El descuartizamiento de una familia brasileña de cuatro miembros en la tranquila urbanización de La Arboleda en Pioz (Guadalajara) tenía todas las características de ser un ajuste de cuentas por la efectividad de los cortes y porque apenas hubiera rastro del crimen, pero la investigación ha dado un espectacular giro y ha pasado a centrarse en François Patrick Nogueira Gouveia, un joven brasileño de 19 años sobrino de Marcos, el padre de la familia.
En el programa En Casa de Herrero el periodista Alfonso Egea ha contado que el joven estaba "huyendo de un pasado conflictivo en Brasil y se instaló con la familia" asesinada en España. Según medios brasileños, el padre de Janaína, la mujer de Marcos, afirmó que Patrick se había mudado con ellos a Torrejón de Ardoz y quería dedicarse profesionalmente al fútbol.
Una de las cosas que no encajaban en la investigación era que "no se entendía el enorme esfuerzo del asesinato y el descuartizamiento" porque "Marcos no valía el precio de una bala", ha señalado Alfonso Egea.
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha dado el caso por cerrado aunque las autoridades policiales del Estado de Paraíba tomaron declaración a Patrick el pasado viernes y un juez lo ha dejado en libertad sin cargos.
La hipótesis más irreal cobró sentido
La primera pista que se tiene sobre Patrick es un rastro biológico distinto al de las cuatro víctimas (Marcos, Janaína y sus dos hijos María y David), descubiertas el 18 de septiembre por el olor que desprendían los cuerpos. La investigación estaba centrada en revisar los pasajes de España a Brasil entre el 16 y el 22 de agosto buscando a un sicario o un asesino profesional "hasta que empezaron a conocer la biografía del sobrino de Marcos". En ese momento es cuando "la hipótesis que parecía más irreal empezó a cobrar sentido", ha indicado Alfonso Egea.
Para las personas encargadas de la investigación que "un chaval de 19 años que se buscaba la vida en el fútbol fuera capaz de llevar a cabo estos crímenes parecía una barbaridad", ha comentado el periodista, que ha explicado que en un crimen de carácter pasional no se suele utilizar el descuartizamiento porque "en la lógica criminal es un modo utilitarista para hacer desaparecer un cuerpo". Desmembrar un cuerpo "siempre es útil para las intenciones postcrimen" y lo utilizan los asesinos profesionales "para dejar un mensaje".
En España el caso más cercano es el de Bruno, el descuartizador de Majadahonda que escondía una trituradora de carne en el sótano y asesinó y descuartizó a la inquilina que tenía en su casa. En esta ocasión cuesta encontrar un caso de un asesino tan joven capaz de matar a cuatro personas, dos de ellos niños, con la habilidad, pericia y sangre fría suficiente para descuartizar dos de los cuerpos.
Sin embargo Patrick tiene un antecedente violento. En 2013 y con 16 años apuñaló a un profesor en clase. Hay un vídeo de ese asalto en el que se ve al profesor dirigirse a la última fila de pupitres en la que está sentada el joven y cuando está revisando su cajonera, Patrick saca un arma del bolsillo trasero del pantalón y asesta varias puñaladas en el cuello del docente. Por este ataque el joven fue condenado a 45 días de trabajos sociales.
Estaba obsesionado con Janáina
El móvil del terrible asesinato y descuartizamiento parece ser pasional porque el joven se sentía atraído por Janáina. Patrick, buscando cambiar de vida, vino a España y se instaló con ellos, pero su comportamiento hacia la mujer empezó a hacer sentir incómodo al matrimonio. Alfonso Egea ha contado que "se paseaba semidesnudo por la casa y coqueteaba de forma espectacularmente grosera con Janáina".
La familia empieza entonces una huida itinerante de este chico y se mudan buscando perder de vista a Patrick, hasta llegar a la localidad alcarreña de Pioz donde parece ser que el joven acabó con ellos.