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El futuro de la Armada: cazas Harrier hasta 2025, 10 BAM y sin noticias del NH90

El diseño industrial del submarino S-80 estará acabado este verano. Los S-70 pasarán su quinta gran carena para alargar su vida.

El diseño industrial del submarino S-80 estará acabado este verano. Los S-70 pasarán su quinta gran carena para alargar su vida.
Un Harrier despega de la cubierta del Juan Carlos I. | Armada

La vida útil de los cazas de despegue vertical Harrier se ampliará hasta el periodo 2025-2027, se aumentará hasta la decena el número de Buques de Acción Marítima (BAM), se continuará con el desarrollo de las F-110 para sustituir a la F-80 y se empieza a ser optimista con el programa del submarino S-80. Este es un breve resumen de la situación y previsión que tiene la Armada española sobre su futuro en los próximos años.

Así lo ha explicado este martes el Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada (AJEMA), almirante general Jaime Muñoz Delgado, durante un encuentro celebrado con medios de comunicación en el Cuartel General de la Armada, en el que como no podía ser de otro modo, las restricciones presupuestarias fruto de la crisis económica que atraviesa España han tenido un protagonismo importante.

"La situación presupuestaria nos obliga a buscar nichos de eficiencia. Se está realizando un esfuerzo ímprobo para optimizar los recursos disponibles, ya que el sostenimiento de la Armada es lo que más preocupa", ha explicado el AJEMA, quien ha puesto como ejemplo de esa eficiencia que hasta hace unas semanas se tenían buques e infantes de marina repartidos por cinco continentes, todos excepto Oceanía, e incluida la Antártida.

Según ha explicado, la idea de la Armada no es la de ampliar su número de buques en activo, sino la de modernizarse sin disminuir el número de unidades disponibles. Es decir, se irán dando de baja diferentes embarcaciones según vayan estando disponibles las más modernas destinadas a sustituirlas.

El submarino S-80

Tal vez por ser el proyecto que más dificultades ha atravesado, el programa del submarino S-80 es el que ha tenido más protagonismo. Según han avanzado, el "diseño industrial definitivo" estará terminado para este verano y "se está poniendo la orden de ejecución al día". Todo esto, centrado inicialmente en el S-81 Plus, conocido inicialmente como Isaac Peral, pero al que se le ha cambiado la denominación tras toda la cadena de problemas. Después llegarán los otros tres submarinos.

No se han querido dar fechas concretas, aunque todo parece indicar que habrá que esperar hasta casi hasta el año 2020 para ver la primera unidad en servicio. Este S-81 "cumple y mantiene todas las características del proyecto inicial" y pese al retraso "no incluirá nuevas capacidades por su rediseño", algo que el almirante general ha justificado en que el proyecto inicial ya era lo suficientemente ambicioso.

Para compensar el retraso del nuevo submarino, la Armada someterá a su quinta gran carena a los tres submarinos de la clase 70 que están actualmente operativos: el S-71 Galerna, el S-72 Mistral y el S-74 Tramontana. Éste último se encuentra actualmente realizando esta revisión/modernización, la mayor que se puede realizar a un submarino. El Galerna y el Mistral lo harán a continuación. El coste total de estas tres grandes carenas está cuantificada en unos 120 millones de euros.

Los cazas Harrier y los helicópteros NH90

El AJEMA ha reconocido que uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la Armada es mantener su ala embarcada. La idea es extender la vida útil de los cazas Harrier de despegue vertical hasta 2025-2027. "La única opción es el F-35B. No somos parte del consorcio porque era una inversión de mucho dinero, si nos incorporamos ahora tendremos que pagar lo que no pagamos antes", ha explicado.

"Existe la posibilidad de ir de la mano del Ejército del Aire para hacer una economía de escala, aunque esto está por decidir, puede que salgo o no", ha dicho Muñoz Delgado, en alusión a la posibilidad de que el Ejército del Aire pueda adquirir los F-35A para sustituir en esos años a los actuales cazas de combate F-18.

También ha explicado que se está en compás de espera ante la llegada de los helicópteros NH90, que también llegarán para el Ejército de Tierra, pero que la Armada necesita en una versión navalizada que pueda operar principalmente en el BPE Juan Carlos I, es decir, que cuenten con palas plegables, con un refuerzo importante en el tren de aterrizaje y con elementos anticorrosión. "Por ahora no se sabe nada", ha sentenciado.

Las BAM, las F-110 y el Príncipe de Asturias

El almirante general ha recordado que la intención de la Armada es poder llegar a tener una decena de Buques de Acción Marítima (BAM), aunque en la actualidad el Gobierno solo ha aprobado la construcción de la quinta (P-45 Audaz) y la sexta (P-46 Furor), con cuya entrada en servicio se darán de baja algunos de las pequeñas corbetas que están actualmente en activo, como ya pasó con las cuatro primeras unidades.

De esa decena, al menos dos serían especiales. Una de ellas, dedicada a la investigación. La segunda, sería dedicada casi expresamente a las actividades subacuáticas, es decir, con capacidades principalmente dedicadas al rescate de submarinos, al apoyo a los buceadores de la Armada y a la protección del patrimonio subacuático. Este último es un problema que preocupa en el Gobierno, debido a la proliferación de empresas que buscan sacar los tesoros de barcos hundidos.

El AJEMA ha explicado que unas 14 empresas fueron a visitar el R-11 Príncipe de Asturias para estudiar si realizaban una oferta para quedárselo y desguazarlo para vender su acero, aunque sólo de ellas llegó a presentar una oferta en firme por el mismo. La oferta fue de 5 millones de euros, pese a que la Armada puso como precio mínimo los 3 millones, aunque un problema burocrático de la empresa hizo que finalmente el concurso quedase desierto.

Respecto a la renovación de las fragatas F-80 de la clase Santamaría, que ya se encuentran a mitad de su vida operativa, ha recordado que el programa de las nuevas fragatas F-110 ya se encuentra en marcha, después de que fuera aprobado por el Consejo de Ministros en octubre de 2015. El final del proyecto de construcción de estas fragatas podría llegar a finales del año 2017 y la primera de ellas encontrarse ya en el mar en el año 2020.

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