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Manifestación pinchazo de la ANC para exigir que se repita el golpe

La Guardia Urbana cifra en 45.000 personas las que han salido a la calle para mostrar su desilusión porque no hay república.

La Assemblea Nacional Catalana (ANC) ha celebrado este domingo una manifestación a favor de la constitución inmediata de un gobierno republicano en Cataluña que aplique los supuestos resultados referéndum ilegal 1-O. Esta vez los presos han quedado en un segundo plano y Òmnium se ha abstenido de participar en la organización del evento, si bien su portavoz, Marcel Mauri, se ha dejado ver en la cabecera de la marcha.

El acto de este domingo ha sido más mucho más breve y modesto de lo que es habitual en el separatismo. Según la Guardia Urbana, que acostumbra a ser generosa en sus apreciaciones con el independentismo, unas 45.000 personas han salido a la calle y en poco más de un hora ya se habían disuelto. Como es costumbre en el independentismo, se ha comenzado a desfilar a las 17:14 horas entre la estatua de Colón y el parque de la Ciudadela.

El grito más coreado ha sido "nuestro presidente es Puigdemont". La desilusión porque no hay república y por la falta de acuerdo para formar gobierno era una de las notas dominantes en esta nueva cita separatista, al punto de que uno de los oradores, alto cargo de la ANC, se ha preguntado en su intervención "¿qué coño está pasando? ¿Qué no se nos está diciendo?". Comienza a cundir la sensación entre las bases de que los partidos les han engañado.

La novedad del acto consistió en la participación en los parlamentos finales del mecánico de Reus que se negó a arreglar el vehículo de una agente de la Policía Nacional, el concejal de cultura de un pueblo que posó con una nariz de payaso al lado de un guardia civil, una bombera que estuvo en la manifestación de Bruselas, una funcionaria contraria al 155, una estudiante, una pensionista y así hasta una decena de personas.

"Héroes anónimos"

Según la organización, son "héroes anónimos". Ellos, afirman, se la han jugado por la república (los dos primeros han tenido que declarar ante el juez por delito de odio) y exigen a sus representantes políticos que hagan lo mismo. La ANC, que el próximo sábado debe elegir nuevo presidente, se mantiene en el órdago. Su vicepresidente, Agustí Alcoberro, ha cerrado la manifestación con un parlamento en el que ha pedido "unidad" a los partidos y grupos nacionalistas.

Unidad y Turull

La CUP, que acaba de rechazar el plan de gobierno de ERC y Junts per Catalunya por inconcreto, no se da por aludida mientras Puigdemont y su entorno belga preparan la operación Turull, el tercer cartucho del fugado para estirar la goma. Si la CUP y sus cuatro diputados se mantienen en la abstención (cosa previsible por el perfil de funcionario del aparato convergente de Jordi Turull) no se descarta un cuarto nombre al gusto de los antisistema, tal como sucedió en enero de 2017 con el relevo de Mas por Puigdemont, el entonces alcalde de Gerona.

También cabe la opción de que Puigdemont y Toni Comín renuncien a sus actas para superar el veto de los antisistema en segunda vuelta. La mera posibilidad ha suscitado una negativa de Comín, que se presentó por ERC y aspira a repetir de consejero de Sanidad en el exterior, dentro del "Consejo de la República" que pretende instaurar el equipo del expresidente catalán.

"No hay vuelta atrás"

El dirigente ocasional de la ANC, Alcoberro, también ha pretendido dejar claro que para los independentistas no hay vuelta atrás. "Ya no nos sentimos ciudadanos del Reino de España, sino de la república catalana y como tales exigimos su implementación y pleno desarrollo". A pesar de los enfrentamientos derivados del cambio de dirección, todas las facciones (un exalto cargo de ERC, un empresario independentista y el efímero exdiputado de la CUP Antonio Baños son los candidatos) coinciden en insistir en las movilizaciones en la calle. El próximo sábado han anunciado otro acto en defensa del modelo escolar catalán.

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