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La farsa de ETA: ni siquiera entrega todas las armas que robó en Vauvert

Entre el entusiasmo de algunos partidos políticos y el dolor de las víctimas, la banda ha escenificado su supuesto desarme. 

Entre el entusiasmo de algunos partidos políticos y el dolor de las víctimas, la banda ha escenificado su supuesto desarme. 
Blanqueamiento de ETA en Bayona | EFE

ETA ha llevado a cabo este sábado unos de sus mayores actos de propaganda. Con medios de comunicación de medio mundo pendientes de su espectáculo, lo que algunos consideraban que iba a ser una jornada histórica no ha pasado de ser un supuesto desarme que no deja de generar terribles dudas sobre la realidad del mismo.

Los terroristas han entregado a las autoridades franceses un total de 120 armas y unas 3 toneladas de material para la fabricación de explosivos. También de otros utensilios imprescindibles para la fabricación de bombas, como detonadores, cordón detonantes, cables eléctricos... La Fiscalía antiterrorista francesa está examinando el material e informará en los próximos días a la española sobre el arsenal.

La dudas se generan porque las 120 armas entregadas no supondrían ni el total de las 150 armas cortas que los terroristas todavía mantendrían fruto del robo que cometieron en una fábrica de armas en Vauvert (Francia) en el año 2006, mientras mantenían su negociación política con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Que la cantidad de explosivos entregada iba a ser importante era algo esperado. Al igual que muchos otros productos, aquellos dedicados a la fabricación de material explosivo tienen una fecha de caducidad y los años últimos años sin atentados habría hecho que lo ahora entregado o bien esté caducado o a punto de caducar, lo que lo convierte en inservible.

La farsa ha comenzado a primera hora de la mañana en la localidad francesa de Bayona, donde los verificadores internacionales y los autodenominados 'artesanos de la paz', y que no son sino reconocidos simpatizantes del entorno político-social de ETA en Francia, han anunciado que habían facilitado a las autoridades francesas datos con la geolocalización de doce zulos de la banda terrorista.

La realidad es que no fueron doce, sino únicamente ocho, y los mismos estaban ubicados en su totalidad en el departamento francés de Pirineos Atlánticos, en la frontera hispano-francesa, del que formarían parte tres de los siete herrialdes o territorios que compondría la entelequia de Euskal Herria según la mitología nacionalista. En concreto, se encontraban en las localidades de Etcharry, Audaux-Castetbon, Viellenave de Navarrenx, Maslacq, Lahontan, Barcus, Araujuzon y Saint-Pee-Sur-Nivelle.

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Ubicación de los zulos

Entre los partidos, las reacciones han sido las previsibles: el PNV ha acogido la escenificación con entusiasmo y EH Bildu ha exigido ya contrapartidas, como excarcelaciones de presos y la salida de la Guardia Civil del País Vasco. Podemos también ha celebrado lo sucedido este sábado aunque ha dicho que no es el desarme "deseado". El PSOE lo ha visto "positivo"; el PP ha recordado que ETA ha sido "derrotada" y no tenía "más remedio" que hacer este gesto, y Ciudadanos lo ha calificado de "circo".

Desde Moncloa, han manifestado, mediante un comunicado, que "el Gobierno no va a cambiar su posición: los terroristas no pueden esperar ningún trato de favor del gobierno y mucho menos impunidad de sus delitos". Ese es, precisamente, el mayor temor de las víctimas: que la "fiesta" de ETA en Bayona tenga contrapartidas y sirva como excusa para que la banda obtenga réditos políticos.

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