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García Revenga Dice que fue tesorero en Nóos "para que no se pusiera la infanta"

El secretario personal de doña Cristina niega que la Casa Real supervisara las actividades de la trama.

El secretario personal de doña Cristina niega que la Casa Real supervisara las actividades de la trama.
Carlos García Revenga | EFE

Carlos García Revenga tampoco coincide con Diego Torres, Iñaki Urdangarin y doña Cristina de Borbón. A lo largo del procedimiento, los tres han defendido que la Casa Real supervisaba el conjunto de las actividades investigadas, especialmente a través de quien fuera secretario personal de las infantas entre 1993 y 2015. En su declaración como testigo, el asesor de Zarzuela ha reconocido que ostentó el cargo de tesorero en el Instituto Nóos, pero sin funciones. Según su versión, solo revisaba cierta documentación y nunca conoció los entresijos de la trama que se ponen en tela de juicio.

"Hacia lo que me pedían, fui tesorero pero no intervine mas allá", ha especificado García Revenga. El secretario de la Corona ha especificado que, repartidos los principales cargos de Nóos, solo quedaban los de vocal y tesorero; él accedió al segundo únicamente para que no lo ocupara doña Cristina. El testigo conducía las declaraciones fiscales de la hermana del Rey, aunque según su aportación, de los temas relacionados con la empresa matrimonial de los exduques de Palma se encargaba otro empleado de la Casa Real, Federico Rubio.

"Los datos de Nóos no me los facilitaban", ha insistido el exasesor de las infantas. García Revenga ha trasladado su "especial relación" con Urdangarin y ha pasado por encima de las preguntas del abogado de Diego Torres. Como es habitual con los testigos importantes, Manuel González Peeters ha exhibido numerosa documentación para intentar demostrar que Nóos desarrolló y con nota los proyectos que se encuentran bajo el punto de mira. También que todo se hizo conforme a la legalidad y con el visto bueno de la Casa del Rey.

Fuera de Aizoon

Aizoon es también la sociedad donde Iñaki Urdangarin habría cometido el presunto fraude fiscal. Un doble delito que Manos Limpias atribuye a la infanta Cristina en calidad de "cooperadora necesaria" y por el que piden una pena de hasta ocho años de prisión. Según García Revenga, nunca conoció la naturaleza de esa empresa, ni que, como sostiene la Fiscalía, funcionara como una caja común de los Borbón-Urdangarin donde se imputaban los gastos personales.

Por último, ha dejado una cuestión procesal abierta. Mientras que la exsecretaria de Urdangarin, Julita Cuquerella, precisó que García Revenga habría utilizado una de las tarjetas de crédito de Aizoon, éste ha contradicho a la también testigo. Es decir, que uno de los dos ha mentido y se podría enfrentar a futuros cargos por falsedad en el testimonio.

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