Luis Pizarro, cabeza del clan de Alcalá y exconsejero de Gobernación, eliminó sin más los votos del PP que se depositaron para la elección de las secretarias de la Mesa del Parlamento, provocando la reacción inmediata del PP andaluz que lo acusó de vulnerar la legalidad vigente. Pizarro se arrogó la potestad de interpretar el reglamento del Parlamento y decidió, sin más, eliminar los votos populares y darle los puestos de la secretaría a Ciudadanos y a Izquierda Unida, con muchos menos votos que el PP. El PP anunció recurso ante el Tribunal Constitucional.
Las elección se lleva a cabo por el número de votos obtenido por cada partido. Ell PSOE consiguió 47 votos para su candidato a la secretaría y el PP 33, pero estos 33 votos no fueron tenidos en cuenta por Pizarro quien sólo mencionó los 9 obtenidos por Ciudadanos y los 5 logrados por IU. Dado que todos los grupos tienen que tener puesto en la mesa, Pizarro interpretó que debía ser del modo que él quiso sin esperar informe alguno del servicio jurídico del Parlamento.
En un caso anómalo y sin precedentes, Luis Pizarro decidió quitar la palabra al anterior portavoz del PP en el Parlamento andaluz, Carlos Rojas, y luego llamó al orden a Patricia del Pozo, diputada del PP, que invocaban artículos del reglamento contrarios a la decisión de Pizarro.
Es más, Pizarro se arrogó la competencia de interpretar el reglamento parlamentario, que corresponde en excusiva al presidente del Parlamento, y decidió que la composición de la Mesa era la que él decía.
El País lo recoge exponiendo que "una enorme bronca ha inaugurado la décima legislatura del Parlamento de Andalucía por la elección de la Mesa de la Cámara. El portavoz del PP, Carlos Rojas, y el presidente de la Mesa de edad, el socialista Luis Pizarro, han mantenido a voces un tenso intercambio de reproches cuando se ha proclamado la composición de los siete puestos del órgano de gobierno parlamentario. El PP ha apelado a la proporcionalidad y ha anunciado que recurrirá ante el Tribunal Constitucional la elección."
Podemos y Ciuudadanos no reaccionaron ante el abuso manifiesto de autoridad.