La situación política y social de Venezuela ha sido uno de los asuntos que ha abordado este viernes el Ayuntamiento de Barcelona con consecuencias plásticas muy ilustrativas. El grupo municipal del PP ha canalizado la propuesta de varias asociaciones de venezolanos para que el Ayuntamiento de la capital catalana condenara la sistemática vulneración de los derechos humanos por parte del régimen bolivariano.
El presidente del PP en Barcelona, Alberto Fernández, ha sido el encargado de defender la moción en medio de un singular contexto. Mientras un grupo de ciudadanos mostraba desde la balconada del público la bandera de Venezuela y carteles pidiendo la libertad de Leopoldo López y la restauración de la democracia, los tres concejales de la CUP hacían gala de su admiración por Maduro y el legado chavista. Maria Rovira, Maria José Lecha y Josep Garganté puestos en pie. Ellas con el puño en alto. Él, con la imagen de Maduro y la estelada.
.@cupnacional @cupsants @CUPSantMarti @CUPstap @CUPGracia @CUP9B @cupciutatvella @CUPEixample @CUPLesCorts @CUP_SSG @mrovira @jgarganteclosa @MJLecha @SindicatMusica El @PPBarcelona_ ha portat les mentides dels colpistes assassins al #PleBCN. Nosaltres amb el Poble veneçolà ✊🏾 pic.twitter.com/uyHQI28d5K
— CUP Capgirem BCN ♀ (@CUPBarcelona) 28 de abril de 2017
Además, Garganté decoró su asiento en el pleno con una reproducción de la fotografía de Maduro, conductor de autobuses como él.
Alberto Fernández ha tratado en vano de que su propuesta fuera sometida a votación por el pleno. En ausencia de Ada Colau, que acaba de dar a luz a su segundo hijo, ha sido el teniente de alcalde Jaume Asens quien se ha negado a someter el asunto a la consideración de los ediles. El dirigente popular ha descrito la crisis humanitaria de Venezuela, así como el marco de represión y falta de libertad. "Consideran a Maduro como uno de los suyos y esto es una vergüenza que la ciudad de Barcelona no se puede permitir", afirmó Fernández.
La fotografía de Maduro con la estelada que mostraba orgulloso Garganté no ha sido bien recibida por el PDeCAT. ERC no se ha pronunciado.