Consciente de la importancia de las elecciones municipales, claves para la disputa del poder hegemónico en el PSOE nacional, y conociendo la debilidad estructural que en este momento presenta el PP andaluz, con serias amenazas sobre sus ocho alcaldes de capitales, Susana Díaz ha rechazado la condición desvelada por el PP para apoyar su investidura: que gobierne la lista más votada en todas partes tras las próximas elecciones municipales.
Pero no le ha bastado la negativa sino que ha intentado dejar en desairada situación al candidato popular. Díaz ha arremetido contra el candidato del PP, Juan Manuel Moreno, por su propuesta, que "no ha superado su derrota y está noqueado", y le ha llamado a "actuar con responsabilidad, pero no pretendiendo trueques del tipo 'para ti la Junta y para mi los ayuntamientos', que los ciudadanos no entenderían".
Es más, Díaz ha calificado como "cambalaches y trueques raros" la propuesta de Juanma Moreno añadiendo que la Junta de Andalucía no puede ser "moneda de cambio de nada ni de nadie".
En una entrevista con Canal Sur Radio, la presidenta en funciones mostró su confianza en que los partidos estén "a la altura", porque los andaluces aclararon en las urnas quiénes quieren que los gobierne, dijo olvidando que su partido hizo uno de esos cambalaches en las elecciones de 2012 para evitar que gobernara el PP pese a ganar las elecciones.
"O gobierna el PSOE o no hay gobierno, pero con responsabilidad todos estaremos a la altura. El diálogo tiene que marcar esta legislatura y puede ser ejemplo para el conjunto de España", analizó Díaz, que continuó: "Busco diálogo fluido y que todos asumamos la responsabilidad de lo que han dicho los andaluces en las urnas".
De este modo, la presidenta en funciones de Andalucía parece inclinarse decididamente por un pacto con Podemos o con Ciudadanos, puesto que con Izquierda Unida, aunque fuera posible cuantitativamente, no lo sería políticamente. IU ya ha dicho que no se fía de Susana Díaz.