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Bronca entre Carme Forcadell y Marta Rovira por la dirección en Junts pel Sí y las negociaciones con la CUP

La presidenta del Parlament y la segunda de Oriol Junqueras en ERC se enzarzan en una tensa discusión durante una reunión.

La expresidenta de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Carme Forcadell, y la número dos de ERC, Marta Rovira, no se soportan. Es un secreto a voces desde antes del pacto de CDC y la formación republicana para formar la candidatura de Junts pel Sí. Durante una conferencia de Oriol Junqueras previa al acuerdo se las tuvieron tiesas en público, una discusión en la que no ahorraron gestos indiciarios de la nula sintonía entre ambas. Junqueras había reprochado a Mas cierta flojera separatista y Forcadell (exconcejal de ERC en Sabadell, pero en la órbita del expresident) quería el pacto a toda costa mientras que Rovira defendía las prevenciones de su líder respecto a las verdaderas intenciones de Mas.

La tensión entre ambas se ha reproducido y recrudecido. Las agudas fricciones entre republicanos y convergentes en el grupo parlamentario y las negociaciones con la CUP fueron la causa de una sonora bronca en la última reunión de los diputados de JxS. Marta Rovira, en calidad de secretaria del grupo, arremetió contra las injerencias de Forcadell, que además de presidenta de la cámara autonómica pretende ejercer de mediadora entre CDC y ERC y también con la CUP. Cuenta para ello con el apoyo de Lluís Llach, pero sobre todo con el aval de Convergencia. Forcadell quiere aún más protagonismo y considera que su papel en el grupo no se acaba en la dirección de las sesiones parlamentarias y el rol institucional. En cambio, Rovira acata las órdenes de Junqueras de minimizar el papel de CDC y monopolizar las relaciones con la CUP. El choque es inevitable, pero se agudiza por el desdén mutuo.

Fuentes del grupo parlamentario han confirmado a Libertad Digital que la reunión del grupo parlamentario del pasado martes, con la moción rupturista de la CUP encima de la mesa, estuvo marcada por el agrio cruce de reproches entre ambas "baronesas" y que el motivo de la disputa no era la moción en sí, sino quién se encargaba de transar con la CUP una rebaja de las pretensiones rupturistas de la formación antisistema.

El desencuentro acabó con una solución salomónica. Las dos se han movido para que la CUP aceptara eximir a los Mossos d'Esquadra de incumplir sus funciones de policía judicial y las dos han aceptado que los cargos electos decidan "en conciencia" desobedecer o acatar las resoluciones de los tribunales.

Ahora el problema de Forcadell y Rovira consiste en determinar quién de las dos se cuelga la medalla: la primera ante Puigdemont y Mas y la segunda ante Junqueras. Su enfrentamiento, por otra parte, es una evidencia más del cisma entre republicanos y convergentes y de la desconfianza entre banderías dentro del grupo parlamentario y del propio Govern.

La bronca interna vino aderezada por la filtración del encuentro "secreto/discreto" entre el líder del PSOE, Pedro Sánchez, y el vicepresidente autonómico Oriol Junqueras, una comida de la que Carles Puigdemont se enteró por la prensa.

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