La libertad de expresión y la libertad ideológica no son pozos sin fondo donde justificar absolutamente todas las manifestaciones. El Tribunal Supremo ha recordado este planteamiento, a priori de Pedro Grullo, pero olvidado en multitud de ocasiones. Y aunque parezca mentira en este contexto, el sujeto del litigio en cuestión no pertenecía a los separatistas catalanes. El Alto Tribunal revisaba una condena de la Audiencia Nacional por delitos de enaltecimiento del terrorismo y menosprecio a sus víctimas. Una sentencia contra Aitor Cuervo Taboada, que se presenta en su propio blog como republicano, marxista y "poeta del Estado español".
Un poeta que está lejos de hacer poesía y más aún de elevar sus versos a categoría de arte. Solo ha conseguido convertir sus textos en supuesto de delito. La Sala de lo Penal le impuso un año y medio de prisión e inhabilitación absoluta por 10 años. Una condena que se basa en 13 mensajes publicados en sus perfiles de redes sociales, como por ejemplo:
"A mi no me da pena alguna Miguel Ángel Blanco me da pena la familia desahuciada por el banco".
"Dos noticias, una buena y una mala: La buena, en La Carolina (Jaén) le han quemado el coche a un concejal pepero. La mala, el pepero no estaba dentro …"
"Si al final Aznar regresa de pleno a la política activa, espero que ETA lo haga también, para equilibrar la balanza"
"Tengo la botella de champán preparada para el día que se retome la lucha armada, la idea de la muerte o el exilio no me asusta cuando se trata de pelear por una batalla justa".
El Tribunal Supremo ha ratificado este viernes la sentencia, con una reflexión sobre el llamado discurso del odio, es decir, alabanza o justificación de actos terroristas. Este pronunciamiento que trascenderá del caso concreto, puesto que además se apoya en precedentes Tribunal Constitucional, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, y el propio Supremo. Destaca que este tipo de comportamientos no merecen la cobertura de derechos fundamentales como la libertad de expresión o ideológica, "pues el terrorismo constituye la más grave vulneración de los derechos humanos de la comunidad que lo sufre".
En relación a los mensajes de Aitor Cuervo, "objetivamente las frases encierran esa carga ofensiva para algunas víctimas y laudatoria y estimuladora del terrorismo que a nadie escapa. Las explicaciones a posteriori no tienen capacidad para desvirtuarlas". Los magistrados desestiman las excusas planteadas en el juicio por el condenado, porque "en ocasiones probar la inocencia se convierte en una tarea imposible, los hechos aparecen con tal evidencia que se torna tarea hercúlea desmontarla. Los hechos han sido probados y ciertamente desde ahí se hace muy difícil encontrar una disculpa razonable que sea convincente".