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La gira andaluza de Ciudadanos consagra a Arrimadas como figura del partido

La líder de la oposición catalana levanta el entusiasmo de la militancia en su tierra de origen.

La líder de la oposición catalana levanta el entusiasmo de la militancia en su tierra de origen.
Inés Arrimadas, en un mitin en Málaga | Efe

En la última parada de la caravana naranja, este miércoles en Málaga, como antes en Granada, Sevilla o Cádiz, se ha repetido invariablemente una escena: los simpatizantes de Ciudadanos recibiendo en pie a Inés Arrimadas, una andaluza de Jerez que hace pocos años ni pensaba en involucrarse en política y que hoy es la jefa de la oposición en Cataluña, la tierra que eligió para vivir. Quienes trabajan entre bambalinas en la organización de los actos del partido centrista aseguran que casi ni les da tiempo a anunciarla por megafonía, dadas las ovaciones que provoca entre los simpatizantes naranja. "Es muy andaluza y vale mucho" comentan al finalizar el acto varios simpatizantes, que hace unos minutos la han escuchado presumir de sus orígenes y decir que precisamente por ellos sabe que "ni los andaluces, ni los madrileños roban a los catalanes, lo hacen los Pujol", una de las afirmaciones más aplaudidas por el público malagueño que este miércoles ha llenado el Palacio de Congresos de la ciudad. Si se pregunta a los dirigentes naranja en Andalucía, el entusiasmo no es menor. De hecho, ya con Albert Rivera rumbo a Toledo, Arrimadas seguirá este jueves haciendo campaña en su localidad de origen, Jerez, y en Jaén, donde aseguran que le darán "un merecido homenaje" según cuenta alguno de los dirigentes del partido.

Su ascendente sobre el partido tiene también que ver con su especial relación con el líder local, Juan Marín. De hecho, fue ella quien acudió en su busca en 2012 cuando, a través de la plataforma Movimiento Ciudadano, Rivera ya planeaba la expansión nacional de Ciudadanos, intuyendo seguramente antes que nadie la crisis del bipartidismo que podría eclosionar definitivamente el 20 de diciembre.

Discípula de Rivera

Arrimadas es, sin duda, hija política de Albert Rivera, el político al que ahora telonea y con el que ha trabajado "escaño con escaño" como ha repetido en los mítines de estos días, en el Parlamento de Cataluña. Una impronta que se nota en su manera de afrontar los debates y en su aversión a los discursos escritos, una costumbre que sin embargo se va modificando poco a poco en la cúpula naranja, cada vez más profesionalizada para la política a nivel nacional. Su figura, además, resulta muy importante para un partido que, como le sucede a Podemos, sigue teniendo especiales problemas con el voto de las mujeres.

Pese a su apariencia de seria y eficiente, tiene su punto anárquico. No siempre lee el resumen de prensa que a primera hora envía el partido, aunque no se le escapa ni un dato cuando tiene que hacer alguna intervención pública. Sabe quién es quien en el partido y le molesta que dentro haya quien pretende arrogarse más importancia de la que tiene en el funcionamiento del día. Recuerda a sus colaboradores algo esencial en ese sentido: "No siempre la primera persona a la que escucháis decir algo es a la que se le ha ocurrido".

Si el 20-D Ciudadanos tiene un resultado destacado en Andalucía, sobre todo en el litoral, que es donde más se confía en ello, nadie podrá escamotearle parte del mérito.

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