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Antonio Escohotado: "Hay una convergencia del integrismo islámico con el integrismo comunista"

Hablamos con el ensayista a propósito de su último libro, Frente al miedo (Página Indómita, 2015), sobre libertad, educación, drogas o capitalismo.

Hablamos con el ensayista a propósito de su último libro, Frente al miedo (Página Indómita, 2015), sobre libertad, educación, drogas o capitalismo.

Antonio Escohotado (Madrid, 1941) nos recibe rodeado de libros y escudado por tres gatos, como el blanco y durmiente Bonifacio, un animal "divino y cariñoso". Acaba de publicar, envuelto en un susurro mediático en exceso nebuloso, Frente al miedo (Página Indomita, 2015), un volumen que ofrece una selección de ensayos, artículos, entrevistas y conferencias. Ahí encontramos un gran resumen de su pensamiento, de sus conclusiones, de su docencia. El periodista Jesús Quintero lo definió como el "hombre más inteligente de este país". A lo largo de su dilatada obra –sobre drogas, metafísica, Hegel, comunismo, religión, ciencias, etc…–, Escohotado sostiene que el miedo se cura con libertad y que el conocimiento repele la servidumbre. Hablamos con alguien que ha estudiado –y estudia– de verdad, aunque moleste.

P: ¿Qué es el miedo?

R: Una reacción espontánea ante el peligro real o imaginario.

P: ¿Tiene el hombre miedo a ser libre?

R: Suele pensarse que Erich Fromm defendió en Miedo a la libertad la autonomía, la soberanía individual. Lejos de ello, su tesis es que el hombre huye ante la evidencia de Marx como redentor único y suficiente, huye ante la reclamación de un mundo antieconómico. Por lo demás, me parece que amamos –y justificadamente la libertad como nuestro bien principal. El estado de apertura en el que nos sitúa es la única sustancia de la vida, junto con el amor. El amor se corrompe en forma de odio, y la libertad con pretensiones de seguridad. Pero lo único que nos otorga algo parecido a cierta seguridad es poder ser libres. Debemos serlo para cumplir con lo que cada cual considere su deber, y su placer.

P: Tras los atentados islamistas de París, el Gobierno francés incrementó las medidas de seguridad, y buena parte de la prensa progre criticó la medida señalando, cuando no caricaturizando, que 'a más seguridad, menos libertad'. ¿Esto se sostiene?

R: Los medios que mencionas comulgan con los islámicos. De una u otra forma, insinúan que tienen razón. Son los mismos que dicen, por ejemplo, que no tiraron las Torres Gemelas unos secuestradores de aviones, sino que había unos explosivos, y las tiró Monsieur Le Capital, en la expresión de Marx. Alegando que la seguridad montada a propósito de los atentados reduce la libertad olvidan además muchas de las cosas pertinentes. Primero, que la Policía estuvo dos horas fuera de la sala Bataclan, sin tener los santos cojones de detener la masacre, y solo entraron cuando habían agotado sus cargadores. ¿Por qué no se destaca esto? Si uno lleva placa y va armado el honor exige defender al prójimo, aunque los bomberos resultan ser más valientes que ellos, acostumbrados a reunir un regimiento para atacar a un par de canallas, si saben que están dispuestos morir luchando. Hasta un país entero como España puede reaccionar a los atentados de Atocha cambiando el voto –lo sabemos a ciencia cierta por todas nuestras embajadas, donde se votó días antes, y en vez de unirse para rechazar esa monstruosidad prefiere cada cual mirar por "lo mío". Eso no es ciudadanía. En segundo lugar, el único fenómeno de tipo sustantivo es una convergencia del integrismo islámico con el más o menos frustrado integrismo comunista, que bascula entre el Dios proveerá y el Estado proveerá. Esa convergencia empezó a cristalizar gráficamente con los besos de Chávez y Ahmadineyad, pero estamos apenas empezando. Contratiempos como que a la señora Kirchner la boten, los Castro envejezcan o a Maduro le vayan mal las cosas no alteran el acta de nacimiento para una criatura con futuro, como corresponde al vástago de la conciencia roja y la conciencia yihadista, del cual no dice ni palabra la prensa que mencionas.

P: ¿Es el "civismo" sinónimo de "conformidad"?

R: Cuando tenía tus años, los 25, empecé no solo a sentir sino a racionalizar lo contrario, ayudado por las ingenuidades de Marcuse. Ahora pienso que el inconformismo es la esencia del ser humano, y que precisamente por no ser sofocado tenemos una sociedad afluente. El conformismo lleva siempre a la proliferación de desnutridos, guiados por el Guía Supremo de turno, aunque esto esté lejos de resultar claro para los inspirados por la fe del otro mundo, que consideran compatible la rebeldía con el cultivo de alguna idea fija. Si no nos plantamos, la necesidad y los sectarios conspirarán a favor de la servidumbre. Conviene estudiar Historia, porque solo ella permite pasar de lo abstracto a lo concreto, y descubrir cómo aquel detalle del cuadro parecía un perro cuando en realidad es un gato. Hay mucha diferencia.

P: Al contrario que casi todos los profesores que me han hablado de él, usted defiende que Hegel no es idealista.

R: Es el filósofo que repiensa y valora la finitud y la muerte, y el de un espíritu santo que es el cuerpo social, el nosotros. Define el espíritu como "ese yo que es un nosotros, y ese nosotros que es un yo".

P: ¿Concibe el estudio, al igual que Freud, como una "rebelión contra la justicia censora"?

R: Sí, sí. Por lo demás hay casos como el ruso Chikatilo, que violó y mató a unos 200 niños, según él movido por la injusticia de un pene demasiado pequeño, y ultrajó nuevamente a los familiares presentes en el juicio aclarando que "solo me empalmo viendo cómo la víctima muere de dolor". ¿Qué hacemos con este tipo de persona? El pensamiento no delinque, los actos sí.

P: ¿Dónde termina la educación y empieza la propaganda?

R: La propaganda es siempre difusión de algo erróneo, inexacto. La educación es lo contrario: apuntar a los datos que por experiencia o por evidencia inmediata tenemos. La propaganda promueve ruido, la educación promueve información, todo ello sin salir del teorema de Shannon, que antes de Internet parecía improbable. Ahora que lo medimos en bits dejó de ser discutible que cuanto más digamos una cosa menos contenido informativo tendrá, y que informar es lo inverso de repetir.

P: Vuelvo a citar a Freud: ¿"Psicoanalizar, educar y gobernar son tres profesiones condenadas al fracaso"?

R: Eso dice él, ironizando. Reírse de sí mismo es la única defensa eficaz contra la autoimportancia, y los pensadores no se convierten en librepensadores hasta lograrlo.

P: Parafraseando a Osmond, ¿toda época produce aquella droga que requiere?

R: El conocimiento nos aleja de las drogas primitivas, que o son muy tóxicas o saben muy mal. Aún hoy las ingestas de ayahuasca, por ejemplo, tienen el problema de que el brebaje resulta repugnante, como lo son el sampedro o el peyote. Algunos insisten en preservar el factor ceremonial, aunque promueva diarrea y vómitos, yo prefiero aislar el principio activo, y cuando menos desecar y encapsular el producto.

P: Usted es partidario de la "normalización" de las drogas.

R: Siempre me ha parecido escandaloso que se legalicen. ¿También van a legalizarse el turismo, la pintura, la lectura? Conferiría a los Gobiernos nuevas y peligrosas facultades, quizá inverosímiles.

P: ¿Ha menguado la cruzada contra las drogas?

R: Se ha acabado. Ahora se mueve entre susurros.

P: ¿Por qué el alcohol no se combate con la misma virulencia que el cáñamo, el opio o la coca?

R: Está más aclimatado, pero se combatió con gran virulencia en la cultura grecorromana. Durante la República romana la persecución de las Bacanales supuso degollar y enterrar vivas a más de 2.000 personas. Había que ser varón y adulto, o prostituta censada, para que las simples llaves de una bodega no supusieran penas gravísimas.

P: ¿Puede ser plena una democracia en la que existan delitos sin víctima?

R: Lo viene siendo, aunque las cosas mejoran. A diferencia del homicidio, el robo o la estafa, los crímenes sin víctima –antes llamados de lesa majestad por desafiar alguna auctoritas defendida por medios coactivos son en realidad crímenes de lesa humanidad, como intenté mostrar en un libro descatalogado. En Frente al miedo se rescata el capítulo principal.

P: ¿La voluntad popular es una farsa?

R: Suele ser manipulada, pero no es una farsa. Su problema es que debe convertirse en conocimiento, pues el mero deseo siempre será arbitrario, tiránico y, finalmente, impotente. El niño llora para conquistar atención, pero el adulto necesita por ahora capacitarse con trabajo, que es paciencia ante la dificultad y sacar las cosas adelante sin mirarse uno el ombligo.

P: ¿Confía en los experimentos morales?

R: Se van haciendo una y otra vez. Ahora toca, por ejemplo, limar lo que tiene la llamada "lucha contra el calentamiento global" de un experimento moral, como la persecución de sodomitas o usuarios de ciertas drogas, concretada en odio a las multinacionales. En 1312 Europa no tuvo verano y murió casi un tercio de la población, al ser imposible sembrar y por supuesto recoger ¿Fue exceso de CO2? No, por favor. Microcambios en las órbitas planetarias repercuten en direcciones del viento, convirtiendo un vergel en un desierto como el Sahara hace cien mil años, y ha seguido habiendo pequeñas glaciaciones hasta en el siglo XIX, incluso a principios del XX. Por otra parte, es evidente que nuestros motores, nuestras minas y nuestros desechos precipitan cambios climáticos de aterradoras perspectivas. Solo si tomamos tan en cuenta lo primero como lo segundo estaremos en un camino empírico sobrio.

Portada del libro

P: ¿Podrán los últimos ser los primeros sin recurrir, algún día, a la sangre y al fuego?

R: Ese cambio de la tortilla, como se decía aquí hasta los 60, conserva una violencia proporcional a su arbitrariedad, articulada sobre el verbo "odiar" y el verbo "destruir". Racionaliza la pretensión de preferir el no-lugar o utopía al lugar o realidad; la pretensión de que la voluntad reine sobre la inteligencia, y la pretensión de que el mundo se adapte a mí. Todos sus profetas son o fueron aspirantes a domadores de personas, con planes eugenésicos que funcionan para criar tomates o bueyes pero en ningún caso para humanos, una esfera donde suscitan por fuerza genocidio. Hitler perseguía razas, Lenin clases sociales, y tuvo gracia que para poder aprobar la Convención Internacional sobre Represión y Prevención de Genocidio, en 1948, fuera preciso restringir sus supuestos al caso de grupos "nacionales, étnicos, raciales o religiosos", pues la URSS y sus satélites rechazaron la mención a "políticos", cuando por política precisamente había sucumbido el mayor grupo de personas desde 1917. Para más escarnio, en 1948 y aprovechando reinar sobre Europa del Este comienza la segunda ola de terror estalinista, que interna a cinco millones de personas en campos de concentración, repitiendo la atrocidad nazi. Al amparo de la Convención que reprime el genocidio... se consuma el genocidio.

P: ¿Son más fuertes los enemigos del comercio hoy que hace diez años?

R: Institucionalmente, fue un golpe irreparable la caída del Muro y la implosión de la URSS. Pero la causa de poner últimos a los primeros nació en el Israel dividido por guerras civiles, que precipitó su conversión en provincia romana, y desde entonces es una semilla que atraviesa fases de espora y de florecimiento. Llevo más de quince años intentando trazar su desarrollo desde la secta ebionita-nazarena, y uno de los resultados ha sido conocer en detalle, país por país, la intención de voto comunista desde 1848 (cuando Francia inauguró el sufragio universal en Europa) a nuestros días. Esperaba que datos semejantes fuesen bienvenidos, y más todavía una historia del movimiento que se propone respetar la neutralidad valorativa, porque no hay una sola investigación global sobre el asunto, pero me ha sorprendido la escasa o nula curiosidad del marxista por su genealogía. Así como molestó a parte del país la Historia general de las drogas, quizá por demostrar la continuidad de su empleo en todas las culturas, y largas fases sin prohibición ni alarmas, molesta y hasta enfurece Los enemigos del comercio: una historia moral de la propiedad, cuyo tercer volumen intento terminar. Más de un médico me sugirió las ventajas de dejar las drogas en una discreta penumbra, y más de un politólogo sugiere hacer lo propio con la causa de la santa pobreza, pues "unos son comunistas, otros anticomunistas, y ambos se mosquearán ante cualquier esfuerzo por estudiar el tema desapasionadamente".

P: En la anterior pregunta me refería a formaciones como el Frente Nacional en Francia y Amanecer Dorado en Grecia, a la derecha, o Syriza en Grecia también y Podemos en España, a la izquierda.

R: Sí, claro, y todo lo que se llama "socialismo del siglo XXI" en América del Sur… El penúltimo aldabonazo lo dio China, que era un país mísero y pasa a ser el árbitro de la economía mundial abriéndose al comercio, con dirigentes tan ortodoxamente bolcheviques como devotos del desarrollo capitalista. Fue un palo para la versión del mercado como esfera infernal, regida por vectores tan tiránicos como la oferta y la demanda. Pero ¿cuál es su alternativa? Que alguien imponga qué producir y en qué cantidad, y qué consumir. Lo contrario de la oferta y la demanda es el derecho de conquista ejercido por espartanos y romanos. "Si lo discutes te mato o te vendo como esclavo". El comercio autoorganiza las relaciones voluntarias prosperen. Lo anticomercial es el reino de las relaciones involuntarias, como la religión o la nacionalidad. El islam condena la apostasía con pena capital, y los países donde impera suscriben como si nada la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, aunque en ella se afirme categóricamente el derecho de toda persona a cambiar de idea.

P: Bakunin decía que los eslavos y los latinos comparten "el deseo de empezar desde cero". ¿Cómo entiende el florecimiento de Podemos?

R: Aparte de querer rasar hasta los cimientos, el latino tiene en común con el eslavo sostener culturas funerarias, donde las personas solo son reconocidas cuando mueren, como ocurrió con Las Casas, Cortés o Cervantes. La envidia es la forma más duradera del odio, y también el testimonio más innegable de admiración, un amor perverso que se perpetúa prefiriendo el muerto al vivo.

P: ¿La nueva política española tiende al mesianismo?

R: El chivo expiatorio es una institución universal, que se pierde en la noche de los tiempos. Nadie sabe cuándo empezó la fe en una transferencia mágica del mal. El mesianismo es una variante suya aunque histórica, surgida en el siglo I a. C. ¿Qué distingue al chivo del mesías? Que éste, además de limpiar mágicamente venga a un sector social. Su orden invariable es poner primeros a los últimos, y a ella se adhiere por ejemplo Iglesias Jr.

P: ¿Contra qué o quiénes se vengarán los nuevos mesías?

R: Como el bienestar y la esperanza de vida han crecido tan espectacularmente en todo el planeta, tendrán que luchar contra la memoria. El último Premio Nobel de Economía, Angus Deaton, acaba de publicar un libro fantástico sobre dicho progreso, The Great Escape, que no podrán leer sin malestar Iglesias Jr. o Maduro. Lo mismo ocurre con el no menos documentado ensayo del psicólogo Steven Pinker, Los ángeles que llevamos dentro, donde demuestra hasta qué punto la agresividad se ha ido reduciendo, especialmente, desde la Revolución Industrial. Es fundamental contar siempre con términos comparativos, para que el absolutismo no se sobreponga a la evidente relatividad del mundo físico, y ese comparar es lo que omiten por sistema los mesías, antiguos y actuales. Por supuesto, tampoco podemos ser conformistas sin empeorar nuestra condición, pero el socialismo mesiánico se distingue del democrático precisamente por venerar el conformismo, fiel al modelo de la secta que venera a su líder de modo incondicional. Venezuela, uno de los países más ricos del mundo en recursos naturales, se hunde por incompetencia de sus gobernantes como Argentina o Birmania, los otros dos países más privilegiados del orbe por recursos. Una vez más, la voluntad pretende dominar sobre la inteligencia, la pasión agresiva y resentida primar sobre el conocimiento, la paciencia, la humildad, el trabajo.

Segundo volumen de 'Los enemigos del comercio'

P: Usted sostiene en Los enemigos del comercio que el comunismo siempre surge en épocas de prosperidad.

R: Suelen preguntarme qué peso tiene en la génesis y desarrollo del movimiento comunista el resentimiento, y respondo que no es el único factor, ni mucho menos. De la misma entidad es su vocación simplista, el impulso a lograr que la realidad se parezca al sueño, detestando lo que la existencia concreta tiene de pormenor y profundidad insondable en todo momento. Pero el verdadero hallazgo derivado de reconstruir su historia ha sido el papel de un horror a la impureza ligado en origen con el oro como míasma infeccioso –de ahí que usarlo para comprar y vender, el usus aureum, sea crimen de usura, ampliado a toda manifestación de afluencia. Del horror espontáneo a la podredumbre, que nos lleva a enterrar o incinerar los cadáveres y a observar hábitos higiénicos, la magia transferencial pasa a proponer que la prosperidad mancha y contamina, planteando la riqueza como cuerpo putrefacto en todo caso, algo tan vigente en el Sermón de la Montaña como en los discursos de Chávez.

P: ¿Por qué, si Jesucristo era enemigo del comercio, el matacurismo es rojo?

R: Hubo dos Cristos: el vengador de Apocalipsis y el reconciliador del Padre y el Hijo, el que eleva el fuero interno, la conciencia, a criterio último. El matacurismo nos devuelve a Chikatilo. Monjitas de hospitales y conventos fueron no solo violadas sino desfiguradas por culatazos en la cara que las hicieron irreconocibles. Ya en tiempos de Fernando VII mataron a muchos jesuitas por regalar caramelos envenenados a los niños.

P: ¿Está Europa buscando salvapatrias?

R: Europa no puede seguir en la plenitud disfrutada desde el Renacimiento, como centro del mundo, foco de riqueza, ciencia y cultura. Su futuro tiene algo de continente anticuario, donde la gente venga a ver el Louvre, el Prado, qué bonitos son los campos cultivados de Francia, qué magníficas plantas industriales montan los alemanes y suecos. Con eso y un poco de buena voluntad mantendremos el altísimo nivel de vida actual, y digo altísimo porque ninguna otra zona del planeta se le compara. Aquí empieza siendo gratis la ambulancia que lleva y trae del hospital, o la grúa que hace lo mismo con el coche averiado. ¿Dónde se ha visto eso? Ya no tiene el ímpetu creativo de siglos pasados, pero llega la hora de Asia e Iberoamérica. Felicitémonos.

P: Para finalizar, ¿alcanzaremos la salvación estudiando?

R: Ojalá las personas se dieran cuenta de sus ventajas sobre otros usos del tiempo. El espíritu se alimenta de noticias como los huesos y músculos de proteínas y vitaminas. Pero nos dejamos algo en el tintero: la cháchara agorera que empezó lanzando el reverendo Malthus sobre el exceso de población. Los que hoy claman porque vamos a ser diez mil millones imaginan que sobran los demás. Ningún regalo se compara con poder vivir confortablemente, y extenderlo en la medida actual es el honor de nuestra civilización. Por supuesto, dispara una colosal crisis ecológica, pero ninguno de los que vivieron en civilizaciones previas –incluyendo la prodigiosa Atenas clásica dudaría un segundo en catar la nuestra. Ahí está el desafío, cuya superación exige movilizar a todos para no hundirnos en nuestras propias basuras, pero la humanidad ha vivido por costumbre en la hambruna, y si debe perecer por conquistar la abundancia para un número antes inimaginable de personas es algo todavía indeciso. En cualquier caso, basta de suponer que nadar y salvar la ropa es viable.

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