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Del GAL a Estado Islámico: el extraño perfil del detenido en Segovia por yihadismo

En los últimos años viajó Afganistán, Siria o Palestina. La Guardia Civil ha detenido a una segunda persona por su relación con el yihadista.

En los últimos años viajó Afganistán, Siria o Palestina. La Guardia Civil ha detenido a una segunda persona por su relación con el yihadista.
Daniel Fernández Aceña. | Facebook

La Guardia Civil ha llevado a cabo en la mañana de este martes una nueva operación contra el yihadismo en nuestro país. El objetivo esta vez era un ciudadano español que se había convertido al Islam y que residía en Segovia. En los últimos meses, desde este verano, se había acelerado su proceso de radicalización y se mostraba muy activo en las redes sociales manifestando su apoyo a los atentados terroristas cometidas en Europa en el último año.

Los especialistas del Servicio de Información de la Guardia Civil mantenían activos los dispositivos de vigilancia tanto sobre el detenido como sobre su entorno y comprobaron su firme adhesión al ideario yihadista, tanto, que se había mostrado dispuesto a cometer un atentado suicida en un espacio público o en una red de transporte en nuestro país, según han informado fuentes de la investigación, una amenaza que los agentes se tomaron muy en serio.

No en vano, el arrestado había viajado a países en conflicto con fuerte implantación yihadista, como Afganistán, Siria o Palestina, donde ya había manifestado su voluntad a cometer atentados suicidas si así se le requería. A esto se añadía su currículum manchado de sangre. El detenido, Daniel Fernández Aceña, de 57 años de edad, fue miembro de los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación) y fue condenado a más de una veintena de años de prisión por la Audiencia Nacional.

Exactamente, el ahora detenido formó parte del grupo Jauzubia de esta organización terrorista. El 1 de marzo de 1984, junto a otros dos mercenarios de los GAL, participó en la localidad francesa de Hendaya en el asesinato del ferroviario galo Jean Pierre Leiba, al que mataron a muy pocos metros de la frontera hispano-francesa. Los sicarios de la guerra sucia contra ETA le habían confundido con un dirigente de la organización terrorista.

Con este historial, los agentes consideraban a Fernández Aceña como un elemento muy peligroso y no se descartaba que pudiese tener acceso a armas de fuego, por lo que se activó para la operación a los miembros de la Unidad Especial de Intervención (UEI) de la Guardia Civil, la unidad de élite del Instituto Armado, para la práctica de la detención.

Tras la detención, la Guardia Civil inició varios registros domiciliarios donde se espera que puedan obtenerse elementos que ayuden a reconstruir los planes que eventualmente pudiera estar desarrollando el detenido y si para su ejecución contaba con ayuda de terceras personas, ya sea en España o en otros países, así como si el mismo mantenía algún tipo de conexión con personas integradas dentro de la dinámica de Estado Islámico.

Pocas horas después del primer arrestado, se han detenido a una segunda persona en Valsaín, una pequeña pedanía dependiente de La Granja de San Ildefonso (Segovia). Este segundo arrestado mantenía una relación de amistad con el islamista detenido y, según fuentes del Instituto Armado, no se había convertido al islam y se investiga si Fernández Aceña había intentado adoctrinarlo o si le había ayudado en sus tareas de exhaltación del yihadismo.

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