Lo primero que ocurrió ayer en los juzgados de Sevilla es que no ocurrió nada. Esto es, ni un alma socialista se concentró a las puertas de la entrada de la Audiencia Provincial para aplaudir a los ex altos cargos a los que la Junta y el PSOE considera inocentes. ¿Habráse dado la orden espontánea de no mover ni un músculo ante el procesamiento de dirigentes caducados del socialismo para preservar el futuro de los actuales?
Lo segundo fue la casi coincidencia a las puertas de la Audiencia de los acusados y la instructora Mercedes Alaya, que llegó justamente a las diez menos un minuto a su lugar de trabajo. Manuel Chaves y Griñán arribaron un poco antes y evitaron de ese modo la foto del día, un cruce fugaz pero simbólico ante el edificio señero de la justicia en Sevilla.
Lo tercero fue la confirmación de la frialdad existente entre Manuel Chaves y José Antonio Griñán. En general, la frialdad circulante entre todos los procesados fue evidente, aunque tal vez podría ser motivada por la táctica debida ante la presencia de 150 periodistas acreditados y todas las televisiones nacionales. Chaves y Griñán se enfrentaron por el control del PSOE andaluz y los antiguos apoyos del primero fueron laminados sin piedad por Griñán y Susana Díaz.
Lo cuarto fue la evidencia de que las defensas de la cúpula de la Junta de Andalucía encausada están meditando erigir un cordón sanitario en torno a la acusación popular que representa el PP. Ayer ya intentaron que no leyera el escrito de su acusación y lograron que su lectura se recortara. Ya habían anunciado que, a lo mejor, ningunean a esta parte del juicio de manera sistemática.
Lo quinto, fue la presencia entre el público –muy escaso por lo que cada asiento vale su peso en oro–, del abogado penalista Francisco Baena Bocanegra, amigo y compañero de Universidad de Felipe González, que dijo una vez de sí mismo que era la UVI de los acusados, su último y carísimo recurso. Como no puede ser una coincidencia, cabe la posibilidad de que esté asesorando por "fuera" a alguno de los procesados. O a varios.
Fuera de la Sala, el régimen sigue vivo. La Cámara de Cuentas encuentra una diferencia de más de 13.000 empleados entre los números que presenta la Junta y los que efectivamente existen. Esto es, que se trucan los datos mientras se siguen colocando afines. Y no es la única irregularidad detectada.
El seguimiento escaso de Canal Sur
Y luego está lo de Canal Sur. Dos ex presidentes de la Junta y mucha cúpula socialista en el banquillo y la tele del régimen hace, tal y como advierte agudamente el PP andaluz, un seguimiento escaso del histórico evento. Luego dicen de la TV3 y su apoyo mediático al independentismo.
Es más, ninguno de los tres canales públicos que conforman Canal Sur TV conectó en directo con la Audiencia Provincial mientras que las televisiones nacionales, cuyo interés debería ser lógicamente menor, hacían una cobertura rumbosa de un juicio que es, cuando menos, el más importante de la historia del socialismo andaluz y nacional desde el de Juan Guerra, del que se acaban de cumplir 25 años.
El rizo lo riza el PP andaluz denunciando la devoción socialista de Tom Martín Benítez que, por cierto, fue el primero que se ofreció para lo que fuera a Javier Arenas nada más ganar el PP las elecciones de 1996. Por ello, exigen dimisiones. ¿Para que vengan otros a seguir haciendo lo mismo? Apaga y vámonos.
Por cierto, Juan Marín, de Ciudadanos, sigue de perfil con la petición de indulto de MiqueI Iceta y no dice ni pío sobre la sustancia del juicio de los ERE, un juicio que encausa a un régimen al que Ciudadanos apoya en Andalucía.