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Puig recula en su desafío a Sánchez y frena su negociación con Podemos

El líder de los socialistas valencianos suaviza su postura pero no retira su propuesta que estudiará la Comisión Federal de Listas el viernes.

El líder de los socialistas valencianos suaviza su postura pero no retira su propuesta que estudiará la Comisión Federal de Listas el viernes.
Ximo Puig con Pedro Sánchez | EFE

No es una buena semana para el líder del PSOE, Pedro Sánchez, cuya autoridad ha quedado claramente tocada. En menos de 48 horas, dos barones han dejado en un brete a su secretario general a mes y medio de que comience la campaña electoral y a unos días de que el próximo domingo presente a su "gobierno en la sombra", el equipo de hombres y mujeres que completarán las vacantes de la todavía destartalada lista por Madrid y con el que pretende aspirar a un cambio en La Moncloa.

Un equipo con pocas posibilidades de tocar poder a juzgar por las expectativas de los barones socialistas que esta semana han roto el cascarón entre lo que se dice en privado y lo que se verbaliza en público. El primero fue el extremeño, Guillermo Fernández Vara, al asegurar el pasado lunes que "Susana Díaz se presentará al próximo Congreso Federal", con lo que daba por hecha una derrota sonada del PSOE el 26-J. El segundo, el barón díscolo valenciano, Ximo Puig, y su desafío mediatizado de acudir con Podemos a las listas del Senado, pese a la negativa de Ferraz y en contra de las propias resoluciones del Comité Federal.

Tras una jornada de fuegos cruzados y desautorizaciones mutuas, Puig recula... a medias. Tras las múltiples advertencias de la dirección del PSOE, y la conversación telefónica que mantenían en la mañana de este miércoles con su secretario general, Pedro Sánchez, el también presidente de la Generalidad valenciana, frenó su negociación con Podemos para ir conjuntamente con Podemos y Compromís, pero no escatimó en palabras en contra de las directrices públicas de su jefe de partido.

En rueda de prensa desde Valencia, Puig negaba que haya "ninguna rebelión ni pulso" con Ferraz y explicaba que "se trata sólo de una posición política bastante clara y razonable que aprobó por unanimidad una Ejecutiva tan amplia como la del PSPV".

Es decir, que no retiraba una propuesta que será rechazada el viernes la Comisión Federal de Listas. Un órgano al que aspira "convencer" porque "no se trata de una cuestión del secretario general. Si es posible, irá adelante; si no es posible, no irá adelante y cada uno deberá asumir su propia responsabilidad".

Tras añadir que "Ferraz tiene legitimidad para decidir", Puig frenaba formalmente su negociación con Podemos. La primera reunión prevista para la tarde del miércoles se desconvocaba ante el plantón del PSPV que decidió no asistir tras la presión mutua, pública y publicada entre varios miembros de la dirección federal y los portavoces valencianos.

La decisión de Puig de no acudir al encuentro motivó también que Compromís, y su representante en el Gobierno, Mónica Oltra, se descolgara de la cita a tres bandas para elaborar una lista conjunta para la cámara alta.

Fuego cruzado

Un plantón que se explica por dos motivos. De un lado, la certeza de la dirección valenciana de que Ferraz tumbará el viernes la propuesta de Puig en la Comisión Federal de Listas. Y del otro, la cascada de presiones que desde Ferraz se han lanzado en buscar de una marcha atrás de uno de los barones más críticos con la dirección. El argumento que daban los portavoces de Congreso y Senado, Anonio Hernando y Óscar López, y del secretario de Organización, César Luena, es que "no se puede ir con un partido que incluye el referéndum en su programa; y menos en la cámara territorial que recoge precisamente la cuestión sobre el modelo de España".

Fuego cruzado que encontraban su resistencia en portavoces valencianos como Alfred Boix, quien aseguró que entiende "perfectamente cuál es la respuesta de Pedro Sánchez a Pablo Iglesias, pero tienen que entender ustedes también cuál es la respuesta de aquí y lo tendremos que decir".

Ferraz tumbará el desafío

El desafío de la federación valenciana se produjo el pasado martes por la noche después del "no gracias" con el que el secretario general, Pedro Sánchez, anunció su rechazo a la oferta de Pablo Iglesias de acudir conjuntamente al Senado PSOE y Podemos. Fuentes socialistas confirmaron a Libertad Digital las conversaciones previas entre la dirección federal y la federación valenciana de Ximo Puig.

En ellas, el secretario de Organización, César Luena, y hasta el propio secretario general, Pedro Sánchez, alertaron a Puig de su "desaprobación" con una propuesta que no iba a pasar el filtro de la Comisión Federal de Listas que se reunirá el próximo viernes en Ferraz. Pese a que "ellos sabían", que caería en saco roto, Puig siguió adelante con su anuncio este martes a última hora de la mañana, lo que en Ferraz califican de "ejercicio inútil" que enmarcan dentro de la "campaña por el lío interno, la obstinación o sobreescenificación" de la federación valenciana.

Lambán y Francina, casos "diferentes"

"Diferentes", según Ferraz, son los casos de Aragón y Baleares cuyos líderes, Javier Lambán y Fracina Armengol, "tantearon" su voluntad de presentar conjuntamente listas con Podemos al Senado, pero la dirección federal les prohibió hacerlo. A diferencia de Puig, Lambán y Armengol sí recularon tras las conversaciones con la Organización del partido y "han asumido la directriz federal". Las fuentes consultadas aseguran que en el caso de la baronesa balear, uno de los mayores apoyos internos de Sánchez desde sus inicios como secretario general del PSOE, "lo asumió sin ninguna resistencia". Pero ya no todos acatan la doctrina de la dirección del partido porque muchos entienden que la dirección de Sánchez es "provisional".

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