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¿Qué pensarán de la "traición" de Pablo Iglesias sus votantes fuera de Cataluña?

La adrenalina baja varios grados en la prensa de hoy. Merecido descanso hasta, por lo menos, el lunes.

El Mundo dice con alegría y alborozo que "el pacto Rajoy-Sánchez por el 155 acorrala a Puigdemont". Francisco Rosell refleja la felicidad en el editorial. "La pelota está en el tejado de Puigdemont (...) El gobierno no hizo ayer sino cumplir con su obligación al dar el primer paso para activar el artículo 155", "un ultimátum para que ponga fin a la huida hacia la nada". "Cabe aguardar una rectificación, sin que de ello se deriven, como no puede ser de otra manera, ni espacios de impunidad para los dirigentes que hayan infringido la ley, ni mucho menos se abra la puerta a cambalaches que busquen desembocar en una inadmisible negociación entre el Estado y quienes opten por seguir instalados en el golpismo". Vamos, que Rosell espera que los separatistas se replieguen, que el Estado les meta en la cárcel por pasarse la ley por el forro y que, además, no reciban nada a cambio. Claro, seguro que fue eso lo que negociaron Rajoy y Sánchez el martes por la noche.

A El País el titular se le sale de la página. "Acuerdo PP-PSOE: artículo 155 y reforma de la Constitución", dice con la emoción de un padre al que le ha nacido su primer hijo. El editorial da algunas pistas de por dónde va el pacto entre Rajoy y Sánchez. "El acuerdo alcanzado por el presidente del Gobierno con el PSOE ofrece una salida airosa a Puigdemont si es que de verdad quiere dialogar en beneficio de las reivindicaciones de más autogobierno para Cataluña". Primer pago, más autogobierno. "La oferta es también una oportunidad para el conjunto de este país". ¡Hombre!, lo mismo nos cae la pedrea. Le zurra bien la badana a Pablo Iglesias . "No cabe ya ninguna duda del servilismo de Iglesias ante el proyecto independentista. La alianza entre el populismo de Podemos y el nacionalismo xenófobo de Puigdemont es hoy una seria amenaza a la Constitución, la convivencia democrática y el futuro común de los españoles". Rubén Amón acaba de machacar al líder podemita, en "la traición de Pablo Iglesias". "Se ha abierto un fértil proceso de diálogo que él mismo espera ocupar con sus cualidades de infiltrado en la operación de sabotaje al Estado español", apelando a sus "cinco millones de votantes". "El aspecto más inquietante de su estrategia radica en la credibilidad que concede al movimiento golpista de Puigdemont (…) Son ellos la argamasa del procés. Y era el plan que urdió Roures cuando hizo de anfitrión de Junqueras e Iglesias en la última cena. Aislar a la CUP, maridar las izquierdas libertarias y balcanizar España. Sabemos que cinco millones de personas votaron a Iglesias, pero no le extendieron un cheque en blanco. Tendría mucho interés pasar a limpio su verdadera dimensión electoral. Y saber qué piensan de Iglesias sus votantes de Asturias, de Castilla, de Andalucía o de Madrid". Sí, hay más de uno que votó a Podemos por la sanidad, la educación y esas cosas de las que hablaba antes de hacerse el más separatista de los separatistas, que al descubrir que han votado a una CUP encubierta quieren que les devuelvan su voto. Más de uno.

"Ultimátum a Puigdemont: marcha atrás o 155", titula ABC. Dice el editorial que "el PSOE parece haber superado sus complejos y ambigüedades, Puigdemont está en un callejón sin salida". Como no ve muy probable que el presidente catalán "renuncie a su chantaje, el dato objetivo es que la aplicación del artículo 155 ya está en marcha en medio de una profunda sensación de derrota del separatismo", dice frotándose las manos. En cuanto a la reforma constitucional, ya veremos, "de momento lo prioritario es terminar de conjurar el golpe de Estado sin dudas, titubeos, sin mediaciones y sin diálogo hasta que desaparezca la amenaza de una declaración de independencia y la restauración inmediata de la legalidad pisoteada". Mayte Alcaraz no comparte esta satisfacción. "No cuesta imaginarse a Rajoy sentado de madrugada con el líder de la oposición para afrontar conjuntamente el desafío más grave ala democracia desde el 23-F, impaciente por la urgencia de la sedición, dando el visto bueno con la boca pequeña a una reforma que vergonzosamente el PSOE usó la noche del martes como monda de cambio para apoyar lo que debería ser un obligado compromiso de Estado". Suena a chantaje.

Gran día para La Razón. "Rajoy activa el 155 con el apoyo del 72 por ciento de los diputados". Está tan contento Marhuenda, que siempre renegó del 155, que hasta se deshace en halagos a Pedro Sánchez, como si le hubiera hecho un regalo a Rajoy a cambio de nada. "El sentido de Estado de Pedro Sánchez es una buena noticia para la estabilidad política de España". Más que sentido de Estado se podría llamar olfato de comerciante. Llevaba el pobre Marhuenda unos días tristes, no podía hablar de Rajoy, estaba desaparecido. Así que hoy se da un buen empacho. "Rajoy ha medido con prudencia las consecuencias de esta medida que está en el orden constitucional", "Rajoy quiere que esta medida tenga el mayor consenso", "Rajoy aguantó el envite del referéndum de Mas y soportó la presión para que España no fuera intervenida". Oh, Rajoy. Marhuenda, te habrás quitado el mono.

La Vanguardia viene hoy mucho más humilde que ayer. "Rajoy anuncia el 155 pero da tiempo a Puigdemont". Enric Juliana se dedica a poner a parir a Rivera parapetado en los delirios de Pablo Iglesias, el nuevo héroe del separatismo, y en los insultos de otros delincuentes separatistas. Un honor para Rivera que Juliana le insulte. Eso es que lo está haciendo bien.

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