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El A400M, la bestia del transporte militar de la que ya disfruta el Ejército del Aire

Está a punto de alcanzar las 100 horas de vuelo. Está previsto que en este año se reciba una unidad más y otras 2 o 3 en 2018.

Está a punto de alcanzar las 100 horas de vuelo. Está previsto que en este año se reciba una unidad más y otras 2 o 3 en 2018.
Airbus A400M

Una altura equivalente a un edificio de cinco pisos de altura y más de 45 metros de longitud por 42 metros de envergadura. El nuevo A400M del Ejército del Aire es una auténtica bestia del transporte militar, capaz de doblar muchos de los registros de los míticos C130 Hércules, que han sido la columna vertebral del transporte militar en Occidente durante el último medio siglo. Puede transportar el doble de carga que un Hércules a la misma distancia o la misma carga al doble de distancia.

La primera unidad llegó a los hangares del Ala 31 del Ejército del Aire, en Zaragoza, a mediados del pasado mes de noviembre. "El avión está operativo y sometido al plan de mantenimiento previsto. Llevamos seis meses operándolo y antes de empezar a utilizarlo en misiones lo estamos utilizando para adiestrar al personal. Ya hay dos tripulaciones listas y se está adiestrando a los mecánicos", explica el coronal Andrés Campos, jefe del Ala 31.

"El salto tecnológico es muy importante. Estamos pasando de la máquina de escribir al ordenador. Ya se ha hecho un vuelo directo Zaragoza-St. Andrews (EEUU) cuando con un Hércules habrían sido necesarias dos paradas. Todavía no tienen todas las capacidades previstas inicialmente, pero los siguientes aviones irán incorporándolas. El próximo que recibiremos, por ejemplo, llevará ya el sistema de reabastecimiento en vuelo", continúa.

También está previsto que siguientes unidades estén dotadas de importantes mejoras en los sistemas defensivos, como un avanzado sistema contramisiles, un detector de potenciales amenazas o la capacidad radárica.

Pero no es oro todo lo que reluce. El programa del A400M ha sido un auténtico quebradero de cabeza tanto para la compañía que lo construye, Airbus, como para los países que se han comprometido a su adquisición, y es que las aeronaves todavía no cumplen al completo con las especificaciones técnicas que se solicitaron al fabricante y los sobrecostes han sido relativamente importantes.

"Esta primera unidad llegó con algunos problemas. Fue necesario cambiar la caja de engranajes del motor, por ejemplo, aunque una vez realizado el avión se encuentra al cien por cien", detalla el coronel Campos, que recuerda también que "hay un problema con las puertas laterales que dan salida al mismo a tiempo a dos paracaidistas, ya que por el diseño del avión, el rebufo hace que los dos coincidan en la cola, lo que puede ser peligroso".

Sin embargo, la ilusión no desaparece de la cara de los militares del Ejército del Aire, que destacan el importante salto tecnológico que supone la llegada de esta aeronave, que irá sustituyendo poco a poco a los C130 Hércules. Con la primera cerca de sumar ya sus primeras 100 horas de vuelo, está previsto que la segunda llegue a lo largo de este año 2017 y que durante el próximo lleguen otras dos o tres unidades más.

El capitán Pablo Guerrero, uno de los cuatro pilotos capacitados actualmente para llevar esta aeronave entra en detalle sobre cómo se está realizando el proceso de adaptación: "Es un cambio de filosofía porque es un avión muy moderno. Se hace mucho trabajo en tierra para luego, en vez de pilotar el avión, más bien se gestiona la cabina. Está todo totalmente integrado".

"De momento los cuatro pilotos venimos todos del Hércules. Realizamos un curso de tres meses en Sevilla –donde Airbus tiene la fábrica del A400M–. La tripulación mínima para operar son dos pilotos, aunque ahora intentamos que vayan tres en todos los vuelos, y al menos uno o dos supervisores de carga", concluye el capitán Guerrero.

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