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El nuevo veto de Sánchez desata el terror a un acuerdo con la extrema izquierda

Pedro Sánchez se ha convertido estos días en el payaso de las bofetadas por empezar la campaña como terminó.

Pedro Sánchez se ha convertido estos días en el payaso de las bofetadas por empezar la campaña como terminó.
Pedro Sánchez. | EFE

El Mundo va a su bola y abre con que "Rajoy rectifica y devuelve a las CCAA el control en educación", aunque luego sólo habla de pactos. El editorial empieza diciendo que "España necesita un pacto". Le endilga una regañina a Pedro Sánchez por "insistir el pasado sábado en que el PSOE no pactará con el PP, lo cual es sencillamente absurdo porque puede que los resultados vuelvan a obligar a un acuerdo entre los dos partidos. Si esto fuera así, ¿quiere decir Sánchez que habría nuevas elecciones en diciembre?". No, querido David Jiménez, quiere decir que, si de él depende, esta vez habrá pacto con la extrema izquierda sí o sí. "Un pacto entre PP y PSOE no sería un mal menor sino una alianza deseable para resolver los grandes problemas que tiene España". Casimiro García-Abadillo baja a su periódico de las nubes. "Sánchez sabe que ese pacto sería la muerte para el PSOE ya que implicaría dejar el terreno libre a Podemos para que ejerza de oposición desde la izquierda". "Lo lógico es que Sánchez a partir de ahora acentúe las políticas más a la izquierda de su programa para atraer a los votantes que dudan entre el PSOE y Podemos (…) No le pidamos peras al olmo. Si hay algo a lo que Sánchez no está dispuesto es a suicidarse". Pues hijo, últimamente parece un zombi. Victoria Prego está más de acuerdo con el editorial y menos con Casimiro. Dice que Sánchez comete una "equivocación". Que empecinarse otra vez en el no, y no, y no "es un error porque no es el momento de repetir vetos". "Si Sánchez se obstina en su negativa a sentarse ni siquiera a hablar con Rajoy, corre el riesgo de perder más apoyos por su derecha de los que podría ganar por su izquierda". Sobre todo porque a su izquierda ya no queda ni el Tato.

El País dice que "Rajoy y Rivera recriminan a Sánchez el veto a pactar con el PP". Advierte al secretario general socialista que "los líderes territoriales del PSOE se distancian de la estrategia de alianzas postelectorales que propone su líder". Josep M. Colomer defiende abiertamente la gran coalición. "La super gran coalición no era solo algo novedoso e impuesto por las circunstancias, sino una gran oportunidad de adoptar el modelo típicamente europeo de toma de decisiones y abordar con consenso y visión de futuro los temas pendientes". En páginas interiores matiza su titular de portada para soltar guantazos para todos. "Rajoy y Rivera mantienen sus vetos pero critican el de Sánchez al PP". Claro que es que "el PP se divide sobre cómo hacer frente a Ciudadanos sin comprometer futuras alianzas". Pues hasta el momento la están fastidiando pero bien. Hasta Cifuentes, que gobierna gracias a Ciudadanos, está metiendo la gamba.

ABC dice que "el PP cree que el pacto Podemos-IU facilita la gran coalición". En el PP están como una cabra. Y es que piensan que "Sánchez se vería forzado a apoyar a Rajoy para evitar quedar fagocitado por el nuevo eje de izquierda". O sumarse a la extrema izquierda, como ha hecho en todos los ayuntamientos y comunidades. El editorial apela al patriotismo. "Los que hoy provocan el 26-J son hijos de una democracia pacífica y quizá ignoran el sentido patriótico que se necesitó tras el 20-D para ceder lo justo y formar un gobierno estable". Pero no se hacen ilusiones, "Pedro Sánchez ya ha anunciado que en ningún caso pactará con el PP después del 26-J". Y visto lo visto, "hay que tomarse en serio sus palabras". Sí, ha demostrado que cuando dice no, es que no. Los columnistas están divididos. David Gistau, por ejemplo, se muestra comprensivo con que Pedro Sánchez "insista en tratar al PP como un partido tóxico y antagonista". Lo que le deja de piedra es que "mientras señala diferencias con el PP, proclama semejanzas con Podemos. ¿Da igual votar a uno que a otro?". Pues que se vaya preparando porque "el PSOE se merece lo que le va a ocurrir. Ya le están calentando las marmitas". Dice Edurne Uriarte -que cuenta que de joven fue militante socialista- que "el problema es Sánchez", que "prefiere el acuerdo con la extrema izquierda antes que con la derecha democrática". La pregunta es: "¿Representa Pedro Sánchez a la mayoría del socialismo?". Ella cree que no. Cree que "una repetición del resultado electoral del 20 de diciembre no dará lugar a un gobierno de coalición entre PP y PSOE, pero sí a una despedida de Pedro Sánchez y a una renovación del liderazgo socialista que pactará la investidura del ganador e impedirá un Gobierno de la extrema izquierda. Por un ejercicio de respeto democrático que está en las esencias de la socialdemocracia. Y por mero pragmatismo, el que tendrá que destejer esa torpeza con la que Sánchez y los suyos han alimentado el crecimiento y el protagonismo de la extrema izquierda". Esta chica vive en los mundos de yupi, opina su compañero de columna Ignacio Camacho. "Si se repite el resultado del 20-D, España tendrá en verano un Gobierno de coalición de izquierdas. Lo promoverá Pedro Sánchez postulándose como candidato en la misma noche del recuento para evitar que los barones socialistas consumen su defenestración". Qué manía con hacer santos a los barones cuando casi todos gobiernan con Podemos. "La gran coalición es una entelequia en la que sólo creen Rajoy, algunos empresarios del IBEX y ciertos líderes de opinión que desconocen el pensamiento izquierdista". Ignacio, está feo que llames ignorante a tu compañera Edurne.

La Razón se va hoy por los cerros de Úbeda. "Zarzuela diseña una campaña para lanzar a Felipe VI". Le dedica un editorial al Rey y varias páginas, vete tú a saber con qué aviesas intenciones. Abel Hernández dice que arranca la campaña electoral "sin que se vislumbre un desbloqueo de la situación. El primero que parece empeñado en llevarnos a un callejón sin salida es el candidato socialista con el anuncio de su decisión irreductible de no tantear siquiera un posible acuerdo con el PP", que "no se cae del burro". Abel templa gaitas con Ciudadanos. "Tampoco parece de recibo ni facilita la salida de la crisis el veto previo de Ciudadanos a Rajoy, metiéndose en camisa de once varas. Pero ésto se presenta como una batalla secundaria. Conociendo el talante negociador de Ciudadanos y de los populares, al final se impondrá el sentido común y el interés general ". Bueno, ya veremos, si Rajoy se empeña, con la ayuda de La Razón, en tocarle las narices a los de Rivera a lo mejor resulta que después le mandan a tomar viento fresco. Muy merecidamente, por cierto.

La Vanguardia le atiza dos guantazos sin contemplaciones a Puigdemont por hacer el ridículo en Bruselas. "Juncker y Schulz evitan reunirse con Puigdemont en su visita a Bruselas" mientras "el presidente de la Generalitat sostiene que existe un 'enorme interés exterior' por el proceso independentista en Catalunya". Que si quieres hacer el tonto hazlo tú solo, pero a los demás no nos saques los colores, viene a decir el conde de Godó.

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