Entre los incontables libros que adornan el salón madrileño de Fernando Savater (San Sebastián, 1947) se encuentra, entre los que aún no han encontrado acomodo definitivo en la librería, su última obra "Aquí viven leones", un repaso a grandes escritores de la historia escrito con Sara Torres, su compañera recientemente fallecida. El entrevistador tendrá el lujo de llevárselo con una dedicatoria para su mujer, lectora del filósofo desde los tiempos escolares de "Ética para Amador". Savater, veterano en la materia, pone distancia física con su interlocutor, al que coloca en un cómodo sofá a tres metros de su mecedora, desde donde nos explica las razones que le han llevado, por primera vez en su vida, a bajar a la arena electoral.
Su vinculación con UPyD es pública y antigua. ¿Cómo se decide a dar el paso de presentarse en las listas del Senado?
Nos hemos encontrado, al igual que Izquierda Unida, con un ninguneo doloso. Dos partidos con más de un millón de votos y representación parlamentaria desaparecen de los debates y el foco. Mientras que otros dos, Ciudadanos y Podemos, están en todos los lados. Se les llama emergentes, pero habría que decir que se ha tirado de ellos. Por eso me niego a ver debates que excluyan a un partido anterior, que empezó a romper el bipartidismo y que abanderó muchas de las propuestas que luego han sido recogidas por esos dos partidos, incluso por los del 15-M, como cuando se hablaba de la reforma de Ley Electoral.
Naturalmente, los debates son importantísimos, sobre todo para los medios de comunicación que los promueven [abierta sonrisa] y que se hacen autopropaganda. Estamos ante la profecía auto cumplida, cuando haces que un partido no salga en ningún sitio. Mire: había gente que me decía: "Qué lástima que ya no sigáis con lo de UPyD". Por despejar esas incógnitas, me he decidido a dar el paso, como una muestra pública de apoyo, a pesar de que ni por edad ni por capacidad me veo ya político.
Para un filósofo el Senado tiene unas reminiscencias muy claras.
Claro. Mi ilusión es ser como Charles Laughton en Espartaco, con una copa de vino y rodeado de vírgenes [grandes risas]. Siempre me había negado a entrar en la primera línea, sobre todo por edad. Pero bueno, senador viene de senior y, falta de otras cualidades, la de viejo la reúno. Lo más importante, de todas formas, es que mantengamos la representación en el Congreso, con alguien tan valioso como Andrés Herzog.
Durante la transición hubo senadores como Camilo José Cela. Es verdad que porque existía la designación real, pero de alguna forma se entendía como una cámara de notables, ahora se habla de cementerio de elefantes.
Sí. Ahora habrá gente valiosa, supongo, pero efectivamente no se ha encontrado la fórmula. Estas tonterías que se dicen, de trasladarlo a Barcelona, o de convertirlo en una cámara territorial. Eso es reforzar más la disparidad de las regiones españolas, que sean estaditos y el Senado su ONU, para eso, sinceramente, es mejor cerrarlo.
Habrá leído la columna de su amigo Arcadi Espada en El Mundo, en la que dice, textualmente, sobre Podemos: "Abrió camino en la España bipartidista, a fogonazos de share, del modo que nunca supieron hacerlo los frustrados y frustrantes dirigentes de UPyD".
Eso es falso. UPyD fuimos los únicos que abrimos ese camino, sin apoyos mediáticos. Yo recuerdo que presenté en el Ritz a Rosa antes de las primeras elecciones [las generales de 2008] y cuando alguien le dijo al entonces director de El País, Javier Moreno, que por qué no se le había hecho una entrevista a esa candidata nueva, dijo que había que apresurarse a hacerla porque después de las elecciones nadie se acordaría de ellos. Salió Rosa, luego ampliamos de cuatro a cinco diputados en 2011, en el País Vasco salió Gorka Maneiro, que ha hecho un trabajo extraordinario. Fíjese hasta qué punto es falso lo que dice Arcadi que cuando aparece Podemos ya todo el mundo quería acabar con el bipartidismo, en eso la tarea de UPyD fue fundamental. Cuando aparecimos nadie quería eso, se decía que no había espacio para otro partido.
Nos estamos acercando a la siempre peliaguda cuestión de la unión con Ciudadanos, que usted mismo pidió en el Congreso de UPyD en noviembre de 2013.
Fui el primero que armó el lío [risas].
El caso de Francisco Sosa Wagner ha sido muy significado, sobre todo por su salida del partido, pero usted dijo más o menos lo mismo.
Lo mismo, pero entonces Sosa Wagner era uno de los que no quería ni oír hablar de ello. Le dije que iba a terminar en el Parlamento Europeo en el mismo grupo que Ciudadanos pero separados, y entonces, le expliqué, no nos van a votar los que nos hubiesen votado si hubiésemos ido juntos. La unión no la quería nadie, ni Sosa, ni Irene Lozano ni otros. Pero después Paco, que es persona inteligente, se dio cuenta de que si llegamos a ir con Ciudadanos, ni Podemos ni nada, nosotros hubiésemos sido la gran noticia de aquellas elecciones. Luego él escribió una carta, como todos sabemos, le dijeron cosas bárbaras e intolerables y se estropeó una cosa que no debía haberse estropeado.
¿Qué relación ha tenido con Albert Rivera?
Le presenté cuando empezaron, en Barcelona. Antes de existir UPyD [2006]. Me lo he encontrado tres o cuatro veces, he tenido siempre simpatía y afecto por él, sobre todo porque es esas personas que las conoces muy jóvenes y te quedan afecto. Es una persona muy valiosa.
Usted escribió un artículo hace unos meses en el que decía, textualmente: "Hay responsables en UPyD a los que habría que prohibir Twitter como a los conductores el alcohol". ¿Estaba pensando en Carlos Martínez Gorriarán?
Lo dije en general, porque creo que Twitter es peligroso. Yo afortunadamente no tengo, porque soy una persona de mal carácter y si tuviera escribiría barbaridades. Yo prefiero…
¿La abstinencia?
Sí [risas]. Bebo pero no conduzco. Una cosa es tener un amigo íntimo con el que se habla de cualquier manera y otra los compañeros de un partido, con los que a veces se crean unos abismos absurdos. No hace falta llevarte fraternalmente con la gente del partido.
En el último Consejo Político, Rosa Díez hizo un discurso de calado en el que, de manera naturalmente irónica, dijo que el gran error de UPyD había sido "combatir a ETA y a la corrupción". Hay una especie de teoría, que no calificaré, pero que viene a decir que le establishment ha jugado a destruir al partido.
Imagínese la paradoja de que en un país que dice que le preocupa mucho la corrupción y que quiere partidos limpios, el único partido que no tiene ningún caso de corrupción, ni imputados, está luchando por su supervivencia. Mientras que el resto, ahí se incluye hasta Ciudadanos y, por supuesto, Podemos, tienen todas las bendiciones del pueblo pese a sus escandalos y escandalazos. Los ataques más duros que hemos recibido en los últimos tiempos han sido de la prensa de derechas, como el ABC, por ahí no hemos tenido muchas simpatías.
Ustedes han sido abanderados de causas que hoy abrazan muchos, por ejemplo la reforma constitucional.
Sí. Eso será un reclamo electoral. Vamos a ver: yo soy de los que quiere que se hagan las cosas aunque no las haga yo, prefiero que se haga el puente aunque no lo construya yo. Pero le digo una cosa: además de abanderar los cambios y las reformas, los dirigentes de UPyD, con sus luces y sus sombras, son los más fiables, no han variado el rumbo en estos casi diez años de existencia del partido. Se les puede acusar de intransigencia, pero eso tiene su lado bueno, porque ellos ya han demostrado que no claudicarán, y otros tienen aún que demostrarlo.
Sería imperdonable no hablar con usted de Educación. ¿Hay que derogar totalmente la LOMCE?
Eso es una tontería, lo de abolir las reformas es lo que han hecho todos, de derechas y de izquierdas, desde la transición. Lo que sin duda es muy malo es que no haya ningún muchacho o muchacha que haya hecho toda su carrera académica bajo el mismo sistema. Yo creo en un gran pacto, que tenga muy en cuenta a los maestros, los grandes olvidados. Hay que sustituir a los pedagogos por los maestros.
Usted es una eminencia en carreras de caballos. Al caballo Andrés Herzog, para la carrera de 20 de diciembre, ¿cuánto dinero le ponemos?.
[Risas] Hombre, es un outsider, como decimos en el hipódromo. Merece la pena gastarse el dinero porque van a pagar bien, va a ir 20 o 25 a 1, como mínimo. Yo recomendaría jugador un ganador porque es un caballo que puede estar muy bien pagado.