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Interior construirá esclusas en el río Guadarranque para frenar el narcotráfico

Los narcotraficantes que traen el hachís desde Marruecos campan a sus anchas en el cauce de este río.

Los narcotraficantes que traen el hachís desde Marruecos campan a sus anchas en el cauce de este río.
Narcoembarcadero en el río Guadarranque. | Min. Interior

El Guadarranque es un pequeño río de apenas 43 kilómetros, pero es un auténtico quebradero de cabeza para el Ministerio del Interior. Discurre por la comarca del Campo de Gibraltar y vierte sus aguas en la Bahía de Algeciras y, precisamente eso, unido a la multitud de embarcaderos privados que hay en los últimos kilómetros de su desembocadura, lo convierten en un punto masivo de entrada de drogas y otros cargamentos ilegales desde el norte de África. Las Fuerzas de Seguridad las pasan canutas para controlar la zona.

El modus operandi es muy sencillo. Las mafias del narcotráfico alquilan casas con embarcadero propio a las orillas del río. Normalmente, con amplias puertas y verjas que garantizan la seguridad y el anonimato tanto de la vivienda como del propio embarcadero. Los narcotraficantes montan en la lancha y en apenas unos minutos se encuentran en plena Bahía de Algeciras, sin ningún obstáculo que les permita atravesar el Estrecho de Gibraltar en escasos minutos.

Al otro lado del estrecho, frente a las costas de Marruecos, donde no tardan en llegar mucho más de 15 minutos, suelen estar esperando barcos nodriza que suministran varios cientos de kilos de hachis. Una vez cargados, ponen el motor a toda velocidad y regresan hacia el cauce del río Guadarranque. Suelen llevar un pasamontañas a modo de gorro por si se cruzan con la Guardia Civil. Si así sucede, empieza la carrera. Perseguidos o solos se les suele perdir la pista en los primeros kilómetros del cauce, donde sus compinches les esperan en los embarcaderos privados para hacerles desaparecer.

Una vez ya en la intimidad de estos embarcaderos, los narcotraficantes pueden descargar con tranquilidad toda la droga que han transportado y entra en el circuito logístico de la organización. La Guardia Civil y la Agencia Tributaria han realizado en los últimos años varios operaciones policiales contra estos denominados narcoembarcaderos. Pero las mafias se están mostrando de momento más efectivos que las Fuerzas de Seguridad

Ahora el Ministerio del Interior quiere dar un paso más para impedir que el cauce de este río sigue siendo una bendición para los traficantes de droga. Así lo anunció el pasado miércoles el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez Vázquez, durante su comparecencia en la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados para explicar los presupuestos con los que contará su departamento en 2016.

A finales de este año, comenzarán unas obras en el cauce del río con el objetivo de colocar barreras físicas que impidan a las lanchas de los narcotraficantes campar a sus anchas, como sucede hasta ahora. Según dijo, se construirá un sistema de esclusas en el río que supondrán una "limitación al tráfico para facilitar el trabajo policial en prevención" y que estarán "perfectamente integradas medioambientalmente". La previsión es que la construcción de estas barreras finalice en verano de 2016.

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