Mondragón, Pamplona, Alsasua, Hernani, Lasarte… Pese a la inactividad asesina de la organización terrorista ETA, sus acólitos siguen campando a sus anchas por las calles del País Vasco y Navarra. Una buena muestra de ello han sido la veintena de actos de enaltecimiento del terrorismo que han tenido lugar durante este verano en diferentes puntos de ambas regiones, sin que las autoridades hayan intervenido para impedirlo.
En lo que a la tipología se refiere, la mayoría de ellos, un total de quince, han correspondido a actos de homenaje y recibimiento a terroristas de ETA que salían de prisión tras cumplir la pena que les había sido impuesta. Entre ellos destacan, por haber sido especialmente numerosos, los que se realizaron a Felipe San Epifanio –responsable del asesinato del coronel de Infantería Leopoldo García Campos– y a Iker Araguas e Iñaki Lerí –condenados por terrorismo callejero–.
El resto de los actos se reparten entre lanzamientos de proclamas próximas a ETA en la celebración de dos fiestas patronales –las de Bilbao y Alsasua–; dos homenajes a terroristas fallecidos –Kepa del Hoyo y Mikel Castillo–, en ambos casos en Pamplona; y una jornada de acoso a la Guardia Civil en Echarri-Aranaz (Navarra), en el que se incluyó un polémico juego de "tiro al facha".
En lo que a su reparto geográfico se refiere, una decena de ellos se han celebrado en las calles del País Vasco –cinco en Vizcaya y cinco en Guipúzcoa–, nueve en Navarra y uno al otro lado de los Pirineos, en el País Vasco francés.
El detalle de todos estos actos es recogido por el Observatorio de la Radicalización que acaba de inaugurar el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE) con el objetivo de "documentar los actos de enaltecimiento del terrorismo etarra" ante lo que consideran una "falta de implicación de las instituciones públicas" para impedir su celebración y "el repunte de actos de culto al terrorista durante el verano".
En esta línea, la asociación de víctimas censura "que todos estos actos se desarrollaron ante la presencia de decenas de niños a quienes se les mostró a terroristas orgullosos de serlo como héroes y modelos de conducta" y destaca que entre todos los lugares donde se están desarrollando este tipo de actos "Navarra se ha convertido en una olla a presión de la radicalización en España".