Andrés Calamaro, habitual blanco de críticas en internet entre otras cosas por su defensa de la tauromaquia, publica este domingo un artículo muy crítico contra lo que él denomina "la izquierda de los papanatas" y en la que lamenta los populismos, los prohibicionismos, la "ideología poliédrica" imperante y las dictaduras "digitales", en alusión a las redes sociales.
En el artículo, publicado en ABC, carga contra la izquierda de "los resentidos, los antisistema, los antisemitas, animalistas" y "marginales culturales" y de los "narcisistas, puritanos y moralistas". Alerta también de la "promesa de una brecha" entre unos y otros en la que podemos terminar cayendo, de las prohibiciones, de la "prepotencia y de "los pactos que no responden ni reflejan a las mayores voluntades".
Entre otras cosas, Calamaro dice que no entiende "una democracia que desoye las minorías con la excusa de referéndum para todo" y denuncia cómo "hay una minoría que tiene beneficios hinchados por campañas sostenidas en cadenas de televisión cautiva" y dispuesta a "llevarse los derechos por delante". Denuncia el "terreno de los bobalicones llenos de razones" y la "cancha de las contradicciones en una entrecomillada superioridad moral que llega desde la orilla izquierda de un río que huele a podrido".
"El acoso y derribo de las libertades individuales parece ir a más en el desdichado concierto de prohibicionismos de tonalidad populista", afirma el cantante, que también lanza un mensaje a "la blanda reacción de los actores de la cultura, mercenarios chic de la indignación por el IVA cultural más alto de Europa". Entre la lista de prohibiciones, el cantante cita el caso del "acorralamiento de los nombres de las calles" como maquillaje de solución "a los problemas que informan".
Según Calamaro, no importa "la voluntad de la mayoría ni se respeta la libertad de las minorías, salvo si estas minorías son tres mosqueteros complutenses dispuestos a cualquier chicana para encontrar al pobre socialismo con los pantalones bajos". Sobre la posibilidad de un pacto, alerta de que sería "una burla al sistema democrático" y lamenta que dichas alianzas en ayuntamientos y comunidades están acorralando "todo lo litúrgico, folclórico, poético, bonito, libre y soberano". Cita como ejemplo la prohibición de los toros en Baleares.
El cantante, que resume su propia trayectoria desde sus "coqueteos" iniciales con la izquierda revolucionaria hasta su posición actual, habla de "inquisitoriales leches" y de un Reich animalista que responde "a estrategias de propaganda mercenaria desde una cadena de televisión acostumbrada a los billetes iraníes de a 500 y a una idelogía poliédrica, en plena construcción de una realidad virtual que puede con todo, siempre que encuentre al resto con los pantalones por las rodillas".
Concluye exclamando: "¡Libertad, divino tesoro!".