tesis" alumbrada por Mas durante su comparecencia en la misma comisión hace tres lunes) y todo es una operación del Estado en la que Alicia Sánchez-Camacho y el pequeño Nicolás habrían jugado papeles determinantes.

El tercer Pujol en comparecer este lunes fue Pere Pujol, ingeniero agrónomo, beneficiario del "legado Florenci" y socio de los Sumarroca en la empresa Entorn, dedicada, entre otras actividades, a la emisión de informes medioambientales para la Generalidad. Pere Pujol, el más discreto de los hijos de la saga, fue quien se tomó la comparecencia más en serio y con menos ínfulas, aunque ceñido en todo momento al guión familiar en el caso de la "herencia". Eso sí, sin reivindicar su habilidad para los negocios (JPF), su entrega al país (OPF) o la teórica operación del Estado para acabar con el proceso en las carnes de los Pujol y Ferrusola.

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