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Los artífices del monstruo separatista, aterrados ante la dictadura que se les viene encima

Los separatistas siguen a su bola hacia el paraíso catalán. Ahora, por decreto.

Los separatistas siguen a su bola hacia el paraíso catalán. Ahora, por decreto.
Puigdemont y Junqueras presentando la ley catalana. | EFE

El Mundo dice que "Puigdemont amenaza con un decretazo para imponer la secesión". Uy, qué miedo, mira como tiemblo. "La CUP se opone y urge a detonar ya el choque con el Estado". Vamos, machotes, ¿a qué estáis esperando? Hoy ya ni editorializa. Escriben Francisco Sosa Wagner y Mercedes Fuertes un artículo conjunto en el que apelan a "una amplia ciudadanía , serena y reflexiva, que está llamada a poner coto a tanto desvarío". ¿La mayoría silenciosa, quizá? Está tan calladita que cualquiera diría que existe. "Puigdemont defiende en 'facebook live' la necesidad de una inteligencia militar catalana tras la secesión". Primero que busque la palabra inteligencia en el diccionario.

El País dice que "El PP pide al PSOE un apoyo claro y duradero en Cataluña". Pedirle a Sánchez algo claro y duradero es como clamar en el desierto. "Puigdemont: Cataluña debe tener un ejército". ¡Anda!, ¿pero no tienen ejército todavía? Nosotros sí. Antoni Zalbalza dice, a estas alturas, "no al referéndum". "La independencia sigue su curso en Cataluña ante la mirada indiferente del Estado (...) El Gobierno de la nación ignora los peligros que su cautela genera". Pero bueno, ¿no era mejor no hacer nada para no provocar? ¿No es el PP una fábrica de independentistas? A ver si nos aclaramos.

ABC dice que "La Generalitat se plantea aprobar la desconexión por decreto". "El temor a las consecuencias de la impugnación del Gobierno, entre ellas la posible inhabilitación de Junqueras y Puigdemont retrasa la tramitación de las leyes de ruptura". Pues no entiendo nada. ¿Qué les puede importar la inhabilitación de un Estado al que no reconocen? Si van a ser los dueños de ese paradisíaco país que nos describieron ayer. El editorial nos habla de la reunión de Podemos con Junqueras en casa de Roures, el millonetis dueño de Público, entre otros negocietes. "Iglesias y Junqueras están diseñando un futuro tripartito en Cataluña con la CUP de por medio, y con el ambivalente PSC como albacea de un veto estratégico al centro-derecha". Ya vemos a Iceta echándose unos bailes con Anna Gabriel. "Todo en Cataluña se mueve bajo el pronóstico de un fracaso del referéndum y la toma de posiciones políticas a partir del 2 de octubre cuando se empiece a hablar de disolución del parlamento catalán y de urnas". No jorobes, Bieito, ¿algo tan vulgar como elecciones autonómicas? Ni hablar, queremos ver a Puigdemont en el balcón de la Generalidad tirando un jamón y declarando la República catalana, ya. Ignacio Camacho avisa a Rajoy de que "un día de estos va a tener que comparecer en Cataluña". ¿Para que le vuelvan a pitar? Quita, quita, allí no hay quién pise. "El desafío independentista reúne ya todos los requisitos exigidos, y alguno más, para una respuesta sin remordimientos (…) Ha llegado a un punto tal que el Gobierno no puede pecar de imprudencia o de temeridad sino de porquedad y encogimiento". "Este pulso desquiciado solo puede tener un vencedor, y se llama España (…) La España que contempla perpleja como sus representantes institucionales en silencio un aluvión de desplantes, chulería y amenazas". Que le dé un poco de vidilla, córcholis, que el monólogo separatista es un coñazo. Carrascal frena el ímpetu de Camacho. Quieto parao, que a los "cuatro fantoches" de Barcelona "les encantaría ver su foto entre dos guardias civiles en el NYT". "Hay que esperar a que esa ley sea admitida a trámite. Entonces sí. Entonces actuar con contundencia. Inhabilitaciones, multas, artículo 155", bueno, se van a enterar entonces de lo que vale un peine.

La Razón avisa de que "el TC no suspenderá de oficio a Puigdemont antes del 1-O". Ni después. Marhuenda le cuelga el muerto al TC, "una garantía de que se va cumplir la legalidad, ya que es su obligación". Parece que aquí alguien no se entera de que los separatistas se pasan al TC por el arco del triunfo. Pedro Narváez avisa de que la "dictadura a orillas del Mediterráneo" que está a punto de nacer van a pasar del España nos roba al España nos mata con los atentados islamistas. "Los gendarmes de la nueva dictadura ha dado órdenes expresas para sacar punta de las pesquisas y demostrar sus teorías". En fin, ya estamos curados de espanto con los catalanes. Ely del Valle dice que sólo hay una solución. Los únicos que pueden ponerle fin a esta locura "son los propios catalanes", si ellos no reaccionan, "poco podremos hacer los demás". Otra vez la chica de la curva, la mayoría silenciosa.

La Vanguardia dice que "el Govern desobedecerá una suspensión del TC". No sé por qué ya nos lo olíamos. "La oposición critica el uso partidista del Parlament para el 1-O". La oposición, qué graciosos, como si en Cataluña hubiera oposición o Parlament. Dos expertos examinan la ley que les impondrá Puigdemont y compañía cuando sean independientes: "Un país nuevo, un Estado peor", dice Xavier Arbós aterrado ante la liquidación de la separación de poderes. "Se ha operado una tergiversación del lenguaje que asusta, dice Josep Oliver Alonso. El editorial -últimamente La Vanguardia está muy activa en editoriales- dice que el esbozo de república de ayer tiene "consideraciones inquietantes". Entre ellas, que "no atiende al número de votantes no partidarios de la independencia, ni tampoco a un espíritu democrático abierto" y que están sordos "ante cualquier disenso", lo que no les parece muy democrático. Su Frankenstein JuntxSí se les ha ido de las manos. Sergi Pámies ve ya que "el choque de trenes es inminente" y que "más que hermanos nos estamos convirtiendo en vecinos insoportablemente desavenidos". ¿Hermanos? ¿Esos de la manifestación del sábado son nuestros hermanos? Pues yo me quedo con las hermanastras de Cenicienta.

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