En la medida en que los sondeos reflejan el retroceso del separatismo, Convergència se radicaliza con guiños a la izquierda antisistema y planteamientos separatistas más extremos que los de Esquerra Republicana. La última "idea" de los convergentes, la de impulsar un catálogo de propiedades del Estado que deberían pasar a la Generalidad en la fase de "desconexión" decretada por Artur Mas es una suma de planteamientos que conjugan el antimilitarismo con la demagogia populista.
El diputado de CiU Jordi Xuclà, portavoz de Defensa del grupo que encabeza Josep Duran Lleida, planteará una proposición no de ley esta semana en el Congreso para que el Ministerio de Defensa "ceda" a la Generalidad o al Ayuntamiento el cuartel del Bruch de Barcelona "porque es evidente que no tiene ninguna función militar, sólo aguantar la bandera".
El cuartel es la caja de reclutas y entre sus funciones figura la administración del Ejército en la región militar que incluye las regiones del noreste de España, el adiestramiento, la instrucción y la formación física de los soldados profesionales. Es también residencia de oficiales, centro académico y punto de encuentro entre las Fuerzas Armadas y la sociedad catalana, dado su programa de puertas abiertas, visitas escolares, exposiciones y actos sociales.
El cuartel, de imponente factura arquitectónica, se encuentra al principio de la Avenida de la Diagonal, en una de las zonas donde es más apreciado el metro cuadrado, tanto el de uso residencial como el comercial. Por otra parte, ni el Ayuntamiento de Barcelona ni la Generalidad se han distinguido por su política de viviendas sociales. Sin embargo, sí que se consiguió la cesión del Castillo de Montjuich, que ahora es propiedad del Ayuntamiento de Barcelona, que lo mantiene en estado de abandono y cerrado al público.
El Castillo era en sí un museo arqueológico que incluía en su interior otro de historia militar, con una de las más importantes colecciones de soldados de plomo del mundo, además de una selección de armaduras y uniformes a la altura de los museos estadounidenses, franceses y británicos. La primera providencia del Ayuntamiento de Barcelona fue cerrarlo al público. Y así sigue.
El cuartel del Bruch es otro de esos conjuntos militares del patrimonio arquitectónico de Barcelona que podría pasar a la historia, como el antes citado Castillo o el Cuartel de Lepanto, en la salida de la Ciudad Condal hacia el aeropuerto de El Prat.
En los dos últimos ejercicios, la Generalidad ha puesto a la venta algunas de las sedes de sus consejerías y entidades para obtener liquidez, pero la mayoría de las operaciones que se han cerrado lo ha sido muy por debajo de los precios de salida marcados por la consejería de Economía. El Cuartel del Bruch, rodeado de facultades universitarias, frente a los centros comerciales más importantes de Barcelona y en la más cara zona residencial, es un bocado muy apetecible para CiU, que podría paliar el estado de las quebradas arcas de la Generalidad y que además complace a la izquierda antisistema.