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Martirio a los barones socialistas: "Sánchez debe ser destruido", se busca "apuñalador"

Visto que presionar Sánchez no ha funcionado, la prensa se afana ahora en que sea el propio PSOE el que se lo cargue.

Visto que presionar Sánchez no ha funcionado, la prensa se afana ahora en que sea el propio PSOE el que se lo cargue.
Pedro Sánchez, en el Congreso. | EFE

El Mundo dice que "Sánchez cree que sale más reforzado tras el debate y no pactará". La parte del "no pactará" sobra. Eso ya le ha quedado claro hasta a Rajoy. Ricardo F. Colmenero ha "tenido" que irse "hasta la playa a escuchar el debate de investidura" para darse cuenta "de que existe una España que puede vivir sin Gobierno". Yo a eso le llamo pirarse de vacaciones, Ricardo, y no es una obligación. Allí, entre "colchonetas con posavasos" ha llegado a la conclusión de que "una de las fórmulas más eficaces para evitar unas terceras elecciones es que la gente no vaya a votar". Un exceso de sol o de vaso, porque para que la gente no vaya a a votar tendrá que haber terceras elecciones, digo yo. "La segunda opción sería esperar al resultado de las elecciones gallegas y vascas, y ver si en la verbena, el Partido Popular consigue echarse algo más que una novia que deja que le toquen las tetas sólo por encima del jersey". Va a ser insolación, fijo. Pero su "opción favorita sigue siendo sin embargo el Gobierno Frankenstein", porque "si Mary Shelley pudo escribir una obra maestra con 18 años años, unos hombres hechos e izquierdosos están perfectamente capacitados para conformar un gobierno de mierda". Ya me hace dudar ¿no será el vaso?

El País encabeza la orden de ataque a la fortaleza de Sánchez. "Los líderes regionales del PSOE piden un debate interno". "Varios de los dirigentes críticos con Sánchez quieren tratar en un comité cómo evitar nuevas elecciones". Esos varios son "los secretarios generales de la federaciones más poderosas del PSOE". Nombra a Page, que gobierna Castilla-La Mancha con Podemos, Javier Fernández, que gobierna Asturias con IU, Javier Lambán, que fue investido en Aragón por Podemos e IU, Fernández Vara, que también es presidente de Extremadura con permiso de Podemos, Ximo Puig, otro que gobierna Valencia por Podemos, y Susana Díaz, que es la única que prescindió de los votos de Podemos y se apoyó en Ciudadanos. ¿Y estos poderosos y aguerridos jefes socialistas pretenden forzar a Sánchez a que deje gobernar a Rajoy? Quiero verlo.

ABC monta una sala de torturas a los socialistas. "Los barones del PSOE presionan para evitar unas terceras elecciones". El editorial lo podría firmar el mismísimo Torquemada. "Pedro Sánchez dirige y representa al PSOE, pero él no es el PSOE", comienza. Su no y no y no "ha empezado a generar tal grado de discusión interna, que está moviendo a algunos dirigentes regionales socialistas a discutir esa estrategia e, incluso, el liderazgo de Sánchez", dice sin caer en que el PSOE no es el PP y al dirigente lo elige la militancia. "Es comprensible que sea difícil para el PSOE porque objetivamente supondría una cruenta desautorización a su secretario general y el germen de una operación para su sucesión inmediata", dice desmelenado Bieito Rubido. "Pero es una opción que están obligados a manejar por el bien del PSOE". ¿Obligados? ¿Por el bien del PSOE? Se les está yendo la olla. "De momento, a los dirigentes críticos les falta valentía y arrojo político", pero "deben hacerlo con urgencia". A sus órdenes, sólo faltaba. David Gistau nos cuenta de qué va este ataque desmedido. Una vez comprobado que "Sánchez no saldrá de su cabaña con las manos en alto ni aunque lo conminen a hacerlo con megáfonos, todas las representaciones del poder españolas comenzó a germinar en el ambiente un plan B. Sánchez debe ser destruido. Y son los suyos quienes han de hacerlo". Claro, qué listos. Cree Gistau que habrá "innumerables voluntarios a apuñalador", así que él se sentará a contemplar el "espectáculo político más entretenido con el que podremos consolarnos de la frustración general, ver cómo un mecanismo homicida se pone en marcha para destruir a Pedro Sánchez. Tengo curiosidad por ver cómo lo intentará y si lo conseguirá". Y yo, no te digo. Y le da un buen consejo al líder socialista. "Debería contratar un catador". A ver quién es el guapo que acepta el trabajo. Y no sé por qué te cito, Gistau, contenta me tienes. ¿Cuándo nos vas a contar pormenorizadamente los ligues y los coitos veraniegos del Congreso? Carlos Herrera le quita la ilusión a Gistau. "No hay nada qué hacer, ni siquiera esperar una rebelión en su partido: Sánchez, digan lo que digan, les tiene muy cogida la medida a los suyos. Díganme quién está en condiciones de adelantarse y proclamarse alternativa. Me temo que nadie". Ya nos has jorobado el espectáculo, Carlos, mira que eres. Ignacio Camacho cree que "la presión exterior robustece a Sánchez", "nada va a conseguir el PP tratando de fomentar una rebelión de disidentes contra Pedro". Rajoy, que lo ha vivido en sus carnes, "ha de saberlo". Así que le da una receta muy al gusto de Rajoy. "A Rajoy le toca esperar". Es como si a un goloso le ponen a dieta de chocolate.

La Razón admite que "Rajoy espera que el PSOE se mueva. Confían en que Susana Díaz cambie la postura de Sánchez". Susana Díaz, Susana Díaz, me suena. Marhuenda tiene muchas prisas. "¿A qué esperan los barones socialistas?", dice impaciente. Pedro Narváez apremia para que nombren a Pedro Sánchez "persona non grata", "Sánchez es el maltratador de una nación paralizada", a ver si los del PSOE "se atreven a cortarle la cabellera", "que arda Pedro", a la hoguera, a la hoguera.

La Vanguardia desvía el tiro. "PP y PSOE fían el desenlace a las elecciones del País Vasco. Los socialistas esperan que el PNV resuelva la papeleta". Eso, que otro se coma el marrón. Qué respiro. Y eso que no soy barona socialista.

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