O ERC accede a lanzarse por la senda de la desobediencia al TC, o Puigdemont renuncia a ser el único candidato a la investidura, o nos topamos de bruces con nuevas elecciones.
El discurso de Ana Iribar fue toda una moción de censura contra la gran defensora del diálogo con el separatismo catalán y del pacto inútil con el separatismo vasco.