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Los agujeros negros en las explicaciones de Espinar para justificar el pelotazo

Espinar ha comparecido para dar explicaciones sobre su pelotazo. Y ha dejado muchas dudas y una certeza: se lucró con un piso que nunca habitó.

Este miércoles a primera hora se conoció, a través de una información de la Cadena Ser, que Ramón Espinar adquirió cuando aún era estudiante una vivienda protegida por 146.000 euros y la vendió, en menos de un año, por 176.000. Espinar nunca llegó a vivir en el piso, ubicado en Alcobendas. Por la operación obtuvo una plusvalía de 30.000 euros.

Ante la catarata de críticas, Espinar tuvo que comparecer ante la prensa para dar explicaciones: lo único claro de su comparecencia es que lo esencial de la información es cierto. Espinar sí compró esa casa por ese precio cuando aún apenas tenía ingresos y lo vendió con una ganancia de 30.000 euros. Pero entre tanto, pese a las continuas preguntas de los periodistas, han quedado muchas dudas en el aire: ¿cómo logró la hipoteca? ¿por qué se le concedió el piso?

Estas son algunas de las cuestiones por las que Espinar aún tendría que responder:

  • La hipoteca: en el momento de la compra, Espinar pagó 52.000 en concepto de entrada e IVA, un dinero que, según dijo ante los medios, logró gracias a su padre, su madre y su abuela. Para pagar el dinero restante, 92.000 euros, se subrogó a la hipoteca de la promotora con BBVA. Pero dicha operación suscita dudas.

    Según explicó él mismo ante la prensa, comenzó a hacer aportaciones para la compra de la vivienda en 2007, con la previsión de que cuando la comprara, podría hacer frente a la hipoteca. Cuando el momento de comprar el piso llegó, en 2010, Espinar cobraba 480 euros de beca en la Complutense. La hipoteca ascendía a cien euros más: 580. Ese dato le ha servido al senador para justificar que emprendiera la venta del piso de inmediato: no disponía de suficientes recursos para pagar la deuda.

    ¿Pero cómo consiguió que el banco le concediera el préstamo con unos ingresos que ni siquiera cubrían la letra? Ninguna entidad entregaría una hipoteca a alguien con el perfil de Espinar. ¿Contó Espinar en esa hipoteca con el necesario apoyo de uno o varios avalistas de reconocida solvencia para la entidad bancaria?

  • La supuesta obligación de vender el piso: Espinar alegó que no tuvo más remedio que vender el piso porque no disponía de ingresos suficientes para hacer frente a los gastos. Pero eso tampoco sería cierto: según ha publicado El Español, la cooperativa, Vitra, incluía en el contrato una cláusula por la que los cooperativistas podían renunciar al piso y tenían el derecho de recuperar el capital aportado. Es decir: Espinar podía haber aducido que no tenía ingresos suficientes, renunciar a la casa y recuperar su inversión, sin necesidad de emprender el proceso de compraventa. ¿Por qué entonces pidió la hipoteca, escrituró el piso en el momento de la entrega de llaves y pidió permiso a continuación para venderlo? La respuesta parece clara.

  • Una adjudicación a dedo: la promotora, Vitra, construyó un total de 103 pisos en su promoción de Alcobendas. Sacó a concurso el 85% y fueron sorteados por el Ayuntamiento entre jóvenes apuntados a la bolsa de vivienda del municipio. El otro 15% fue vendido a clientes de forma discrecional con la única condición de no superar un máximo de ingresos. Ese es el mecanismo por el que Espinar logró la vivienda, según la Cadena Ser.

    En la comparecencia, Espinar ha reconocido que en efecto él no estaba empadronado en Alcobendas pero que accedió al piso porque estaba apuntado a una bolsa de vivienda joven en la Comunidad de Madrid y le correspondió un piso en dicho municipio. Sin embargo, su explicación ha tardado poco en ser desmentida: fuentes de la Comunidad de Madrid han indicado que la promoción no pertenecía al Plan de Vivienda Joven sino que era una promoción de vivienda pública promovida por una entidad privada. Por lo tanto, según fuentes citadas por Voz Pópuli, era irrelevante que Espinar estuviera apuntado, como miles de jóvenes, al plan de vivienda. Lo logró por otra vía.

  • El precio de venta: para justificar el desfase de 30.000 euros entre un precio y otro, Espinar ha intentado explicar que los precios de compra y venta en ese tipo de pisos protegidos están estipulados por ley:

    No se puede vender a precio de mercado un piso de protección. En este caso tenían que pasar 10 años para vender a precio de mercado. Por eso lo vendí al precio que fijaba la Comunidad de Madrid.

    El precio del módulo de metro cuadrado de vivienda pública subió. Pero Espinar no tenía la obligación de vender la vivienda a ese precio, ya que la Comunidad de Madrid marca el precio máximo del metro cuadrado, no el precio de venta. Es decir, permite vender a un precio más bajo. Por tanto, Espinar pudo renunciar a la ganancia y venderlo por exactamente el mismo importe por el que lo compró. No lo hizo.

  • El papel de su padre: el tema de su padre es siempre incómodo para Espinar, porque se trata de Ramón Espinar Gallego, ex vicepresidente de Caja Madrid a propuesta del PSOE e implicado en las tarjetas black. Espinar lo ha citado como uno de los familiares que le prestaron dinero, pero no ha entrado en más detalles. Lo cierto es que Espinar padre era amigo del alcalde de Alcobendas (PSOE) en el momento de la operación, José Caballero, con quien compartía asiento en el consejo de Caja Madrid. El municipio había cedido los terrenos para la promoción de Vitra. También le han preguntado a Espinar si el dinero prestado pudo proceder de los fondos de las tarjetas black ahora investigados, ya que su padre utilizó la tarjeta desde el año 2003. El senador se ha limitado a decir que si entonces hubiera tenido determinadas informaciones que tiene ahora, quizá las circunstancias hubieran sido diferentes.

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