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Rajoy reitera que quiere ser presidente y el PP presiona con la 'gran coalición'

Génova pide a sus portavoces que utilicen los casos de Alemania y Francia para presionar a Sánchez. La pelota "está en su tejado".

Génova pide a sus portavoces que utilicen los casos de Alemania y Francia para presionar a Sánchez. La pelota "está en su tejado".
Rajoy, en el balcón de Génova13 la noche electoral. | EFE

Mariano Rajoy no se mueve. Tiene la convicción de que los resultados de las pasadas elecciones señalan "el mandato democrático" de que sea él quien encabece el próximo Gobierno de España, como "ha sucedido siempre en la historia democrática del país" aún "con ventajas inferiores" a las registradas el 20 de diciembre. Así se lo trasladó este lunes primero a Pablo Iglesias y después a Albert Rivera, como también lo hizo la pasada semana a Pedro Sánchez. "La candidatura de Rajoy se mantiene y avanza porque tiene legitimidad, los votos y el apoyo de los ciudadanos", se enfatizó formalmente desde Génova.

Partiendo de esta base, que es una "auténtica" línea roja que nadie por ahora discute en el PP, Rajoy cerró la primera ronda de contactos dispuesto a mantener un proceso de diálogo "con generosidad y amplitud de miras", aunque aclarando su "rotunda negativa" a cualquier propuesta que suponga la ruptura de la soberanía nacional o la igualdad de los españoles. Lo que, en la práctica, "impide" cualquier intento de acercamiento con Podemos, según se encargaron de remachar desde el entorno del presidente en funciones.

Nada ha cambiado pues con respecto a su intervención hace siete días ante el Comité Ejecutivo Nacional del PP, con José María Aznar en la sala bendiciendo su intento de ser investido jefe del Gobierno. Rajoy cree que es el momento de escuchar, de aguardar acontecimientos, y de no quemarse haciendo proposiciones concretas que puedan ser vilipendiadas por sus interlocutores. "La pelota está en el tejado del PSOE", repiten tanto en la Moncloa como en Génova13, dando por descontado el entendimiento con Rivera.

Así, el PP no dudó en utilizar la rebelión de los barones socialistas y redoblar su presión a fin de que Sánchez rectifique y se avenga a negociar. "Lo que le pedimos al PSOE es responsabilidad y, en ese ámbito de responsabilidad, que se coloque donde quiera" y que "busque mecanismos" porque "existen cauces posibles", en palabras de Fernando Martínez-Maíllo, convertido en el portavoz de Rajoy tras los tres primeros despachos en la Moncloa. El objetivo inicial no es otro que el PSOE, o el número de diputados necesario, "se abstenga" en la investidura del presidente en funciones.

Con Rajoy abierto a explorar "todas las vías y mecanismos" –siempre y cuando la integridad territorial quede salvaguardada y él se mantenga en la Moncloa-, el PP se encargó de filtrar un argumentario interno en el que se destacan las bondades de la gran coalición en momentos de difícil gobernabilidad. "Las sociedades europeas han preferido siempre el acuerdo entre sus dos grandes partidos" frente a "inciertos escenarios de encasillamiento ideológico", se puede leer en el texto, surgido de la oficina de Jorge Moragas.

En el documento se pone como ejemplo lo ocurrido en Alemania con "la gran coalición entre la CDU y el SPD", que rechazaron pactar con formaciones radicales, o "el gran acuerdo republicano" en Francia contra "el extremismo" del Frente Nacional con un Manuel Valls que en algunas regiones llegó a pedir el voto para Nicolas Sarkozy. "Los grandes partidos españoles deben seguir los ejemplos de las grandes democracias europeas, dejar a un lado sus diferencias y apostar por un Gobierno de certidumbres, moderación y centralidad en beneficio del interés general", se argumenta en el texto que han de usar los portavoces del PP en comparecencias, entrevistas y tertulias.

La posibilidad de otras elecciones

Un modo de presionar a Sánchez ante "la crisis de identidad que sufre" para que dialogue, según la dirección nacional del PP. "Los españoles no se merecen coaliciones oportunistas con partidos extremistas ni independentistas que pongan en riesgo todo lo que hemos logrado", finaliza el documento interno. En otras palabras, Rajoy estaría encantado con el pacto a tres propuesto por Rivera, aunque en privado deslizan que ven harto improbable conseguirlo.

"Vamos a seguir avanzando, dialogando, buscando un marco de colaboración para generar un gobierno de mayor anchura y representatividad posible en España, evidentemente, siendo conscientes de que no tenemos mayoría absoluta y, por lo tanto, estamos en ese proceso diálogo", remató Fernández-Maíllo en rueda de prensa.

Si bien, en privado, ministros en funciones y altos cargos admiten que el escenario sigue siendo una semana después de enorme complejidad. "Imagina que conseguimos la abstención del PSOE o de una parte del PSOE, a la que sumar la de Ciudadanos. Al día siguiente, tendríamos un Gobierno muy débil que tendría que estar negociando a todas horas para mantenerse a flote", en palabras de un líder regional, en conversación informal. Cabe recordar que Rajoy avisó públicamente de que su intención era alcanzar un Ejecutivo "estable" con el que aprobar los Presupuestos y algunas leyes que él considera fundamentales. "Yo creo que mucho han de cambiar las cosas para que no vayamos a unas nuevas elecciones", según el diagnóstico de otro barón territorial del PP. Varios dirigentes consultados apuntan a esa salida, que Rajoy rechaza públicamente.

En todo caso, las fuentes consultadas en el seno del partido sí que reconocen que Rajoy se enfrenta a la negociación en mejor estado que Sánchez. "Nosotros no tenemos fecha para el congreso y no hay voces críticas, tal vez algún susurro, mientras que a Sánchez se lo quieren cargar y es incapaz de controlar a su partido", asegura un cargo próximo al líder. En Génova están seguros de que el PP estará "tranquilo" hasta comprobar si España tiene nuevo Gobierno o se ve abocada a otras elecciones.

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