El "departamento de comunicación interna" del Ayuntamiento de Barcelona, que encabeza Ada Colau, advierte en una nota de "recomendación" que "en las últimas semanas, como puede suceder en lugares de concurrencia pública con muchas personas trabajando, se han producido algunos hurtos en las dependencias municipales de la Casa Gran".
"Algunos hurtos" son, según fuentes municipales, muchos robos de pertenencias tan diversas como ordenadores, teléfonos, carteras, papeles y otros efectos. De tal manera que en la nota se avisa de que "la Guardia Urbana está haciendo las investigaciones oportunas y tomando las medidas necesarias para determinar quién es el responsable de estas acciones".
La situación es inédita. Nunca había pasado tal cosa en el Ayuntamiento pese a ser un lugar tradicional de "concurrencia pública" en Barcelona por donde pasan miles de personas cada día. Sin embargo, el ladrón o ladrones, se malician los afectados, está dentro, en las salas de máquinas municipales, en los despachos de altos cargos y concejales, en aquellos espacios donde no tienen acceso los ciudadanos que no trabajen o tengan cubículo asignado en la Casa Gran.
El caso de los "hurtos" ha provocado una notable alarma hasta el punto de que el comunicado concluye con agudas recomendaciones de seguridad: "No dejéis objetos de valor a la vista e, incluso, guardadlos en lugar seguro y bajo llave. También es conveniente que cerréis los despachos por la noche y cuando queden puntualmente vacíos durante el día".
Los robos han afectado a zonas muy distantes entre sí. Que se tenga constancia, se han registrado en el área de Alcaldía, en el grupo de ERC, en el departamento de recursos humanos y en un ala del edificio municipal que da a la plaza de San Miguel y que está en obras, colindante con el despacho del grupo popular. En esa área, desapareció un monedero de una asesora del PP y la mochila con un portátil y un móvil de uno de los operarios responsable de las obras.
Así pues, a los manteros, a la venta ilegal de bebidas y a los crecientes problemas de seguridad en la ciudad, con especial incidencia en el transporte público, se suma ahora el asunto de los robos en el Ayuntamiento que desde junio gobierna el partido de Ada Colau, la Barcelona en Común que legaliza las okupaciones, pretende limitar el precio de los alquileres, se enfrenta a los sindicatos del transporte y prohíbe los hoteles, entre otras polémicas. Mientras se desarrolla la investigación de la Guardia Urbana, algunos funcionarios municipales hacen chanzas con el nombre de la formación de Colau.