El responsable económico de Ciudadanos y el filósofo y encargado de realizar el Libro Blanco de la función docente para el PP debatieron largo y tendido este jueves en Madrid sobre la educación, asunto éste que les apasiona y preocupa por igual.
Luis Garicano y José Antonio Marina se mostraron optimistas ante la posibilidad real de cambiar la situación educativa en nuestro país: el diagnóstico está claro; ahora sólo queda ponerlo en marcha. Quizá esta percepción fue mayor al comprobar la expectación que había levantado su coloquio: en la sede de Abante, donde se celebró el encuentro, no cabía un alfiler.
"Vamos a mantener la Lomce pero con el compromiso de hacer un Pacto de Estado en un año", apuntó Marina, al que no le gusta nada la actual ley educativa, pero cree que no es bueno derogarla si antes no se ha buscado una solución real y de consenso para cambiar el sistema.
El dirigente de Ciudadanos recogió el guante y subió la apuesta: "Yo me comprometo a hacerlo [el Pacto de Estado] pero en cien días", los primeros cien días de legislatura, porque lo que "no se hace en ese tiempo no se hace", sostuvo Garicano. "Pero vamos a hacerlo", insistió. Marina también lo vio viable si la "sociedad civil cortocircuita a los políticos".
Este aspecto lo explicó bien el profesor de la London School of Economics. Sólo será posible este acuerdo si los partidos políticos –fundamentalmente PP y PSOE- consiguen "aislar" tres temas: el debate entre escuela pública y concertada; el de Religión/Educación para la Ciudadanía; y el de la identidad regional (lenguas cooficiales y nacionalismos varios instalados en algunas comunidades autónomas). Garicano insistió en que esto no consiste en despojarles de la importancia que estos tres asuntos tienen, pero con ellos es imposible avanzar hacia el acuerdo. "Aislemos esta maraña de cosas que nos van a separar y hagamos una coalición que se pregunte: ‘¿cómo podemos cambiar esto?’"
Más allá de las diferencias ideológicas entre PP y PSOE, Garicano señaló dos "fuerzas inmovilistas", que pueden complicar el acuerdo: "los sindicatos de profesores" y los "estudiantes" de Secundaria y Universidad. Estos dos grupos, vaticinó Garicano, "se van a oponer porque –quizá- no confían en que las cosas se pueden mejorar". No estuvo de acuerdo aquí Marina: "Los adolescentes son víctimas del sistema porque no se cuida su capacidad de aprender. Entran en Primaria queriendo aprender y salen queriendo aprobar".
Y un Pacto de Estado, ¿para qué?, ¿cómo?, ¿qué es lo que se tiene que incluir? Una vez más los dos coincidieron en que la pieza angular del cambio -y que es necesario poner en valor- es el profesor. Insistieron en lo que se ha venido afirmando estas últimas semanas, y que algunos de los principales partidos recogen en sus programas: mejor formación y continuada, MIR educativo, incentivos y estímulos a lo largo de toda la carrera docente, etc. Y en esto destacaron que "el director es una figura crucial". Hay que modificar la manera de configurar los equipos directivos de los centros.
Si se realiza un cambio verdadero en este sentido, "es posible mejorar" el sistema educativo en cinco años, afirmaron.