Ya se conocían los reproches y los cabreos suscitados dentro del PSOE andaluz, procedentes en buena parte de Manuel Chaves, por el comportamiento "abandonista" de la presidenta de la Junta y secretaria general de la federación andaluza del PSOE, Susana Díaz, respecto a sus compañeros imputados en el caso. Ahora, un exconsejero de la Junta, Martín Soler, uno de los exculpados en el auto judicial del juez Martín sobre los ERE, lo ha afirmado públicamente: "Nos hemos sentido muy abandonados por la dirección política del Partido y por el gobierno andaluz".
Es más, habla de "depuración generacional" en el seno del PSOE con la excusa de los ERE. Con ello, se demuestra que el caso ERE está abriendo una profunda brecha dentro del PSOE andaluz, brecha comenzada por la "purga interna" de José Antonio Griñán tras ser nombrado secretario general del PSOE a la marcha de Manuel Chaves.
Con esa expresión se refiere inequívocamente a Pedro Sánchez, cabeza visible de la dirección política nacional del PSOE, y a Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía.
Martín Soler no es un cualquiera dentro del PSOE andaluz donde el poder provincial y sus cuotas dentro de la organización son esenciales. Tras ser nombrado secretario general del PSOE de Almería (1997-2008), fue teniente de alcalde de Almería (1999-2001), diputado por Almería en el Parlamento de Andalucía (desde 2004), Consejero de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía (2008-2009), esto es, en el gobierno de Manuel Chaves y Consejero de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía (2009-2010) ya en época de José Antonio Griñán.
Cuenta Noticias de Almería que Martín Soler, ahora un empresario dedicado a la internacionalización de empresas, y funcionario en excedencia de la Junta de Andalucía, era, como es sabido, amigo de Manuel Chaves aunque menos amigo de Griñán, que lo terminó mandando a su casa.
Aunque ha sido excluido de la lista de procesados en el caso, su visión del caso ERE no se diferencia de la expresada por Manuel Chaves. Más que otra cosa pudo haber "irregularidades de carácter administrativo", o también "discrepancias" en la "interpretación de las leyes", por lo que no todo debería acabar en la vía penal sino que, tal vez, "haya que cambiar un procedimiento, asumir unas responsabilidades políticas, y Griñán y Chaves lo hicieron dimitiendo", aunque nunca lo dijeron públicamente con claridad.
Insiste en que ni Chaves ni Griñán se han llevado personalmente un euro y añade que si ha habido "un aprovechamiento de un sistema que probablemente haya tenido que corregirse, pero no es una aprovechamiento personal de cuentas en Suiza o en Panamá, de maletines y dinero negro". Parece referirse a que hubo un aprovechamiento político y electoral, no lucro de personas.
Abandonados por la Junta y el PSOE
Aunque ha tenido algunos apoyos de militantes socialistas, Soler explica que "las personas con las que yo he hablado nos hemos sentido muy abandonados, y creo que eso no es bueno". En ese sentido apunta a que al margen de lo que determine la Justicia, dentro del partido debía existir un grado de "confianza" sobre quienes gestionaban el Gobierno de Andalucía, pero que "hubo un momento en que este asunto de los ERE se usó en clave interna, para acabar con una generación" que eran "los de antes".
Sobre Susana Díaz, a quien sin decirlo a las claras responsabiliza de esa depuración generacional, cree que debería dedicarse a aquello para lo que ha sido elegida, y dejar "sus ambiciones de partido para los ratos libres".
Además está convencido de que ella ha ligado su futuro al resultado electoral que saque el PSOE el próximo 26 de Junio en las elecciones generales, y que en función del que sea "se abrirá el camino de la sucesión o no", un aspecto al que no da mayor importancia al recordar los muchos nombres que ha tenido la Secretaría General.
Soler ha criticado abiertamente esta "carrera" por cortar cabezas que parece haberse impuesto en el PSOE y recordó que el PSOE tenía en su código ético apartar del cargo a quien se le abriera juicio oral, pero ahora ve una especie de competición entre Susana Díaz y Pedro Sánchez.
Los lamentos de Chaves
A los precursores lamentos de Chaves, "Pepe, Susana nos ha matado" ha seguido la sorpresa de Griñán por verse procesado por un delito, el de malversación de caudales públicos que, dada la cantidad (más de 855 millones de euros en su conjunto), podría significarle ocho años de cárcel en caso de ser condenado.
Susana Díaz explicó a Manuel Chaves y José Antonio Griñán que el culpable de que tuviera que exigirles el acta de diputado si resultaban imputados era Pedro Sánchez y su carrera por competir con el Partido Popular a ver quién eliminaba a más imputados de las listas.
Según se contó en el reciente libro sobre lo entresijos del PSOE andaluz, Tiburones y delfines, ocurrió así:
—¿Se refiere a los ex presidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán? —pidió que aclarase un periodista a Susana Díaz.
—Me refiero a todos. Cualquier aforado, cualquier persona que resulte imputada va a tener que dejar el escaño... Una vez enterado, Manuel Chaves expresó su sentimiento: "Pepe, Susana nos ha matado. Es como si nos hubiese clavado un puñal —dijo metafóricamente—. Aquellas declaraciones marcaron un antes y un después en la relación de Susana Díaz con sus dos predecesores, especialmente con Manuel Chaves, cuenta el libro.
En realidad lo que había pasado es que Susana Díaz dio un paso más que Pedro Sánchez, que sólo se había referido al código ético del PSOE que no abarcaba a la mera imputación. Pedro Sánchez se había limitado a decir que "serían contundentes" con los casos de imputados en el PSOE y se había remitido al código ético, que fijaba el momento para exigir el escaño en la apertura de juicio oral.
Griñán, perplejo
José Antonio Griñán esperaba ser procesado por prevaricación continuada como recomendaba el Tribunal Supremo, pero lo ha sido finalmente por tal delito y por el de malversación de caudales públicos, que conlleva pena de cárcel.
Inmediatamente, el abogado defensor de Griñán, José María Mohedano, se ha puesto a elaborar un recurso contra el auto del juez, un auto muy peligroso para su defendido y decena y media más de personas afectadas.
Sabido es que Manuel Chaves y José Antonio Griñán rompieron su amistad de años cuando el segundo, aupado por el primero a la presidencia de la Junta, comenzó a dar síntomas de alianza con José Luis Rodríguez Zapatero y a tratar de renovar, casi a los 70 años, la estructura del PSOE andaluz hilada durante años por Manuel Chaves. Sobre todo, Griñán fue el artífice de la defenestración de la mano derecha de Chaves durante años en el PSOE andaluz, Luis Pizarro, el jefe del clan de Alcalá de los Gazules y la limpieza "política" del PSOE andaluz de partidarios de la vieja guardia socialista.
Por ello, Griñán es considerado por algunos viejos dirigentes del PSOE como "lo peor" que le ha pasado al socialismo andaluz, según confesaron privadamente a algunos de ellos a este corresponsal.
Ahora, Griñán ve cómo siendo un consejero que obedecía órdenes, como es natural, es más duramente tratado por la Justicia que aquel que era su presidente, algo que ha debido dejar más que perplejo a quien aparece ya como uno de los más paganos del caso ERE, cuyos mecanismos básicos funcionaron desde mucho antes de que él llegara a la Consejería de Economía y Hacienda de la Junta de Andalucía.