Xavier García Albiol toreó hoy a la presentadora suplente de Al Rojo Vivo, Cristina Pardo, ansiosa de convertirse en el mayor azote de los peperos y quitarle ese puesto a Ana Pastor. Si ayer mantuvo una batalla campal con Esperanza Aguirre, hoy intentó buscar un titular escandaloso al candidato del PP a la Generalidad de Cataluña.
Pardo saltaba de un tema a otro a ver si lograba una declaración xenófoba o fascista del candidato catalán. Empezó por lo fácil, el suculento asunto de la inmigración y las tarjetas sanitarias buscando que Albiol confesara que dejaría morir en la puerta de los hospitales a los inmigrantes sin papeles. Nada, Albiol le dijo que su modelo era el del socialista francés François Hollande. Atender los casos de urgencia pero no, por ejemplo, "una operación de cataratas".
Viendo que por ahí no sacaba nada, la intrépida periodista lo intentó con el problema de la inmigración siria en el este de Europa. "¿Mandaría al ejército a las vallas para controlar a los inmigrantes en Hungría?", inquirió. Pero se encontró con que Albiol no tiene elaborado un programa de gobierno para Hungría.
"¿Es usted como Trump?", atacó Pardo al estilo del presentador de Las mañanas de Cuatro Javier Ruiz cuando le espetó "¿es usted el candidato racista?". "No, no soy como Trump", aclaró García Albiol anunciando que no va a levantar ninguna valla en la frontera con México ni expulsar a los mexicanos de EEUU. Eso sí, dejó meridianamente claro que cree que los inmigrantes ilegales que delincan deberían ser expulsados de España.
Entonces se acordó la presentadora de las polémicas concertinas. "¿Le gustan las concertinas?". Albiol no tuvo más remedio que refrescarle la memoria a la periodista. "Las concertinas las puso el PSOE". "Pero el PP no las quitó", saltó Pardo.
Ya nerviosa ante el fracaso de la entrevista, Pardo disparó con la exhumación de Franco. "¿Qué le parece?" la última gran idea de Pedro Sánchez, preguntó a su invitado. "No creo que sea una prioridad de la mayoría de la sociedad gastar dinero público en abrir fosas", dijo, y añadió que preferiría dedicarlo a cosas de mayor interés general o a mejorar los hospitales.
Al final Pardo lo intentó con la Púnica, aferrándose a que el exalcalde de Badalona recibió a un empresario relacionado con la trama pero con el que no firmó ningún contrato ni le dio ninguna adjudicación. "Se salvó por los pelos", soltó la presentadora.