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Garganté se salva de un juicio por amenazas porque el afectado no denuncia

Enfrentamientos entre cargos y simpatizantes de la CUP y sindicalistas de la Guardia Urbana en las puertas de los juzgados.

Enfrentamientos entre cargos y simpatizantes de la CUP y sindicalistas de la Guardia Urbana en las puertas de los juzgados.
Garganté, a su llegada a los juzgados | EFE

José Luis Laga, médico del ambulatorio de Perecamps en Barcelona, declaró nada más empezar el juicio que él no había presentado ninguna denuncia contra el concejal de la CUP Josep Garganté, que se había limitado a declarar ante la Guardia Urbana que se había sentido coaccionado por el concejal pero que no había formalizado el papeleo. Dado que se trataba de un supuesto delito de amenazas leves, la Fiscalía no podía hacerse cargo de la acusación. Conclusión: si no hay denuncia, no hay juicio. Garganté ha sido "absuelto".

Atrás queda el vídeo en el que el edil antisistema, caracterizado por su aspecto alternativo y su presencia en cuantas algaradas okupas o relativas a los vendedores del top manta se producen en la capital catalana, conmina al facultativo a que cambie el parte de lesiones de un vendedor del top manta para acusar a la Guardia Urbana de violencia policial. El médico resiste la presión del concejal y se niega a cambiar el parte a pesar de la insistencia de Garganté.

"Lo que tienes que poner en el informe es que esta persona dice que su caída viene de un empujón", exigía Garganté al facultativo, que a su vez se aferró a que el mantero había relatado que se cayó solo y a consecuencia de su huida ante un dispositivo policial disuasorio de la venta ilegal, el pasado 23 de marzo.

El médico aguantó sin pestañear la insistencia de Garganté y no cambió el parte. Sin embargo, no ha querido continuar con el procedimiento contra el edil, cuya última polémica ha consistido en justificar el asesinato por parte de ETA del exministro socialista Ernest Lluch. Garganté, chófer de los autobuses municipales que lleva tatuada en los nudillos la palabra "odio", fue condenado por romperle el objetivo a un camarógrafo de la televisión pública catalana TV3 en 2010, cuando ejercía de activista sindical.

Bronca en la Ciudad de la Justicia

Este jueves, en su visita a la Ciudad de la Justicia de Barcelona, Garganté ha acudido respaldado por sus dos compañeras de grupo municipal, María José Lecha y María Rovira, el exlíder de la CUP David Fernàndez y casi un centenar de personas. Allí se han encontrado con unos treinta miembros de los sindicatos de la Guardia Urbana. Ambos grupos han tenido que ser separados por antidisturbios de los Mossos d'Esquadra cuando algunos de los partidarios de Garganté ha decidido romper los carteles en los que se pedía la dimisión del concejal.

Garganté se ha felicitado de la anulación del juicio, ha acusado a la Guardia Urbana de haber llevado a cabo un montaje policial y se ha retratado ante los medios con el puño en alto. Cuenta, según los sindicalistas de la Guardia Urbana, con el beneplácito de Ada Colau y su equipo de gobierno. De hecho, los "comunes" se han caracterizado por su benevolencia con las actitudes agresivas de okupas y manteros. Un ataque de un vendedor ilegal a un guardia urbano se saldó con la petición del teniente de alcalde Jaume Asens a la abogada municipal de que no pidiera pena de prisión para el acusado.

Según los sindicatos de la Guardia Urbana, en esta ocasión, el médico habría sido objeto de las presiones de los antisistema para no presentar denuncia.

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