Mariano Rajoy guardó este jueves silencio, pero sus portavoces coparon tertulias de radio y televisión para lanzar una idea fundamental. “Creemos que el sí de Ciudadanos acercaría la abstención del PSOE”, resumió Fernando Martínez-Maillo, número tres de la formación. El PP confirmó que su líder salió “contento” del despacho con Albert Rivera, pero en privado se impuso la cautela. De momento, recordaron, solo se ha dado “un paso” para acabar con la vigente crisis política.
A partir de ahora, el primer objetivo de Rajoy es seguir acercándose a Rivera, empezar a lograr acuerdos sobre las cuestiones puestas encima de la mesa –como la senda de déficit público, el techo de gasto y las cuentas públicas- y arañar finalmente su voto afirmativo en una investidura. “Creemos que, tarde o temprano, se pasará al sí”, contestó un miembro de la cúpula poco después de que Rajoy les informara de cómo había ido su cita con el líder del partido naranja.
Todo el PP se apresuró a elogiar el gesto de Rivera, pese a que oficialmente se quedarán en la abstención. El más efusivo, como casi siempre cuando toca hablar de Ciudadanos, fue Pablo Casado. “Es una persona responsable con la que compartimos lo esencial y sería imposible no entendernos. Ojalá quisieran entrar en el Gobierno”, declaró en Antena3. El vicesecretario de comunicación no es el primero en sugerir la posibilidad de una entrada de Ciudadanos en el Ejecutivo. “El límite lo pondrán ellos”, se dijo prácticamente desde el principio, pero luego Rivera se negó si antes Rajoy no daba un paso al lado.
Todavía sin abrir ese posible escenario, para el entorno del presidente en funciones, el hecho “objetivo” es que Rivera da por descontado que habrá Gobierno toda vez quiere negociar los Presupuestos. Y a ello se acogieron con fuerza para ver el giro más próximo. “Si dos interlocutores quieren negociar es porque se piensa que va a haber un Gobierno”, dijo a las claras Maillo, en esta ocasión en Telecinco. “Ayer –por el miércoles- se abrió un escenario nuevo donde existe la posibilidad de ese acuerdo”, se reafirmó.
Para lograrlo, Rajoy volverá a verse con Rivera la próxima semana -la fecha todavía no ha trascendido- mientras su equipo seguirá tendiendo puentes. “Ciudadanos debería apoyar a un Gobierno del PP”, se sumó Alberto Núñez Feijóo, que hace sus propios cálculos en caso de que no logre conseguir la mayoría absoluta en los comicios gallegos del 25 de septiembre.
En paralelo, el PP se sumó a la presión para que el PSOE acabe absteniéndose, aunque partiendo de la base de que, para ello, el paso previo de Ciudadanos sería decisivo. En este sentido, Casado se dirigió a los integrantes del Comité Federal, incluidos aquellos barones más críticos con Pedro Sánchez, y les pidió que rectifiquen. “Mientras el PSOE conjugue el verbo bloquear, no va a haber Gobierno y sí terceras elecciones”, enfatizó Maillo. “Tengo la impresión de que busca una investidura fallida”, lamentó a renglón seguido.
Para Rajoy, la presión que soporta Sánchez y que le llega “de todos los lados” podría ser definitiva si las negociación con Rivera llega a buen puerto. “Las leches a Sánchez de todo el mundo son una buena noticia”, se dijo a puerta cerrada en el Comité de Dirección, tal y como publicó este diario. Este jueves, fue José Luis Rodríguez Zapatero el que reapareció para pedir diálogo, mientras que a Génova llegaron “comentarios” de históricos del PSOE “que no quieren que esta situación se alargue mucho más en el tiempo”.
Lo que no hizo ninguno de los portavoces del PP fue aclarar si Rajoy se someterá a la sesión de investidura en caso de que, finalmente, no coseche los apoyos necesarios. Casado afirmó que “las últimas semanas de agosto serían perfectas para la investidura”.