El Ministerio del Interior pone punto y final, cuatro meses después, al despliegue extraordinario de efectivos de la Policía Nacional y Guardia Civil que se encontraban en Cataluña desde un mes antes a la celebración del referéndum independentista ilegal del 1 de Octubre. Según la orden del departamento de Juan Ignacio Zoido, los últimos efectivos del mismo deberán regresar a casa el sábado 30 de diciembre.
Esto significa que en los próximos días deberán abandonar los hoteles e instalaciones militares en los que se encontraban alojados, además de los dos cruceros –el Rhapsody y el GNV Azzurra– que permanecían en el puerto de Barcelona. Precisamente, la cena de Nochebuena que recibieron los agentes que viven en estos barcos ha sido una de las últimas polémicas, debido a que era manifiestamente mejorable.
La primera reducción del dispositivo, que a mediados de septiembre era ya de 7.000 agentes extra, tuvo lugar a mediados del mes de noviembre. El Ministerio del Interior dio orden entonces de replegar a casi 3.000 agentes de Policía y Guardia Civil hacia sus puntos de origen, debido a que la toma de control de los Mossos d´Esquadra había sido plenamente satifactoria. Con esa reducción acabó también el contrato del polémico crucero de Piolín, que zarpó el pasado 16 de diciembre.
La otra mitad de agentes permaneció en Cataluña para dar seguridad, en el caso de que fuera necesario, a las elecciones del pasado viernes 21 de diciembre. Celebradas las mismas con total normalidad y sin problema alguno de orden público, el Ministerio del Interior ha dado la orden de poner fin al mismo sin que en ningún caso se haya llegado a hacer público el número de agentes que han estado involucrados en la denominada Operación Copérnico.