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Así fue la tensa ruptura de Rosa Díez e Irene Lozano

Lozano volvió a criticar duramente a Ciudadanos al mismo tiempo que pidió el pacto.

Lozano volvió a criticar duramente a Ciudadanos al mismo tiempo que pidió el pacto.

Fue una reunión larga -se prolongó hasta la medianoche- y tensa que terminó con la dimisión de cinco de los miembros del máximo órgano directivo tras perder las dos votaciones que se llevaron a cabo en una urna y no a mano alzada. A saber: si había que unirse con Ciudadanos, posibilidad a la que se dio portazo con casi ninguna voz discrepante el pasado otoño, y si Rosa Díez debía dimitir, posibilidad que la propia presidenta del partido había descartado previamente en una concurrida rueda de prensa que no fue del agrado de los críticos, por considerar que la comparecencia se tenía que haber producido después de la reunión y no antes.

Las dimisiones en cadena en el máximo órgano de dirección de UPyD tienen un riesgo, pues si renuncian once de los miembros que fueron elegidos en el último Congreso los estatutos obligan a destituir al órgano al completo, lo que podría obligar a nombrar una Gestora antes de convocar un Congreso extraordinario. De momento, con los cinco de este martes, ya se han ido nueve de los miembros originarios, si bien en las últimas horas uno de los que dimitió ayer, el portavoz en la Asamblea de Madrid Luis de Velasco, ha decidido rectificar su decisión.

Aunque en todo momento se mantuvo la cordialidad, pues a juicio de uno de los dirigentes próximos a Díez: "Irene Lozano y Álvaro Anchuelo tienen un estilo elegante, no como Enrique Calvet o Fernando Maura" la reunión evidenció una división de fondo sobre una cuestión que hasta ese momento había mantenido bastante unido al Consejo, incluso a sus dos rostros más mediáticos: la propia Díez y la diputada Lozano, siempre fiel a la negativa a pactar con Ciudadanos, hasta el punto de arremeter con dureza contra Francisco Sosa Wagner el pasado verano por haber sugerido esa posibilidad. Ahora, como cabecilla de los críticos, y convencida de que Ciudadanos es un partido con muchas deficiencias internas, se muestra una acérrima defensora del entendimiento, por el que no hizo nada en las dos reuniones al más alto nivel entre las dos formaciones celebradas en el último trimestre de 2014.

El resto de los críticos que luego dimitirían también, el diputado Álvaro Anchuelo, el citado Velasco, Rodrigo Tena y David Andina insistieron en el riesgo cierto de desaparición que tiene UPyD ante la imparable emergencia de Ciudadanos, formación en la que Velasco y Andina militaron. Pero para los próximos a Díez el riesgo es que la formación de Albert Rivera les termine fagocitando. Para uno de los dimitidos, eso ya está ocurriendo en el terreno electoral, como se ha visto en Andalucía, pues, comenta a Libertad Digital, cuando a los electores se les pone en una situación así optan por el voto útil, que en este caso es la papeleta de Ciudadanos.

Con las encuestas en contra y una imagen pública de gran división, UPyD se enfrenta a un dramático escenario que le puede hacer perder la práctica totalidad de su presencia institucional afianzada en 2011, cuando como ahora se celebraron comicios autonómicos, municipales y generales.

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