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El "embajador" de Cataluña en EEUU veta a los periodistas en su Diada

Andrew Davis, delegado de la Generalidad, organiza una fiesta en el Museo del Periodismo de Washington sin apenas invitados y prohibida a la prensa.

Andrew Davis, delegado de la Generalidad, organiza una fiesta en el Museo del Periodismo de Washington sin apenas invitados y prohibida a la prensa.
Fiesta del embajador de Cataluña en Washington | Twitter @delgovusa

El delegado de la Generalidad en los Estados Unidos, responsable de las "relaciones internacionales" del "minister" Raül Romeva y de la representación del "procés" tuvo el buen tino de no organizar la Diada el mismo domingo 11, fecha del quince aniversario del mayor ataque terrorista contra los Estados Unidos y aplazó al martes la fiesta catalana. Es lo único que hizo bien.

Según La Vanguardia, a las recepciones de Davis van sus amigos y conocidos, pero ningún funcionario o congresista estadounidense. Su grado de influencia es ínfimo y su diplomacia, menor aún, a pesar de que entre las funciones que indica su cargo figuran "las relaciones de colaboración de la Generalidad con las Naciones Unidas y otros organismo internacionales con sede en Canadá, Estados Unidos y México que tengan algún interés relevante para Cataluña".

Con ocasión de la pasada Diada, Davis repartió invitaciones a diestro y siniestro entre miembros de la comunidad catalana asentada en Washington, funcionarios, asesores, lobistas y políticos y alquiló un amplio espacio en el "Newseum", recinto dedicado al periodismo y la libertad de prensa. Pero en la nota del diario de Godó se afirma: "La delegación del Govern en la capital estadounidense organizó el acto ayer martes e invitó a funcionarios y congresistas estadounidenses -suelen asistir más bien pocos o ninguno- y a miembros de la comunidad catalana, siempre y cuando no fueran periodistas porque "los medios de comunicación no están convocados", según ha confirmado por escrito el delegado, Andrew Davis".

Sin la incómoda presencia de periodistas, ni siquiera partidarios, Davis protagonizó una nueva gesta de las relaciones internacionales en favor del "procés". Se trataba de evitar que la canallesca pudiera comprobar el desolador aspecto de la "fiesta del embajador", el escaso peso, enorme gasto y nulo rendimiento de la delegación catalana en los Estados Unidos. Y todo ello en un museo dedicado al periodismo.

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