Cambio de criterio. Las críticas recibidas de toda la oposición por la "cacicada" de la presidenta del Congreso, Ana Pastor, tras desoír la decisión mayoritaria de la Junta de Portavoces y dejar sin fecha el pleno urgente de Luis de Guindos sobre el caso Soria no cayeron en saco roto. Pasadas las 20:00 horas, los servicios de prensa de la Cámara informaron de una rueda de prensa improvisada de la vicepresidenta primera, Alicia Sánchez-Camacho, anunciando la decisión final.
Camacho destacó que habrá pleno la semana que viene dependiendo de dos factores: la voluntad del Gobierno y la "disponibilidad del ministro". Si el Ejecutivo diera su visto bueno, la decisión sería comunicada entre el lunes y el martes a la Junta de Portavoces y a la Mesa de la Cámara Baja para ser calificada e introducida en el orden del día por la vía urgente.
En todo caso, en el PP no dieron por seguro que Guindos acabe dando la cara en las Cortes. "Pastor puede convocar y él no ir", expusieron fuentes de la dirección. Mientras, en el Ejecutivo deslizaron que sigue vigente el criterio de que un Gobierno en funciones "no" puede someterse al control ni comparecer en el Congreso, como defendió con vehemencia Soraya Sáenz de Santamaría en la anterior legislatura. El asunto, de hecho, fue motivo de disputa y llevó al PSOE y al entonces presidente de la Cámara, Patxi López, a plantear un conflicto de atribuciones ante el Tribunal Constitucional por la negativa de la Moncloa.
Así las cosas, Pastor lanzó la pelota al tejado de la Moncloa, tras mantener contactos con el Ejecutivo en las últimas horas. Este viernes, como es habitual, se celebra el Consejo de Ministros, pero finalmente no participará De Guindos, que se traslada a Bratislava (Eslovaquia) para participar en las reuniones del Eurogrupo y el ECOFIN. Esto es, será la vicepresidenta la encargada de dar las explicaciones oportunas al término de la reunión semanal del Ejecutivo.
El cambio de postura de Pastor
Cabe destacar que la voluntad inicial de Pastor, que tiene la competencia exclusiva de fijar la fecha de las comparecencias, era que los plenos no comenzaran hasta el 27 de septiembre, después de las gallegas y vascas. El PP, preocupado porque el caso Soria pueda afectar a sus intereses electorales, también se mostró en contra del pleno y, en voz de Rafael Hernando, calificó de "ridícula" la "teatralización y falta de proporcionalidad" de los grupos. Un hecho "sin precedentes" en terreno parlamentario, según denunció.
Toda la oposición salió en tromba a criticar a Pastor. PSOE, Podemos, Ciudadanos, ERC, PNV y el Grupo Mixto, cuya presidencia rotatoria recae en estos momentos en la antigua Convergencia, solicitaron que el Pleno se celebrara la semana que viene y todos, salvo el PP, comparecieron tras la reunión de la Junta de Portavoces para cargar contra "la cacicada de la presidenta", que finalmente acabó cediendo.
Para rematar la faena, Guindos siguió estando un día más en la diana del propio PP y hasta dos portavoces reconocieron públicamente errores en el anuncio de la designación de Soria y la gestión de la polémica. Empezó Fernando Martínez-Maillo, número tres de la formación y cada vez más próximo a Mariano Rajoy. "Es evidente que las cosas se podrían haber hecho mucho mejor", reconoció, en declaraciones a RNE. El mismo Hernando que no quería un pleno se sumó a la queja: "Ha habido un problema claro de comunicación".