El pasado cinco de febrero, al área de Cultura del Ayuntamiento de Madrid se le abría un nuevo frente sin haber conseguido cerrar aún el que le estalló con motivo de la aplicación de la Ley de Memoria Histórica. Dos titiriteros eran detenidos por un presunto delito de enaltecimiento del terrorismo cometido durante la función que representaron con motivo de las fiestas del Carnaval programadas por el Consistorio.
La crisis que se desató en el Gobierno municipal fue la más grave vivida hasta el momento, lo que llevó a la alcaldesa a convocar una rueda de prensa -tres días después de que sucedieran los hechos- donde anunció una investigación "profunda" para determinar "la responsabilidad del área". "Ha sido un error muy grave y tiene que haber una responsabilidad de las personas que no han hecho lo que debieron y tomaremos medidas en relación a esas posibles actitudes que no queremos que se vuelvan a repetir".
Dos días después, el 10 de febrero, Ahora Madrid evidenció su fractura interna. Ganemos Madrid [de donde procede la delegada de Cultura] arremetió contra Manuela Carmena. Tras ese duro cruce de comunicados, dos días más tarde, Celia Mayer acudió a la Comisión de Cultura del Ayuntamiento, a propuesta del PP, para dar explicaciones por la concatenación de errores y contradicciones llevadas a cabo por su departamento en relación a la aplicación de la Ley de Memoria Histórica. Pero la responsable de Cultura se presentó ante la oposición sin un solo informe que avalara la retirada de "vestigios franquistas", lo que provocó el descontento del resto de grupos políticos, especialmente del PSOE.
Así, fueron pasando los días hasta llegar al 24 de febrero. Ese miércoles, el PP llevó a Pleno la petición de reprobación de Mayer. Pero no pudo someterla a votación, pues Rita Maestre sacó a colación el artículo 65.3 del Reglamento Orgánico, por el que se puede pedir la retirada de algún expediente incluido en el orden del día para que se incorporen al mismo los documentos que sean requeridos. Así, la portavoz del Ejecutivo municipal anunció dos informes: uno sobre la investigación interna acerca de lo sucedido en el Carnaval y otro sobre los procedimientos de contratación de la dirección artística que llevó, a su vez, a la contratación de los titiriteros.
El plazo que Ahora Madrid se dio para elaborar dichos informes concluyó este miércoles. A última hora de la tarde, Celia Mayer se puso en contacto con los partidos de la oposición para indicarles que aún no tiene completa toda la información que quiere facilitar. Es decir, más de un mes después de que los titiriteros representaran la polémica obra el área de Cultura aún no ha recopilado todos los datos que considera necesarios para saber qué es lo que falló y quién o quiénes son los responsables -en caso de que los hubiera- de esos errores.
No obstante, en mitad de dicho proceso de investigación se produjo la dimisión del director de Programas y Actividades de Celia Mayer, Jesús Carrillo. Oficialmente por "motivos personales".
En dicha conversación mantenida este miércoles, Mayer se comprometió con la oposición a facilitar la información completa el miércoles o el jueves de la semana que viene [16 0 17 de marzo]. Así los grupos tendrán un máximo de cuatro días para estudiarla, pues el lunes 21 -en plena Semana Santa y, por tanto, en plenas vacaciones de los funcionarios del Ayuntamiento- les ha convocado para tratar sus conclusiones de manera individual con cada uno de ellos, según ha podido saber Libertad Digital. De tal manera, el Pleno donde se podría votar de nuevo la reprobación de Mayer se celebraría la última semana de marzo.
No obstante, tanto el PP como Ciudadanos ya expresaron sus quejas acerca de que este proceso de investigación se ciña exclusivamente al caso de los titiriteros y deje al margen los fallos cometidos en la aplicación de la Ley de Memoria Histórica. "Un Ayuntamiento como el de Madrid ha incurrido en irregularidades" en la aplicación de esta ley, manifestó la concejal de Cultura de Ciudadanos, Sofía Miranda, cuando se conoció la dimisión de Carrillo.