La Candidatura de Unidad Popular (CUP) no sólo es un partido antisistema, separatista y probatasuno. Tiene una cosmovisión tan compleja como particular bajo la que encuentra acomodo toda clase de mitos, leyendas y creencias sobre la vida, la humanidad, el medio ambiente, la comida de kilómetro cero... Nada es ajeno a la ideología cupera y menos aún la higiene íntima de las jóvenes en la pubertad. De ahí que el grupo municipal de la CUP en Manresa haya pedido en una moción que las charlas de educación sexual en las escuelas no las den representantes de marcas comerciales, tal práctica denuncian, sino el Servicio de Información y Atención a la Mujer.
Según la CUP, la situación actual es la siguiente: "Los talleres que se hacen en las escuelas los acostumbran a dar empresas privadas publicitando sus productos, muchos de ellos perjudiciales para la salud de las mujeres (tal como se prescribe en los mismos productos), insostenibles ecológicamente y con un precio excesivo para la necesidad, que es básica".
En la misma moción se apuesta por ofrecer talleres a chicas y chicos, en este caso disgregados por sexo, en los que se informe "de todos los métodos de recogida del sangrado haciendo especial énfasis en aquellos que son menos agresivos para el cuerpo de la mujer y el medio ambiente". Y estos son los que estarán a disposición de las adolescentes manresanas en las oficinas del Servicio de Información y Atención a la Mujer. La CUP prescribe: "Copas menstruales, compresas de ropa y esponjas marinas".
La moción lleva la firma de Jordi Masdeu, cabeza de cartel de la CUP en Manresa. El gobierno municipal recae en Convergencia, con ocho concejales; ERC es la segunda fuerza política, también con ocho ediles. PSC, Ciudadanos y la CUP disponen cada uno de tres concejales.
La noticia procede del diario comarcal Regió 7, que informa también de que la moción se abordará en el pleno de este jueves. Así pues, tampones no, copas vaginales sí. En manos de los concejales está decidir sobre las costumbres higiénicas de las muchachas de la ciudad así como desprivatizar la educación sexual y adaptarla a las ordenanzas de género que dicta la formación antitampones.
Según la CUP, el asunto es fundamental porque "el ciclo menstrual está lleno de mitos" y se explica de una manera "científica" en las escuelas, "sin entrar en profundidad en las muchas inquietudes vivenciales que la llegada de la fertilidad supone para las chicas y los chicos". Y además, los tampones no son sostenibles ni ecológicos, sostiene la CUP, el partido en el que todas y todos sus dirigentes hablan en femenino.