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Francisco Correa pide "como ciudadano español" el indulto para Baltasar Garzón

El exjuez fue inhabilitado por ordenar escuchas a los abogados y a los detenidos por el caso Gürtel durante su estancia en prisión preventiva.

Más de un año de juicio repartido en 125 sesiones resumibles en un refrán: "Mucho ruido y pocas nueces". La pieza principal del caso, conocida en la nomenclatura judicial como Época Primera, ha englobado los supuestos pelotazos de la trama ideada y dirigida por Francisco Correa entre los años 1999 y 2005. En su alegato final, el propio cabecilla confeso ha respondido a la pregunta que después de dos décadas perdura en el común de los mortales: ¿qué fue la Gürtel? "Yo no he pagado ni una peseta ni un euro a quien me adjudicaba el contrato. Utilicé mis relaciones para que las empresas privadas –no daré nombres para que no me lluevan las querellas, pero eran todas– me dieran un porcentaje sobre el valor del contrato adjudicado que conseguía".

Correa no tiene conciencia, al menos de haber cometido delitos, salvo el delito fiscal que reconoce: "Expresidentes y exministros de este país trabajan de la misma manera en países sudamericanos y de Oriente medio. Empresas españolas les contratan para que consigan adjudicaciones allí. ¿Cuál fue mi error? Que ninguna de las firmas para las que trabajé quiso formalizar la prestación del servicio. La empresa privada me ha pagado, no lo ha hecho ningún ministerio. Lo que dicen las televisiones está mal dicho, no cobré de la administración. Es importante que la Fiscalía y el Tribunal lo entiendan".

Agradecía a los magistrados el permiso para ausentarse de la mayor parte del juicio: "Es durísimo venir aquí todos los días y levantarse a las seis y media de la mañana" en la prisión de Valdemoro, donde cumple condena por la rama valenciana de la Gürtel ya juzgada. Y seguía con las comparaciones: un palco en un estadio de fútbol vale 5.000 euros. Todas las personas que están allí están invitadas y vemos todo tipo de personalidades, desde políticos hasta magistrados. Yo he hecho lo mismo en mis empresas, he invitado de la mejor manera posible porque eran buenos clientes míos. No es cohecho, no sé si será tráfico de influencias o si mi conducta viene tipificada en el Código Penal".

Si la Gürtel es como la venden, además de ahorrar dinero a las arcas públicas, trabajaba a las mil maravillas: "Jamás he dado una comisión a cambio de contratos. ¡Si eran mis amigos! Me iban a dar trabajo igual. Porque al final las relaciones comerciales funcional por confianza y garantía. Nadie puede estar organizando campañas al presidente del Gobierno del país si eres un chapuza. Lo hacíamos bien", ha presumido una vez más Francisco Correa.

En una sesión plana, en la tónica dominante del juicio, Correa ha sacado una sola vez los pies del tiesto. "Solicito como ciudadano español el indulto del juez Baltasar Garzón. Creo que ha sido injustamente inhabilitado por este país y que es una víctima más como yo de una causa que tiene un tinte político y no jurídico". Una declaración sorpresiva puesto que siempre consideró como uno de sus máximos enemigos al exmagistrado, suspendido por el Supremo en 2012 por haber ordenado escuchas a los abogados y a los detenidos por este caso durante su estancia en prisión preventiva.

Pese a que el presidente del Tribunal Ángel Hurtado advirtió en el arranque de la vista oral que no estaban para juzgar al Partido Popular, lo cierto es que el juicio se ha convertido en un repaso a los presuntos trapos sucios de la formación. No obstante, Correa ha sostenido que no montó sus empresas "para trabajar con el PP y delinquir". La Fiscalía pide la mayor condena para Francisco Correa con 125 años de prisión, seguida de los 85 que solicita para el presunto número dos, el exsecretario de Organización del PP gallego Pablo Crespo. El extesorero Luis Bárcenas y el exconsejero de la Comunidad de Madrid Alberto López Viejo se juegan 39 años.

También están acusados los exalcaldes populares de Pozuelo de Alarcón y Majadahonda, Guillermo Ortega y Jesús Sepúlveda, que se juegan 50 años y 10 meses de prisión y 14 años y cuatro meses, respectivamente. El segundo es el exmarido de la exministra de Sanidad Ana Mato, a la que Fiscalía atribuye una participación a título lucrativo de 28.000 euros, por los 328.000 euros de los que se habría beneficiado el Partido Popular como persona jurídica.

El abogado del PP Jesús Santos, exfiscal de la Audiencia Nacional, discrepa. A su juicio, las peticiones de la Fiscalía son más propias de un "Código de la antigüedad. La justicia no se debe aplicar con pasión, amor y odio sino con ponderación de las pruebas y con criterio racional".

Así se cierra el telón de uno de los juicios más largos de la historia judicial española, solo superado por el del caso Malaya, que llevó al banquillo a la trama corrupta en el Ayuntamiento de Marbella liderada por Julián Muñoz. Ya solo queda esperar varios meses hasta la sentencia. Y después los recursos. Y después esperar al Supremo. Y después…quedará Gürtel para rato. Aunque ya no ocupe debates, discursos ni portadas.

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