Lo está pasando mal el periódico del conde de Godó viendo a su antaño querido presidente humillado hasta el patetismo a los ojos de todo el mundo por un grupito antisistema con diez diputados. "Mas hace más concesiones que no convencen a la CUP", titula en portada.
Marius Carol, el director, está muerto de vergüenza con su presidente. "Se puede perder todo menos la dignidad", dice en su artículo. "En estos días preocupa que Artur Mas, en su afán por alcanzar acuerdos con la CUP, haya forzado tanto la negociación como para rebajar la entidad del cargo e incluso para ponerle fecha de caducidad. La dignidad no se recorta ni se negocia". Me temo que sí, querido Carol, ya te digo si la dignidad se negocia. No hay más que ver a vuestro presidente convirtiéndola en mercancía de zoco árabe.
El editorial se resiste a personalizar en Artur Mas la vergüenza que están pasando. "En su ahora inútil porfia para lograr el voto favorable de la CUP, que garantice la investidura de Mas, Junts pel Sí ha llevado a cabo esta semana movimientos políticos que han causado estupor y rechazo (…) Las concesiones que Junts pel Sí ha puesto en bandeja a la CUP nos han parecido disparatadas y, también, lesivas para la dignidad de las instituciones catalanas". A ver si revisan su máquina de fabricar partidos, parece que éste les ha salido un poco defectuoso.
Enric Juliana tiene una pregunta. "La clave es ver si Mas está dispuesto a pagar a la CUP con una acto de desobediencia pocos días antes del 20-D". ¿Todavía te quedan dudas, hijo? Mas está dispuesto a pagar lo que le pidan con tal de ser presidente, hasta a ponerse a cuatro patas en el Parlament y andar a gatas. Si ha sacado los colores hasta a su biógrafa y fan incuestionable Pilar Rahola, que en su columna de hoy no se atreve ni a nombrarlo y se va por los cerros de Úbeda con bombardeos a Barcelona y Lerroux.