El Mundo dice que vuelve el bipartidismo. "La bronca sitúa al PSOE y al PP en el foco de la campaña". "Los populares llaman 'chulo de barrio' a Pedro Sánchez y éste considera que ha movilizado a sus bases". La foto muestra la devastación que ha dejado el debate. "Saludo gélido en el funeral". El careto de Sánchez dando la mano a Rajoy es un poema. La del presidente no sale, pero nos la imaginamos. Se intuye hasta el escupitajo. El editorialista todavía no se ha recuperado del susto y dice que "lo que vimos no fue un debate sino una pelea de boxeo, con frecuentes golpes bajos, sin un árbitro que amonestara a los contendientes". Visto lo visto, dice David Jiménez, "resulta prácticamente imposible una colaboración" entre Sánchez y Rajoy. No, yo tampoco lo veo, más bien parece que se van a liar a bofetada limpia incuso antes del domingo. Mejor que no coincidan más. "La relación personal ha quedado muy dañada, por lo que parece previsible una fuerte tensión entre ambos en la próxima legislatura". Vemos a Rivera e Iglesias intentando separarles en el Congreso. Seguro que lo hacen mejor que Campo Vidal.
Federico Jiménez Losantos exige una encuesta ya. "Las elecciones más reñidas de la historia democrática van a tener que dilucidarse prácticamente a oscuras, sin esa orientación que facilitan los sondeos y que llevan a un grupo pequeño, pero a veces decisivo de votantes, a inclinarse por una u otra opción". Solo "los partidos, con el dinero de los contribuyentes, van a poder saber lo que por ley nos prohíben". Y es que se teme Federico que "Snchz haya encorajinado de tal modo a los viejos votantes del PP que le den a Rajoy más de 140 escaños". Encuesta, encuesta, encuesta...
Casimiro García-Abadillo espera que "dentro de unos años", cuando se haga mayor, Sánchez "sienta un poco de vergüenza". Si llega a mayor, claro. "¡Y qué decir de Rajoy! Los dos nos brindaron un lamentable espectáculo en el que la política brilló por su ausencia". Y lo que os está dando que hablar qué, ¿eh? Victoria Prego está al borde del desmayo. Pedro Sánchez "ha convertido" al PSOE "ante la opinión pública en algo próximo a una banda de matones que celebra con risotadas y grandes palmadas en la espalda la hazaña de uno de los suyos que vuelve a la guarida después de haberle partido el espinazo a un señor que pasaba por allí". Lo del señor que pasaba por allí es muy acertado. Y cree, como Federico, que la "disputa de taberna" puede haber tenido el efecto contrario al buscado por Sánchez. "No hay que descartar en absoluto que votantes del PP que esta vez no le iban a dar su voto a Rajoy hayan reaccionado con indignación ante semejante espectáculo y hayan decidido respaldar a Rajoy". Que lo estaban deseando y sólo necesitaban una excusa, hombre.
El País dice que "Rajoy pone a Ciudadanos ante el reto de pactar toda la legislatura". Pues tal y como les ha tratado suponemos que Rivera le mandará al cuerno. Y lo mismo al PSOE, después del desprecio a su pacto en Andalucía. El País es el único que aplaude con entusiasmo al desabrido líder socialista. Cebrián se desgañita en el editorial. "Pedro Sánchez ganó claramente el debate y salió muy reforzado como candidato mientras que Rajoy, que acudió mal preparado, perdió los papeles", dice como quien quiere convencerse a sí mismo. Sánchez "coronó su ofensiva" y "acusó de indecencia a Rajoy", que "se sintió insultado y no supo reaccionar con nervios de acero" sino que "optó por cubrir de insultos a su adversario". Mira que sentirse insultado porque le llamen indecente, pero si es un piropo. Y es que en opinión de El País, esos que se pasan la vida presumiendo de buenas formas y moderación, no hay que "escandalizarse demasiado por una dosis de acritud en las formas". Antonio Elorza se carga esta línea editorial. "Ha sido un caso insólito en que un buen programa electoral es destrozado por un mal líder". Sánchez parecía "un papagayo". "Y a navajazos no se aclara la corrupción. Eso sí, de ser la política sólo un combate a garrotazos, ganó". Madre, qué hostia a Cebrián. Cuídate Elorza, que te veo como a Miguel Ángel Aguilar. Francesc de Carreras llega todavía más lejos en las críticas al jefe. "Fue un combate de boxeo en el que ambos quedaron tumbados en la lona, derrotados por KO técnico". "Imaginen un debate entre líderes políticos en el que se empezara por reconocer las coincidencias para concretar, a renglón seguido, las discrepancias, y explicar ordenadamente los argumentos que apoyan las respectivas posiciones discrepantes. No me cabe duda que muchos ciudadanos, aquellos que no son hooligans, lo agradecerían". ¿Estás llamando hooligan al jefe, Francesc? Otro que acaba haciendo compañía a Aguilar.
ABC dice que "el estruendo electoral enmudece para despedir a dos 'valientes españoles'". Aunque ABC no enmudece nada, al contrario, atiza a Sánchez hasta en el cielo de la boca. "Nunca debió perder los buenos modos". "En política no puede valer todo. Sánchez perdió la mesura mínimamente exigible a cualquier candidato recurriendo a argumentos de una radicalidad extrema, incluso rayana en la mala educación. Dudar de la decencia de alguien es insultarle a la cara". Sobre todo que lo haga alguien del partido de Chaves, Griñán, Felipe González.... "En las formas Sánchez se condenó a sí mismo porque ofreció una imagen encrespada e intolerante, lo que se suele penalizar". Y encima se arriesgó a provocar una "victimización del presidente. Sánchez ha demostrado que no concurren en él algunas condiciones -la prudencia, la diplomacia o la inteligencia emocional- inherentes a quien quiera aspirar a presidir un gobierno". Y que se anden con ojo Albert y Rivera si tienen que tratar con él. "Ya saben a qué atenerse". "El barro, la bronca y los insultos". Ignacio Camacho abronca a los dos. "Convirtieron la discusión en un procaz show de telabasura política". Ya quisiera Sálvame. "La culpa fue de Sánchez", pero "el visceral arrebato de rabia en defensa de su honorabilidad" de Rajoy no le fue a la zaga. Fue "un suicidio dual, una inmolación (…) Una bronca desbocada, ruinosa, mezquina". Rajoy acabó "fuera de sus casillas por el inopinado e innoble ataque del rival" y Sánchez "transformado en un vulgar camorrista contento de su bravucona fechoría". Lo has clavado, Ignacio.
La Razón publica una encuesta. "Sólo el 4,7% de los seguidores del cara a cara asegura que cambiará su voto" dice. El editorial es un resumen del sondeo que "da la victoria al candidato popular" y otra serie de datos poniendo por las nubes a Rajoy que por obvias, dado que hablamos del periódico de Marhuenda, les ahorro. Eso sí, atribuye el "error" de Sánchez "a la presión que desde la izquierda radical viene sufriendo la formación socialista y que lleva a adoptar modos y mensaje muy equivocados". Pedro Narváez dice que "el soldado Sánchez se puso el uniforme de sargento chusquero y se fue a insultar por lo barriobajero", asi que "gane o pierda, a Sánchez ya se le recordará por ser el faltón de barra de bar, el macarra". Ely del Valle, tan modosita ella, ha descubierto al "político choni tras su fachada de candidato atractivo". Y Ussía tiene para todos. Para Sánchez por lo que ya sabemos. Para Rajoy porque "tenía que haber reconocido su lamentable mensaje a Bárcenas y después decirle a Sánchez, con toda cortesía, que al PP no le han metido en la cárcel a ningún ministro, secretario de Estado, gobernador del Bando de España, director general de la Guardia Civil y a la directora del BOE. Y que el PSOE en Andalucía tiene a dos expresidentes y más de un centenar de militantes procesados", pero "Rajoy no estuvo ágil". Y cuando el moderador se hizo el sueco tenía que haberle dicho "señor moderador, como usted permite toda suerte de groserías aquí le dejo con su protegido". Hijo Ussía, qué genio. Te propongo para el próximo debate. Si hay más debates, claro.