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Atentado terrorista en las Ramblas: al menos 13 muertos en un atropello masivo

Trece muertos y un centenar de heridos en el atropello. Ninguno de los detenidos es el conductor. Teléfono para afectados +34 900 400 012.

Las Ramblas. La arteria más popular de Barcelona, un paseo que conduce desde la plaza de Cataluña, el centro de la ciudad, hasta la estatua de Colón, al lado del mar, ha sido el escenario de un atropello masivo que se salda, de momento, con trece víctimas mortales y decenas de heridos. Miles de personas abarrotaban a las cinco de la tarde las Ramblas, un público heterogéneo con gran presencia de turistas extranjeros, familias a una hora en la que el paseo bulle. Tiendas, terrazas, quioscos, bares y restaurantes abarrotados.


La furgoneta sembró un rastro de muerte a lo largo de seiscientos metros, a gran velocidad y haciendo eses. El conductor persiguió a las víctimas hasta chocar contra un quiosco cerca del mercado de la Boquería. Había iniciado el recorrido asesino en la rambla de Canaletas, al comienzo del populoso paseo y recorrió más de la mitad de sus tramos, Estudios, San José, Capuchinos, justo hasta un mosaico en el pavimento de Joan Miró.


Sobre el suelo, trece muertos y cientos de heridos. Un atentado terrorista en el cogollo turístico de Barcelona, de obligada visita. A la derecha de las Ramblas, una tupida red de calles escenario de algunas operaciones policiales contra el yihadismo. El conductor de la furgoneta había logrado huir y en un primer momento se le emplazó atrincherado con rehenes en un restaurante turco. Comunicaciones internas de los Mossos d'Esquadra emitidas en TV3 reportaban la presencia de un sujeto armado con un subfusil "parapetado" con rehenes en un bar.


Mientras se desmentía tal situación, afloraba la muerte de un individuo tras haberse saltado un control de los Mossos en la Diagonal. Era abatido a la altura de la población de Sant Just Desvern, a tres kilómetros de donde había dejado a una agente con el tobillo roto. En paralelo trascendía la detención de Driss El Ouakbir. Con antecedentes por maltrato y residencia en Marsella y en la localidad gerundense de Ripoll. Al parecer, fue capturado cuando se dirigía a la comisaría de Ripoll para denunciar que le habían robado la documentación.


Dos horas después del atentado, miles de personas permanecían encerradas en los locales de las Ramblas y su entorno. Guardia Urbana y Mossos d'Esquadra desalojaban ordenadamente los locales comerciales, hoteles y bares. Las estaciones de Metro y tren del centro de Barcelona se cerraban y el centro quedaba acordonado por fuerzas policiales. Ayuntamiento, Generalidad y Estado activaban todos los protocolos de alerta. Recomendación de no salir a la calle y mucho menos acercarse a la zona del atentado, un ataque planificado, no suicida. Se habían alquilado dos furgonetas, una para matar y la otra para escapar. Mossos y guardias urbanos, algunos de ellos fuertemente armados, peinaban las Ramblas y las calles aledañas ante la posibilidad de una réplica del ataque.


"Aquí no hay divisiones que valgan"


Pasadas las nueve de la noche comparecían en la Generalidad Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y la alcaldesa Ada Colau. "Una docena de muertos y una quincena de heridos críticos", cifró el presidente de la Generalidad las consecuencias del atentado. "Cataluña ha sido es y será tierra de acogida, de gente de paz", dijo para destacar después que los Mossos están al frente del operativo, dar las gracias a la Guardia Urbana y a los Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y las policías europeas. "Aquí no hay divisiones que valgan", declaró en alusión a la crítica situación política entre la Generalidad y el Estado a causa del referéndum del 1-O. Reiteró el mensaje Colau: "Barcelona es una ciudad abierta, democrática, pacífica y así seguirá".


Sin alusiones al islamismo. Diez minutos después se confirmaba la reivindicación de la autoría a cargo del Estado Islámico.


Sobre el papel, la colaboración de los Mossos con la Guardia Civil y Policía Nacional es absoluta. Antes del nombramiento del consejero de Interior, Joaquim Forn, se celebró una reunión de la Junta de Seguridad entre el Estado y la Generalidad y se acordó incrementar la colaboración y compartir información en materia de terrorismo. En la práctica, situaciones como la crisis del aeropuerto ponen de relieve la desconfianza absoluta en las relaciones institucionales.


El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, suspende sus vacaciones y Soraya Sáenz de Santamaría se desplaza a Barcelona. La Audiencia Nacional ordena las primeras diligencias y registros sobre la hipótesis principal de que el atentado ha sido planificado y ejecutado por una célula organizada.


Fuentes hospitalarias aseguran que entre los fallecidos hay varios niños y que entre las víctimas mortales y heridos abundan los extranjeros.

La versión del jefe de los Mossos

Veinte minutos antes de las once de la noche comparecía el consejero de Interior, Joaquim Forn, para confirmar el número de trece víctimas mortales, quince heridos críticos y "cientos" de heridos. Acto seguido daba la palabra al superior operativo de los Mossos, el superintendente Josep Lluís Trapero, quien aportó el detalle de que la explosión de un chalet en Alcanar, en Tarragona, con al menos un muerto y una veintena de heridos, está vinculada con el atentado de Barcelona.

Trapero aclaró de entrada que la Audiencia Nacional estaba al frente de la investigación y que los Mossos se ponían a disposición de las autoridades judiciales en permanente colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y desmintió que el fallecido en el control policial estuviera vinculado con el atentado. Hay dos detenidos, un ciudadano español de Melilla y un nacional de Marruecos. Ninguno de ellos, según Trapero, el conductor de la furgoneta, que permanecería huido.

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