El Mundo abre con un caso que bautiza "Los papeles de Beltrán Gutiérrez, ex gerente del partido", o sea el Bárcenas de Madrid. "La patronal financió la campaña del PP de Madrid del año 2007". Esto le dará hoy carrete a Ferreras para todo el programa. Pero el tema estrella de hoy es el comienzo del Brexit. "Merkel planta cara a la estrategia de May para negociar el Brexit". Dice el editorial que ayer "fue un día amargo". Reino Unido nos dejó "tras más de cuatro décadas de tormentoso matrimonio, pero matrimonio a fin de cuentas", un "socio al que el conjunto de los europeos amamos tan profundamente". Pero en fin, el amor no era mutuo. Pero una cosa que quede clara, "Londres no puede aspirar ni a ventajismo ni a soluciones a su medida (…) Los perjuicios de abandonar la UE deben ser visibles para los ciudadanos". Nada de quedar como amigos, si rompes, rompes. Jorge Bustos, sufrido cronista de las sesiones de control, dice que el matonismo de Podemos están yéndose de madre. "La presidenta Pastor va a tener más trabajo esta temporada que un sepulturero en The Walking Dead. No es solo que las gradas del gamberrismo profesional estén más nutridas que nunca, es que su presencia y modales contagian a los sedicentes diputados de orden", como le pasó ayer a Rafael Merino. Comenta Bustos que "la entidad Pablirene se escindió para preguntar por separado". A Irene le tocó la peor parte, "el combate entre Sáenz de Santamaría y Montero no puede ser más desigual". A la novia de Pablo no se le ocurrió otra cosa que preguntar por uno de esos temas que más le importan a la Gente: "Las filtraciones sobre el Rey Emérito" y sus amantes, puro cotilleo de peluquería. "Se conoce que no se habla de otra cosa en los comedores sociales", ironiza Bustos.
El País dice que "el Brexit arranca con un duro choque entre Londres y la UE". Como suelen arrancar, incluso terminar, los divorcios. Dice el editorial que lo "único seguro que queda sobre el Brexit es la enseñanza de las nefastas consecuencias que tiene la estrategia demagógica de apelar a la voluntad de los votantes cuando uno es incapaz de afrontar las propias responsabilidades". May ha dejado claro que "no estamos ante un divorcio de terciopelo", sino ante "una importante fuente de tensiones". La cartita que mandó la británica a la UE era "veneno envuelto en celofán", una "agresiva propuesta de divorcio como si se tratase de una placentera pedida de mano". Muy inglés.
ABC dice que "May presiona para dejar la UE sin renunciar al Mercado Único". Ya claro, qué lista. "Buscan seguir disfrutando de todo lo bueno de la UE pero sin poner un euro ni someterse a sus leyes", dice Bieito Rubido. Pues va a ser que no, "que quede claro que quien quiere estar fuera de la UE está fuera con todas sus implicaciones". Vamos, que es como dejar plantada a tu pareja apelando a sus defectos, pero pretender seguir una relación amistosa para aprovechar sus virtudes. También habla ABC de los problemas que está causando la horda podemita. "Las malas formas de Podemos en el Congreso exasperan a los diputados". Cuenta Juan Fernández Miranda que comen bocadillos en los escaños, se descalzan, se sientan por los suelos. Un sindiós. "Mantener las formas es tolerancia y respeto a los demás, porque si todo el mundo actuara como estos señores la vida pública sería insufrible. No hace falta llevar monóculo, tirantes y fumar en pipa. Se llama educación". ¿Tolerancia y respeto a los demás? Eso a los podemitas les suena a chino. Sólo entienden de intimidaciones, insultos, exabruptos, amenazas y violencia.
La Razón: "Europa dice no al chantaje de May". Marhuenda se pone muy guerrero. "No conviene dejarse adormecer por el amable tono de la carta (…) El Consejo Europeo cometería su peor error si presumiera cualquier atisbo de buena fe en las palabras y los gestos de May o creyera en la voluntad expresada de llevar a cabo una negociación leal", menuda bruja. "Una vez reconocido que el coste cero del divorcio es utópico, se trata de limitar los daños en lo posible y, sobre todo, salvaguardar la unidad de Europa de los embates nacionalistas (...) Bruselas tendrá que mantener la serenidad frente a los previsibles bandazos de un gobierno con una primera ministra que se ha demostrado superada por una coyuntura histórica". Y por cierto, los british de Mallorca, Málaga, etc quedan "expulsados del paraíso del sol" por Theresa May. Hala, vuelta al paraguas.
En La Vanguardia, Pedro Vallín explica la manía de la secta podemita hacia las corbatas. "Los malos siempre llevan corbata en el cine iraní (…) Tras la instauración de una teocracia anticapitalista, la autoridad islámica identificó al enemigo con las corbatas". No me digas más, los deseos del ayatolá Jomeini son órdenes para Pablo Iglesias, ¿no es el que le paga la tele?