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Las dudas sobre la estrategia y la crisis territorial le estallan a Pablo Iglesias

Iglesias no da abasto con los problemas que le están surgiendo, entre ellos, la resurrección del conflicto entre sus afines y los de Errejón.

Iglesias no da abasto con los problemas que le están surgiendo, entre ellos, la resurrección del conflicto entre sus afines y los de Errejón.
Sánchez e Iglesias en el Congreso | Flickr/Podemos/Dani Gago

Negociaciones, luchas de poder, problemas internos, dimisiones, versos sueltos, alcaldes que hablan más de lo que a uno le gustaría… Pablo Iglesias no da abasto estos días con los numerosos y diferentes problemas que le están surgiendo en su partido.

Problemas que llegan en un momento tenso para Podemos, justo cuando está dando una de las batallas más complicadas de su corta existencia: la de los pactos postelectorales.

Los 'problemas' resucitan viejas rencillas

Los problemas de Podemos en las diferentes autonomías no son nada nuevo, pero en estos momentos toman cada vez más protagonismo. El último de ellos saltó este lunes en Madrid: su secretario de Organización en la comunidad, Emilio Delgado, uno de los hombres de confianza de Íñigo Errejón, dimitió cargando de forma muy dura contra uno de los fieles a Pablo Iglesias, Luis Alegre.

Resucitaba así los fantasmas del enfrentamiento que surgió hace meses entre los que estaban a favor de la estrategia de "moderación" propuesta por Errejón y Bescansa, y los que, en cambio, apostaban por recuperar las "esencias del partido", encabezados por Juan Carlos Monedero, con el apoyo de Pablo Iglesias. Crisis que parece volver y que entonces ya acabó con la dimisión de Monedero.

Pero antes de Madrid, y dejando a un lado las diferencias estratégicas, el escándalo había saltado ya en otras comunidades como País Vasco, Cataluña, Cantabria, La Rioja y Galicia, provocando numerosas dimisiones y críticas a la dirección.

En el País Vasco, unos días antes de la campaña para las generales, la dirección autonómica dimitió por desavenencias con la confección de las listas electorales orquestada desde Madrid. Tras ello, se convocaron en esa comunidad unas nuevas primarias, en las que se ha hecho con el poder la candidatura oficialista encabezada por Nagua Alba.

Por otro lado, en Galicia, su secretario general en esa comunidad, Breogán Riobóo, se enfrentó a la dirección por la forma en la que se formó la coalición En Marea. Tras numerosas dimisiones, desde Madrid se impuso una gestora para dirigir allí el partido. Pero los problemas no han cesado. Riobóo continúa considerándose secretario general, a pesar de que en Madrid le han desautorizado en numerosas ocasiones, y no se rinde: está dispuesto a presentarse de nuevo a las primarias.

En Cataluña, su secretaria general, Gemma Ubasart, dimitió, pero, a diferencia de otras comunidades, allí no se nombró ninguna gestora a la espera de que Ada Colau dé nuevos pasos en la formación de su partido. Algo que no ha gustado a todos, ya que un sector crítico catalán pide forzar un congreso en esta comunidad para renovar la dirección.

Mientras que en La Rioja parece que las primarias celebradas estos días, que han convertido a Kiko Garrido en secretario general, han calmado algo los ánimos después de que en abril se destapase un fraude en la elección de los órganos internos de esta comunidad y el partido estuviese meses sin una dirección autonómica.

En Cantabria también se formó una gestora y en esta ocasión fue a petición del secretario general autonómico, José Ramón Blanco, que pidió a la dirección estatal que se renovaran los cargos debido al "fracaso colectivo" de sus actuales miembros, incapaces de "encauzar la situación".

Crisis por la estrategia con el PSOE

A estas crisis internas hay que sumar las desavenencias internas en la dirección por la estrategia que se está siguiendo con el PSOE. Miembros del partido destacan que "el tono" de Pablo Iglesias al dirigirse a los socialistas no es el más correcto y que en un futuro les puede "pasar factura".

Algunos tampoco comparten la forma de actuar de estos últimos meses que creen ha empujado al PSOE a "entenderse con Ciudadanos". Una tesis muy parecida a la que provocó la salida del partido este viernes del exfiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo.

Manuela Carmena

Y uno de los últimos problemas en Podemos lo ha generado una de sus alcaldesas del cambio, Manuela Carmena, la que hace unos días aseguraba que "sería bonito que hubiera el apoyo a la investidura a quien lo estaba solicitando", palabras que fueron rectificadas después, pero que dejaron poso en la formación.

Si parecía que este huracán había pasado, este martes, la alcaldesa volvía a dejar caer esa idea de un acuerdo de investidura entre Podemos, Ciudadanos y PSOE , un nuevo incendio para Podemos, que ya tenía bastante con sus problemas anteriores.

Por todo ello, el nerviosismo es evidente en el seno la formación morada, que no sale de un problema y se está metiendo en otro. De cara al público mantienen la calma e intentan restar importancia a sus problemas. El número dos de Podemos, Íñigo Errejón, trataba de hacerlo este martes en rueda de prensa: "Tenemos sólo dos años de existencia y nos han diagnosticado unas siete veces la ruptura", ha asegurado.

Tras ello, mantenía que Podemos celebrará este miércoles su reunión con Compromís. Un encuentro que, en un principio, iba a ser una "mesa a cuatro", pero que, finalmente, tras el rechazo de PSOE e IU, se quedará coja.

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