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Santiago Abascal: "El PP está políticamente acabado"

El candidato a las generales de VOX augura una debacle de los populares y afirma que la política de pactos le pasará factura a Ciudadanos

Junto a la sede de VOX, en una céntrica calle de Madrid, Santiago Abascal (Bilbao, 1976) nos recibe con ropa veraniega y presumiendo de haber perdido diez kilos en los últimos meses. Un esfuerzo importante, pero nimio en comparación con el reto político al que se enfrenta, después de no haber logrado representación en las primeras citas electorales de su partido. Ahora encabeza, tras ser elegido en primarias, la candidatura a las generales, para las que augura una debacle histórica del PP.

- Usted es candidato de VOX para unas elecciones generales con un escenario de paso del bipartidismo al cuatripartidismo. Sin embargo, hay otras alternativas extraparlamentarias como ustedes o la nueva formación que han presentado Alberto Sotillos y Beatriz Talegón. Pero las encuestas no les dan opciones.

- El problema es que hay muchas opciones en el extremo centro y la izquierda, pero en la derecha estamos nosotros solos. Esa es nuestra ventaja. Nosotros aspiramos a dar voz a una parte de España que se ubica ahí y que se ha sentido abandonada por el PP. Algunos no nos conocen y otros, aun conociéndonos, y aquí debemos ser autocríticos, han pensado que era arrojar el voto a la basura. Tenemos la simpatía de mucha gente que aún no nos vota, mientras que Mariano Rajoy tiene la antipatía de mucha gente que ahora le vota.

- ¿Cómo analiza los movimientos de Rajoy posteriores al 24-M, con una anunciada crisis de Gobierno que no ha sido tal y los cambios en la cúpula del PP?

- El PP está políticamente acabado, no tiene posibilidad de refundación y cualquier intento antes o después de la debacle que va a sufrir en las generales va a ser perseverar en el error. Se ha visto con los cambios en la dirección, Rajoy ha ascendido a alguien como Javier Maroto, que nos venía a decir que los de Bildu eran muy simpáticos, que tomaba potes con ellos y que su peluquera era de Bildu. Rajoy ha ascendido a los altares de Génova a gente frívola, políticamente irrelevantes y muy alejados de los principios que defendía el PP.

- ¿En ese perfil encaja Pablo Casado?

- Decía unas cosas antes de ser portavoz de Rajoy y otras ahora. Ha dulcificado su mensaje, pegándose al paisaje de Génova 13. Yo hasta ahora compartía algunas de las cosas que decía. He debatido con él en televisión y he podido escucharle decir que el PP había cumplido el 93% de su programa electoral, me parece una tomadura de pelo. No creo que lo piense. España necesita políticos jóvenes que digan la verdad y estén dispuestos a jugarse el puesto por sus ideas.

- Se habla, por enésima vez, de una rebelión en el grupo popular a la hora de votar las enmiendas a la Ley del Aborto.

- Es posible que un pequeño grupo de valientes tengan un gesto de dignidad. Pero la clave es que el PP va a traicionarse a sí mismo, votando en contra de sus propias enmiendas.

- Supongo que no le ha sorprendido ver la Ikurriña en Pamplona.

- Me parece una consecuencia de la dimisión del PP y del PSOE de comportarse como fuerzas verdaderamente españolas. Algo que se ha producido en Cataluña, en mi tierra vasca y en Navarra. Que alguien de Bildu haga esto es normal, aunque está haciendo algo absolutamente ilegal que debería ser perseguido por la justicia. Es muy malo que PP y PSOE hayan desaparecido de algunos lugares, pero es peor para los españoles.

La reunificación de País Vasco y Navarra, término absurdo porque nunca estuvieron unidas, era, no lo olvidemos, una de las reivindicaciones de la Alternativa KAS, otra era la amnistía, que se ha producido por la vía de la anulación de la Doctrina Parot. Les falta la autodeterminación, y por eso están muy pendientes de lo que suceda en Cataluña.

- Un nacionalista vasco le dirá, y no sin razón, que en la Constitución hay una disposición transitoria, la cuarta, que contempla esa integración vasco navarra.

- Sí. Debería haber sido transitoria y eliminada, permanece ahí por la cobardía de PP y PSOE.

- Usted conoce bien lo que ha sido UPN. En el momento político que vive España, donde muchos partidos, VOX entre ellos, hablan de regeneración y de comportamientos ejemplares ¿cree que esa formación ha estado a la altura?

- Creo que el éxito de Podemos, o de Bildu en Navarra, no es únicamente una cosecha propia. Son hijos de la corrupción, de la destrucción de la clase media y de los errores de los viejos partidos, entre ellos UPN. Han podido tener algún mérito, pero se lo diré con claridad: no creo en los pequeños partidos regionales, prefiero formaciones fuertes y cohesionadas con presencia en toda España.

Santiago Abascal

- En las elecciones generales se hablará, sin duda, de la posibilidad de una reforma constitucional. Pedro Sánchez y Albert Rivera ya tienen a un grupo de notables encargados de estudiarla. Imaginemos que usted se sienta en la próxima legislatura en una ponencia constitucional ¿Qué grado de acuerdo podría alcanzar con el PSOE o con Ciudadanos?

- El problema de la democracia española ha sido el consenso de disgregar España, eso ha sido negativo. Ahora todos, excepto el PP, quieren abrir ese melón, pero apuestan por una España más dividida en la que seamos menos iguales y menos libres. En ese escenario VOX puede ser un contrapeso.

Hay un 30% de españoles que quiere el fin de las autonomías o que pierdan competencias, nosotros aspiramos a representarles.

- Ahora mismo la gran incógnita es cómo les irá en las generales a Podemos y a Ciudadanos. Por un lado concurrirán con sus mejores líderes, pero por el otro el votante ya conoce cómo han actuado en autonomías y ayuntamientos a la hora de pactar.

- Creo que a Podemos su política de pactos no le va a causar ningún perjuicio. Sin embargo Ciudadanos ha jugado a la ambivalencia ideológica, pactando con PP y PSOE a conveniencia y apuntalando el régimen socialista en Andalucía. Le pasará factura en las urnas.

Muchos votantes de centro derecha que han respaldado a Ciudadanos están viendo cómo se pavonean de su asistencia al Orgullo Gay, pactan con el PSOE o no se pronuncian sobre el derecho a la vida. No se mojan ni debajo del agua.

- ¿Hay homosexuales en VOX?

- Yo no acostumbro a preguntar a los que están a mi lado qué hacen debajo de las sábanas. Ahora bien, y para no escurrir el bulto: hay homosexuales entre nuestros militantes, yo creo que muchos no se sienten representados bajo la bandera del arcoiris ni en la bacanal que con el nombre de Orgullo Gay se celebra en las calles.

- Me gustaría preguntarle por Grecia. Alexis Tsipras tiene un socio de Gobierno que, aunque usted lo negará, se ubica en las mismas coordenadas que VOX. Se trata de ANEL, una escisión por la derecha de Nueva Democracia, aunque usted me negará que VOX sea una escisión del PP.

- [Risas] Se lo niego, sí, pero haga la pregunta.

- ¿Cómo ve la alianza que un presidente de izquierdas ha buscado con una derecha con fuerte sentido nacional, a la que le ha dado el ministerio de Defensa?

- Eso es comprensible en Grecia, porque todos creen en la soberanía popular, como se ha visto con las banderas en la plaza Sintagma. Pero en España nosotros no podríamos tener esa sintonía con, por ejemplo, Podemos, que se pone muy bravo con Merkel pero se acobarda con Artur Mas y los separatistas. La soberanía española se defiende en el exterior y en el interior. Nunca podremos ir de la mano de alguien que, como Pablo Iglesias, empezó su carrera política en una Herriko Taberna.

- Quien sí ha sacado la bandera de España es Pedro Sánchez.

- Me sorprendió gratamente. Es muy importante que la izquierda haga eso, porque nos ayuda a normalizar nuestros símbolos. Aunque le pido coherencia, porque a ver si es verdad que va a ser el "último refugio de los canallas". No se puede hacer eso y luego ir a ver a Iñigo Urkullu para hablar de una reforma que discuta la unidad de nuestro país.

- Está muy implicado con el apoyo a la comunidad cristiana en Irak.

- Lo que está pasando en Irak y Siria no es lo que está pasando allí únicamente. Todos tenemos que implicarnos en el combate contra el islamismo radical, de cuya amenaza España no escapa. Precisamente en la mesa de al lado hay un buen amigo, con el que ahora me voy a reunir, que es un cristiano de Irak, alguien perseguido y que conoce bien la amenaza que vive ahí esa comunidad. En breve volveré a Irak para conocer la situación sobre el terreno. VOX defenderá sin complejos los valores del cristianismo, entre ellos la separación entre Iglesia y Estado o la igualdad entre el hombre y la mujer que tan necesario es reivindicar en Oriente Próximo.

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