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Irene Lozano sigue sin fiarse de que Rosa Díez organice un Congreso imparcial

Los renovadores de UPyD piden a la Comisión Electoral el censo y que no haya intervenciones favorables a Andrés Herzog.

Los renovadores de UPyD piden a la Comisión Electoral el censo y que no haya intervenciones favorables a Andrés Herzog.

A menos de dos semanas del Congreso Extraordinario en el que Rosa Díez cederá el testigo del liderazgo de UPyD, el clima de confrontación sigue creciendo. La candidatura de Renovadores que encabeza la diputada Irene Lozano y cuyo número dos es Toni Cantó sigue sin fiarse de que la dirección saliente, a la que pertenece el candidato oficialista Andrés Herzog, juegue limpio. En una carta, firmada por David Andina, uno de los miembros del Comité de Dirección que dimitió tras el batacazo en las elecciones andaluzas de marzo, se pide a la Comisión Electoral del partido magenta el censo de los afiliados que votarán en todas las provincias el próximo 11 de julio, fecha del cónclave, así como mayor transparencia en la web del congreso y en la propia organización del mismo. El grupo de Lozano expresa así sus dudas sobre la debida imparcialidad del aparato de UPyD: "Entendemos que tal como está diseñado dicho Congreso es el marco idóneo para que se puedan dar situaciones que beneficien a unas candidaturas frente a otras".

Aún no se conoce el nombre de quiénes intervendrán durante la única jornada del Congreso, en la que habrá urnas por toda España pero se realizará un acto central en Madrid. Los autodenominados Renovadores temen que se trate de discursos que ensalcen la figura de Díez y, por tanto, se entiendan como favorables a la candidatura de Hérzog. Desde la dirección se asegura que, además de personalidades de la sociedad civil, intervendrán afiliados elegidos por sorteo, pero la desconfianza de la candidatura de Lozano y Cantó es tanta que hasta piden estar presentes en dicho sorteo. Además, desvelan que UPyD tiene un "trato ventajoso" con el Círculo de Bellas Artes, donde se va a celebrar el Congreso, y por ello piden que se les informe de la disponibilidad del recinto para dar a conocer su candidatura.

Lo cierto es que a día de hoy ni siquiera está garantizado que la propia Irene Lozano pueda dirigirse a los presentes para pedir el voto, una eventualidad que no contempló el secretario de organización del partido, Juan Luis Fabo, cuando presentó a la prensa el Congreso. La carta remitida a la Comisión electoral se suma a otras polémicas que van a marcar la salida de Rosa Díez. El grupo de Lozano ya la acusó de "organizarse una fiesta de despedida" e incluso ha pedido a la Comisión de Garantías su destitución por "espiar" las comunicaciones de Lozano con, entre otros, el ex líder magenta en Asturias, hoy en Ciudadanos, Ignacio Prendes. El 11 de julio los afiliados de UPyD decidirán el futuro inmediato del partido.

Si hacen a Irene Lozano la nueva líder magenta este mismo verano se vería una escena del sofá con Albert Rivera, muy parecida a la que la semana pasada protagonizaron los líderes de Podemos e IU, Pablo Iglesias y Alberto Garzón.

Si por el contrario le dan su confianza a Andrés Herzog, UPyD seguirá siendo un proyecto político "autónomo" como repite hasta la saciedad Rosa Díez, aunque esa autonomía le lleve a su practica desaparición (el escenario más probable con las encuestas en la mano) después de las elecciones generales de final de año y las del año que viene en el País Vasco (el diputado en Vitoria Gorka Maneiro forma parte de la candidatura de Herzog).

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